Destinos Entrelazados.

**** Aurora ****

Mi cuerpo se estremeció al sentirlo, inexplicablemente me sentí nerviosa e inquieta, fue una sensación indescriptible, que ninguna palabra podría explicarlo.

Tragando en seco por sus afirmaciones lo miro, creo que se está volviendo un poco salvaje, lo cual irónicamente no me desagrada. Tratando de aparentar calma y poner la situación de mi lado sonrió, no me dejaré vencer tan fácilmente.

- Y donde me llevaras.- saco a relucir su invitación, creo que esta es la mejor formar de esquivar este tensante momento.

Ante mis palabras lo único que puede hacer es sonreír, supongo que sabe lo que estoy haciendo.

- Ya te dije, es sorpresa.- dice antes de encender el auto y llevarme a un destino desconocido.

Nerviosa voy cuestionándome, no puedo negar que con el me siento tranquila y en paz, pero también tengo esa sensación de temor y sosiego. Es claro que esas intenciones de ser mi amigo, quedaron en el pasado y me da miedo saber que trama, lo último que quiero es comprender que ando en algún tipo de juego.

Sumisa en mis pensamientos solo asiento, reflexionar tanto no me llevará a nada, solo hará que la cabeza me duela tanto como lo está haciendo. Absorta en mi mente no me percato de sus llamados y mucho menos que hemos llegado al incógnito destino, solo regreso a mis sentidos cuando toca mi mano.

- ¿Estás bien?.- me mira con esos ojos de preocupación, provocando que el dilema en mi interior crezca.

¿Por qué accedí venir con el?, ¿por qué acepto su ayuda?, ¿y por qué me mira con esa calidez?, no he hecho nada para recibirlo o merecerlo, solo me hace sentir culpable, creo que me estoy volviendo loca.

- Si, solo esta pensando.- digo la verdad a medias, no puedo decirle que estaba cuestionando su amabilidad y trato.

- Entiendo. Si ya terminaste de reflexionar, señorita ilustre, por favor ven conmigo.- afirma risueño.

Un tanto molesta intento reprocharle, hasta que me percato del significado de sus palabras, ¿qué?, ¿ya hemos llegado?. Como una niña que ve el mundo por primera vez, observo con admiración y sorpresa al imponente edificio que está a mi frente. Conteniendo el aliento salgo del auto, ¿había algún lugar en esta ciudad como este?.

- Te gusta?.- lo escucho murmurar detrás de mi espalda, lo cual genera que me alarme y volteé, solo para encontrarme con su rostro, el cual volvería loca a cualquiera. - Creo que sí.- se ríe incrementando su encanto.

Sin hallar las palabras para decir lo contrario, me alejo. Siento que cada vez su presencia se está volviendo peligrosa.

- Como diría, las acciones valen más que mil palabras. Sígueme y no te alejes de mi, te mostraré como es estar en las grandes ligas.- hace como si no hubiese pasado nada.

Agradecida, lo sigo silenciosamente, solo para conocer un mundo al que jamás pensé adentrarme, todo es tan diferente a lo que se puede llegar a imaginar. Definitivamente, hay personas que saben lo que hacen.

Después deambular por todo el edificio y conocer a fondo sus procesos, llegamos a su oficina, la cual no tiene nada de sencilla. Curiosa por este nuevo entorno, la empiezo a recorrer.

- ¿Este es tu lugar de trabajo?.- pregunto lo obvio, es que su aroma inunda el lugar.

- ¿Tu que crees?.- me devuelve mis mismas palabras.

Sin poder evitarlo río, por lo visto no es alguien que olvida algo. Poseída por este agradable ambiente, tocó su silla, debatiéndose si debo sentarme o no.

- Toma asiento.- Vuelve y lo hace de nuevo, provocándome euforia en mi.

- Lees mi mente, porque más de una vez has dicho algo que estoy pensando, me das miedo.- exclamo entre risas.

Distraída por esta experiencia, desvío la mirada, solo para encontrármelo a pocos centímetros de mi rostro.

- No lo puedo hacer, pero me gustaría, quisiera saber que pasa por esa cabecita.- susurra muy cerca de mis labios.

Nerviosa y con la respiración agitada contemplo su boca, siento que estoy jugando con juego y que me quemare en cualquier momento.

- ¿Somos amigos?.- se acerca más, mostrando sus dotes seductores.

- Si, lo somos.- respondo tratando de ocultar mi inquietud, siento que estoy muriendo.

- Esperaba que dijeras que no, porque lastimosamente ya no quiero ser tu amigo, aunque eso es un buen comienzo.- dice con todo el descaro del mundo, mientras coloca sus brazos en los extremos de la silla, aprisionándome.

- Julián.- Trato de frenarlo, pero su dedo lo impide, debido a que lo pone en mi boca.

- Sé que es algo inesperado y confuso, también lo es para mi, pero desde que te conocí algo cambió. Cuando las cosas se tratan de ti, pierdo los estribos, ni hablar de esa noche, no sabes como aguante las ganas de matarlo a golpes por tocarte, me estoy volviendo loco.- dice antes de enterrar su rostro en mi cuello.

Helada ante su confesión, me quedo en silencio. Todo lo que me dice me parece imposible, siento que todo es una mentira.

- No te voy a presionar, me basta con ser tu amigo, solo te pido que me brindes la oportunidad de conocerte y te demuestre que no miento.- recompone su postura y me mira fijamente, haciendome ver su seguridad.

Anonadada frente a tanta información, pienso en huir, pero rápidamente desisto, eso no solucionará nada, solo lograría confundirlo más, así que la única opción es ser sincera.

- Lo siento, pero no puedo, por primera vez en mi vida tengo un proyecto de vida y lo último que quiero es meterme a una relación desgastante y tortuosa, ya no quiero pasar por lo mismo, no tengo energías. Lamento si te di falsas esperanzas.- me disculpo.

Quizás inconscientemente lo hice y le di entender cosas que no debía, pero no quiero hacerle daño. Ahora solo me preocupa sanar y mirar hacia mi futuro.

- Lo sé perfectamente y te apoyo, porque la verdad yo no quiero a una Aurora sumisa y mediocre, quiero a la Aurora que veo, fuerte, arriesgada y luchadora, una mujer que no le da miedo salir de su zona de confort y decir lo que piensa y quiere. Ese es tu encanto. Realmente eres asombrosa.- dice embobado, es como si contemplara una hermosa obra de arte.