Después de llevar una vida de mafiosa, Camila Núñez muere en su mundo y despierta en otro diferente, siendo una mujer que está destinada a morir joven.
Cómo ya sabe el destino que le espera, ella no se quedará a esperar que la muerte le llegue por segunda vez.
Si en su primera vida no se dejó intimidar por alguien, en ese mundo menos, que cuenta con el poder y la magia.
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Pelea
La pelea había iniciado, y para evitar recibir ataques del enemigo, Yadira crea una barrera de fuego en su cuerpo, y se va al ataque. La mujer parecía una antorcha humana.
Los delincuentes y también los traidores, estaban asombrados por ver semejante cosa y como pudieron comenzaron a defenderse.
Algunos intentaron huir, pero la barrera de fuego les impedía hacerlo.
Una risa sádica se escuchaba por todas partes, y era algo aterrador.
Sin otra alternativa, los que huían deciden atacar también, pero sus ataques no surtían efecto.
El capitán de la guardia nunca había visto a la emperatriz usar su poder del fuego, creyó que ella solo era una niña mimada jugando a ser la soberana del imperio de Lumia.
Inteligentemente, él decide rendirse sin pelear, después de todo, es una gallina.
—Me rindo, usted gana— grita el capitán y los que andan con él hacen lo mismo, pero la emperatriz le ordena a Yami atacar. Aquí no quedará ningún enemigo con vida.
Para asombro de todo, aquella sirvienta se transforma en un hombre guapo, y después en un montón de escarabajos. Aquello era algo aterrador de ver.
Aquellas criaturas se iban al ataque y devoraban a quienes tocaban.
Al ser devorados vivos, los gritos de esos sujetos eran muy aterradores, pero para la joven emperatriz, algo como eso no era nada, ya que no se detuvo hasta ver morir a todos los que pretendían acabar con ella.
Cuando todos esos infelices murieron, una lluvia aparece, todo indica que fue obra del fuego de Yadira, o quizás fue otra cosa.
Yadira por su parte no tiene tiempo para detenerse a investigar la procedencia de la lluvia, sino más bien que se va a su carruaje y allí se limpia, y se cambia de ropa.
La batalla la dejó llena de sudor.
Después de cambiarse, ella le ordena a Yami convertirse en el capitán y ser el cochero, mientras le ordena también a los escarabajos volverse clones de los aliados de aquel hombre. Los cuales eran tres.
También le ordena limpiar todo el lugar, no puede dejar rastro de la pelea. La barrera de fuego también fue apagada.
Con todo listo, la emperatriz retoma su andar, hoy tienen deseos de ir de compras, y de paso conocer un poco su imperio.
Nuevamente todos retoman el camino, y un tiempo después, llegaron a su destino.
Cómo era muy conocida por todos, por dónde quiera que la emperatriz pasaba la gente hacía una reverencia de respeto.
Ella solo le devolvía la amabilidad con un movimiento de manos y una sonrisa, y siguió su camino.
Cuando vio una tienda que llamó su atención, ella entró en ella y pidió amablemente que se le atienda.
Las personas en esa tienda fueron muy amables con ella, y eso hizo que Yadira comprara todo cuánto deseaba, esa tienda vendió lo que no había vendido en años.
Para no ir incómoda en el carruaje, la joven emperatriz le pide a los dueños de la tienda mandar todo al palacio a primera hora de la mañana, y ellos se comprometen a hacerlo.
Complacida, Yadira sale de allí y decide dar un paso por el lugar, Yami iba a una distancia prudente, para evitar molestias en su ama.
***
Por dónde quiera que Yadira pasaba, se quedaba maravillada de todos los lugares que veía. Todo era muy colorido.
Un puesto de espada llamó su atención, y fue a ver si encontraba algo interesante, pero de camino al puesto de espada, choca con un hombre enmascarado.
Al ser su culpa por venir distraída, Yadira se disculpa con el hombre enmascarado.
—Disculpa no te vi— dice Yadira sinceramente, ella por estar emocionada no se fijó por dónde pasaba.
El hombre enmascarado, mira a la joven que tiene delante de él, y se queda maravillado.
Una cosa es verla en persona y otra de lejos.
Ella aunque se ve aterradora cuando peleaba, en realidad parece un pequeño ángel.
Aquel hombre fue el culpable de aquella lluvia, quería hacerse notar por esa joven tan peculiar, pero ella estaba más pendiente en acabar con esos delincuentes que de otra cosa.
La vio ser una villana de lo peor, mientras sonreía como una loca, era algo horrible para otros, pero para él, fue la vista más maravillosa que ha visto en toda su vida.
Él ha recorrido muchos pueblos en busca de una dama interesante, y todo lo que ha visto hasta ahora era algo aburrido, pero ahora siente que se ha enamorado por primera vez.
Por eso quiso saber más de ella, y hasta la siguió hasta la tienda en dónde estaba.
Al seguirla se da cuenta de que esa es la emperatriz y aun así la siguió hasta esa tienda de espada para hablar con ella, y exactamente eso es lo que hará.
— No se preocupe, también estaba distraído— dice el hombre con una voz profunda haciendo una reverencia ante aquella espectacular dama tan linda y a la vez tan villana.
Al escuchar la voz de aquel hombre, el cuerpo de la emperatriz se erizó por completo, y por esa razón se disculpa una vez más y sigue su camino.
El caballero la sigue y ambos entran a la tienda de espada.
El amable señor de la tienda después de saludar como corresponde, los atiende a ambos y le muestra las espadas más interesantes del lugar y tanto él enmascarado como la emperatriz, coinciden en una espada en especial.
—Esta me ha gustado— dicen los dos al mismo tiempo.
Ante eso, el dueño de la tienda sonríe.
—Veo que ambos tienen un gusto similar, está espada fue realizada por mi esposa fallecida, y ella dice que es especial, hasta la fecha de hoy, nadie se había interesado por ella, hasta había pensado desecharla— expresa el dueño de la tienda con mucha tristeza.
—Ya veo ¿Qué haremos al respecto? Lo ideal es que yo la tenga, soy la emperatriz de este imperio — dice Yadira con orgullo y el enmascarado sonríe, aunque no se le ven los labios, lo estaba haciendo.
—Usa su puesto para favorecerse, vaya mujer tan inteligente, pero sabe que, esa espada debe ser mía, yo la vi primero— se niega a ceder el enmascarado y Yadira piensa en algo.
—Venga a mi palacio mañana, si usted demuestra que es digno de portar la espada, es toda suya, ambos tendremos un duelo amistoso— dice ella convencida de que ganará el duelo de espada a ese sujeto.
Tras pensarlo siquiera, el enmascarado decide aceptar la propuesta de la emperatriz.
—Me parece justo, tengamos un duelo, el perdedor tendrá que ceder, más el ganador, no solo tendrá la espada, sino también un deseo especial — afirma dicho hombre y el espíritu competitivo de la emperatriz se encendió como una llama en un montón de hojas secas.
—Bien, como no perderé ante usted, aceptó el trato, haré oficial nuestro acuerdo, espero y no se retrate— dice la emperatriz, y luego de eso le paga al dueño de la tienda la espada, dejando detrás al hombre enmascarado.
Acto seguido, ella sale de allí y se va a su carruaje, allí estaba Yami esperando por ella, para burlarse por supuesto, ha visto toda la interacción que ambas personas han tenido.