El Secreto Del Yerno Multimillonario

Tras el final de la llamada. Abraham buscó rápidamente el número de contacto de alguien. Inmediatamente hizo una llamada, sus ojos mirando el reloj de pared en su sala de estar.

"Prepara un billete de avión para mí ahora. ¡Voy a volver a casa!", dijo Abraham con firmeza e inmediatamente corrió hacia la habitación.

Cuando el hombre abrió la puerta de la habitación. Al mismo tiempo, Aufa acababa de salir del baño. Sin decir nada, Abraham caminó rápidamente hacia su armario. No se olvidó de coger su mochila e inmediatamente metió algo de ropa en ella.

"Cámbiate de ropa, Aufa. Voy a llevarte a casa", dijo Abraham mientras cerraba la maleta después de guardar toda la ropa que se llevaría.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Aufa confundida. "¿Volver a dónde?"

Abraham se levantó. Miró a Aufa por un momento y pasó por ella casualmente.

"De vuelta a tu casa", dijo Abraham antes de abrir la puerta de la habitación. "Voy a llevarte a casa por un tiempo porque voy a estar fuera por un tiempo considerable."

Después de decir eso. Abraham salió rápidamente, dejando a Aufa, que todavía estaba conmocionada por las palabras de su marido.

Honestamente, la mente de Abraham estaba dividida en este momento. Estaba confundido con la condición de su madre. Estaba preocupado y ansioso, pero tampoco quería realmente separarse de Aufa.

Sin embargo, traer a Aufa ahora ante su familia no calmaría las cosas, sólo les daría a sus padres más de qué preocuparse.

Abraham no quería que esto sucediera. Hasta que finalmente empezó a pensar en llevar a Aufa a casa de sus suegros por un tiempo. Al menos estaría tranquilo si Aufa estuviera en casa.

Sus padres la cuidarían y todas las necesidades de su esposa serían atendidas.

"¿A dónde vas, Abra?", preguntó Aufa después de que se cambió de ropa y siguió a Abraham, que esperaba impacientemente en la sala de estar.

"Tengo un trabajo urgente."

"¿Qué tipo de trabajo?", quería saber Aufa.

"Aún no es hora de que lo sepas. ¡Vamos!"

"¡No voy a volver a casa si no me lo dices!", exclamó Aufa con rabia. "Me provocas así, luego te vas y ahora me estás llevando a casa. ¿Qué clase de broma es esta?"

Abraham suspiró profundamente. Sin embargo, ya no tenía tiempo. Cuando sus labios estaban a punto de abrirse. Se oyó el sonido de una llamada especial para alguien a quien había contactado antes.

"¿Sí?", dijo Abraham al acercar el objeto a su oreja. "Ok, estoy listo. ¡Espérame allí!"

"¿Con quién vas, Abra? ¡Dime!"

Abraham levantó los ojos. Miró a Aufa, que parecía querer saber lo que iba a hacer.

"No tengo mucho tiempo. Si no quieres ir a casa, entonces ¡me quedaré aquí solo!", amenazó Abraham e inmediatamente salió de casa.

El hombre caminó rápidamente hacia la motocicleta que estaba estacionada cerca de su taller. Abraham cogió el casco y tiró de la mano de Aufa, que parecía estar acercándose a él a regañadientes.

"Agárrate. ¡Voy a acelerar!", dijo el hombre mientras se ponía el casco también antes de subirse a la moto.

Abraham conducía su motocicleta rápidamente. Realmente no le dijo nada a Aufa. Hasta Aufa, que estaba sentada en el asiento trasero sin agarrarse, sólo podía quedarse en silencio.

Realmente no podía entender la mente de su marido. Qué había hecho mal, pero por alguna razón Aufa no quería ser llevada a casa.

"No molestes a mamá y papá. Sólo voy a estar fuera por un tiempo", dijo Abraham cuando el vehículo de dos ruedas se detuvo justo en frente de la casa grande de Aufa.

"¡Ven aquí!" Abraham ayudó a quitar el casco de Aufa.

Miró el rostro de su esposa que estaba haciendo pucheros. Sabía que, en realidad, ninguno de los dos quería separarse. Pero ¿qué más podía hacer? No podía llevarse a su esposa ahora.

"Da igual. Quédate fuera por un tiempo o por mucho tiempo. ¡No me importa!", gritó Aufa con rabia y salió furiosa, dejando a Abraham todavía parado al lado de su motocicleta.

"Querida", llamaron la madre y el padre de Aufa, abriendo la puerta de la casa. "Mamá te echa de menos."

Aufa no parecía feliz. El rostro de la mujer incluso parecía triste cuando su madre la abrazó.

"Padre, madre", llamó Abraham mientras besaba la mano del padre de Akmal.

En cuanto a su suegra, como de costumbre. Ella desvió la mirada y se negó a mirarlo. Sin embargo, Abraham no se lo tomó a pecho. Sabía que su suegra sólo quería lo mejor para su hija.

"Gracias, padre. Por entender a Abra. Abra deja a Aufa aquí por un tiempo, sí. Hay trabajo que Abra necesita terminar", dijo Abraham a su suegro.

El padre de Akmal asintió. Le dio una palmada en el hombro al yerno con orgullo.

"Papá está feliz de que hayas sido capaz de tomar una decisión al traer a Aufa aquí. Espero que tu trabajo termine pronto."

"No necesita terminar, está bien. ¡Deja a Aufa aquí y tú vives en tu casita!", dijo la madre de Aufa sarcásticamente.

"¡Madre!", interrumpió Aufa mientras sujetaba la mano de la madre. "Acompaña a Aufa hasta la cama. ¡Vamos!"

Abraham se quedó en silencio. Podía ver los ojos de su esposa mirándole también antes de entrar en la casa con su suegra. Sin embargo, por alguna razón, Abraham pensó que su esposa sólo quería que su madre no lo insultara.

"Lo siento por mi esposa, Abra. Papá..."

"Padre, Abra entiende", dijo Abraham maduramente. "Abra se va ahora, padre. Siento las molestias, padre."

Después de decir eso. Abraham inmediatamente salió de la casa de Aufa. No se dio cuenta de que había una mujer parada cerca de la ventana de su habitación, observándolo partir con una sensación de renuencia.

Por alguna razón, se sintió un poco triste. Ah, o tal vez sólo estaba empezando a acostumbrarse a la presencia de su marido y a nunca estar lejos de él.

...****************...

"¿Qué estás haciendo aquí, querida?", preguntó una voz masculina de mediana edad que tomó a Aufa por sorpresa.

Ella se giró y vio la figura de su padre acercándose a ella.

"Aufa no está haciendo nada, padre. Sólo quería un poco de aire fresco", dijo Aufa evasivamente.

El padre de Akmal sonrió. Se acercó a su hija que todavía estaba de pie en el balcón de la habitación y acarició su cabeza.

"¿Cómo está Abra? ¿Está siendo bueno contigo o está siendo grosero?"

Aufa negó con la cabeza. "Él es bueno, padre. Aunque a veces es irritante."

"¿Y entonces?"

"Él suele pedirme que limpie la casa, lave los platos y cocine, pero a veces también actúa de forma extraña. Él también ayuda en la limpieza de la casa y cocina la cena para mí. Él..."

El padre de Akmal sonrió. Podía ver la sonrisa animada en su hija mientras hablaba sobre Abraham y su vida cotidiana. El padre de Akmal podía incluso ver un amor diferente en los ojos de su hija.

"¿Estás enamorada de tu marido?"

El corazón de Aufa latió fuerte. Parecía conmocionada por la pregunta de su padre. Sin embargo, por alguna razón, algo pareció tocar su corazón.

"¿Es verdad que estoy empezando a enamorarme de él?"

~Continuará