Voluntades Inquebrantables

La sanación era un arte de la vida, pues restaurar el cuerpo y devolverlo a su estado original, era el arte de vida, y también un arte de la realidad. El arte de la muerte tiene que ver con la destrucción, y extinción de la vida misma, sino también de la realidad misma. El arte de la realidad es todo aquello que fijamos como real, que tiene un concepto en sí mismo, al menos eso me enseñaron mis maestros.

Las artes en sí son partes de las leyes de este mundo nuestro, pero hay leyes que no deberían ser posibles manipular, como lo es la extinción de la vida misma, como la restauración o sanación de la materia viva y la materia muerta.

Lo que separa las artes elementales de las artes de la vida, realidad y muerte; es la esencia misma de las artes. Ambas artes parten de la voluntad, y ambas artes deben nacer del núcleo de voluntad, sin embargo, la esencia en sí es diferente.

La esencia de lo tangible e intangible; de lo que uno puede percibir y de aquello que uno no debería percibir; lo que se puede manipular, y de aquello que no debería ser manipulable.

La voluntad solar, es parte de las artes de la realidad y muerte. Pues este arte permite incluso cortar la realidad, además de traer destrucción a todo lo que toca, hasta cierto punto. Más bien depende la fuerza de voluntad del propietario de dicho arte. Lo que lo diferencia del fuego normal, es la esencia de la destrucción, en otras palabras, la extinción. Las llamas comunes queman y destruyen, mas no extinguen en sí la vida misma, el alma. Las llamas solares extinguen el alma, y es capaz de cortar la voluntad misma de los portadores.

Y las artes elementales, también se pueden clasificar como artes de vida, realidad y muerte, pero en menor medida, ya que, los elementos son tangibles y percivibles.

"Hecho, los elementos también pueden ser catastróficos en manos de alguien con una voluntad vasta e insondable".

El agua es capaz de sanar y destruir; el fuego es capaz de potenciar y quemar todo su paso; el aire es capaz de ir oír todo, y cortar hasta el más fuerte de los metales; la tierra es capaz de endurecerse hasta convertirse en un material inquebrantable. También se puede manipular sus adyacentes, como lo es el hielo, rayo, sonido, gravedad, etc. Pero para ello, es necesario una voluntad capaz de suprimir las leyes de este mundo.

Una voluntad capaz de manipular la esencia de las artes y hacerlas suyas.

Las cinco casas reales, poseen una voluntad fuerte e inquebrantable, pero solo una de ellas posee las artes de la vida, realidad y muerte. El palacio, también posee dichas artes.

Los Fronken, posee el arte de la vida y la realidad. Son capaces de sanar heridas de muerte y regenerar extremidades faltantes, pero para ello, el portador de voluntad debe ejercer una fuerte y vasta voluntad para lograr esos milagros. La esencia que reside en sus núcleos también es fundamental para poder sanar completamente y mayor velocidad, si la esencia es mínima la sanación es completamente ineficaz.

Estella posee un núcleo extraordinario, alberga gran cantidad de esencia, sin embargo, su voluntad es efímera, es basura.

Su orgullo no es más que una fachada.

Pero no por ello deja de ser una excelente sanadora.

El proceso de sanar a Valian había empezado como hace cinco horas atrás. El proceso era muy lento, pero por lo menos Valian había dejado de sangrar, las fracturas comenzaban a unirse, los cortes pequeños ya se habían cerrado hace horas atrás.

Lo más difícil era sanar el brazo despedazado, la extremidad seguía unida al cuerpo, pero estaba muy cerca de separarse.

Sí, me había pasado con el golpe. Pero si no lo hacía el más herido sería yo. Su agarre en mi costilla era fuerte, y el aire cortaba como una espada, desgarraba y tajaba. Si no lo detenía, horita sería yo el desmayado.

Hecho, me confié demasiado, jamás pensé que él traería perlas de esencia.

La esencia de Estella ya era menguante, y yo aún estaba herido, la sangre dejó de chorrear, ya que me había vendado a mí mismo, y puse mi esencia en mis heridas, por lo que negué a la sangre seguir chorreando.

Pero el dolor no desaparecía, es más ya estaba comenzando a ver estrellitas.

En unos momentos me tocaba infundirle mi esencia, para abastecer su núcleo de voluntad.

La noche ya reinaba sobre el reino. Una bella luna se alzaba como gobernante de la tierra, las estrellas parecían bailar junto a la luna, las nubes seguían su camino empujadas por el viento de la noche.

Era una vista esplendida.

La paz era casi tocable, y en medio de una mar de estrellas y una luna llena, Valian despertó.

***

Perspectiva de Valian

La oscuridad se anidaba en mi alma, no había luz. Donde estaba era imposible que no hubiera luz, pues es mi núcleo de voluntad, el núcleo de mi alma. La esencia en sí era como un torrente de luz etérea que habita en los núcleos, dando luz al alma.

Mi núcleo estaba vacío, no había nada, la esencia no existía en mi núcleo.

Caminaba en un mar de oscuridad, ver mi propia alma es raro, y además es muy oscuro. La oscuridad no era un problema, el problema era que no sentía nada. La esencia que debería estar reponiéndose en mi núcleo de voluntad, no la veía por ningún lado.

"¿Acaso estoy muerto?".

Esa era una idea bastante rara, después de todo quería ser fuerte… no… no quiero ser fuerte… quiero tener poder, poder para doblegar y subyugar, poder para proteger a los míos, poder para detener lo que no me gusta, poder para vencer.

Mientras estaba perdido en mi alma, una pequeña y minúscula luz se filtraba por mi alma, era esencia de voluntad.

Pero era de un color diferente al mío, era de un color amatista, que se fundía en mi alma, la esencia se dirigía a varios puntos en específico, en algunos lados fluía como riachuelo, y en otras se quedaba en un punto formando como una laguna de esencia.

La luz volvía a mi alma, y viendo la esencia correr con una voluntad dirigiéndola pude divisar el núcleo de mi alma. Mi núcleo de voluntad.

Ya no había oscuridad en mi alma, al menos donde se alojaba la esencia ajena a mi voluntad. Mi núcleo era minúsculo, una canica. Cabía en la palma de mi mano, era una bolita de cristal vacía, pero sentía como presionaba contra mí, como si quisiera absorberme.

Era un sentimiento extraño… demasiado extraño.

La esencia ajena seguía fluyendo, pero ahora se alejaba en algún lugar lejano de mi alma, la luz que emitía la esencia se alejaba, sumiendo en oscuridad de nuevo el centro de mi alma.

Me pregunto de dónde será dicha voluntad ajena, no lo sabía y tampoco me interesaba.

Cuando comenzaba a alejarme del núcleo, una nueva luz provenía de algún lado, esta vez la esencia comenzaba a envolver mi núcleo. La bolita de cristal que hace un rato estaba vacía y sin color, volvía a cobrar vida, se llenaba de una luz etérea de un color ambarino. Y el núcleo que estaba vacío, volvía a estar lleno, el resto de esencia que seguía fluyendo de algún lado se disipó, dejándome con una pequeña luz que provenía de mi núcleo. La luz se derramaba, alumbrando hasta cierto punto mi alma.

Ya no había oscuridad, pero tampoco había demasiada luz.

Mientras seguía inspeccionando mi alma, un retumbar resonó en todo alrededor, la luz comenzaba a ondularse, entonces la esencia ajena que se había adentrado en mi alma comenzaba a retirarse.

Mire mis manos, me sorprendió un poco ver cómo se desvanecían en la nada, me convertía en esencia, me convertía en voluntad.

Sentía una calidez que me envolvía en mi todo mi cuerpo, el dolor que me agobiaba antes de desmayarme había desaparecido, dejando solo un poco de malestar. Pero de ahí en más, estaba bien.

Abrí lentamente los ojos, y lo primero que ví eran gotas de sudor cayendo sobre mi rostro. Una chica con cabellos castaños que se derramaban desde su cabellera cubría sus oídos, y sus facciones laterales, la frente apenas era visible. Sus ojos brillaban en un tono ambarino. El sudor corría por sus mejillas, y su frente, las mechas de cabello que le colgaban estaban empapadas de sudor. Sus labios entreabiertos jadeando.

Tenía una mirada perdida y absorta, parecía que estaba cansada… muy cansada.

Ella notó mi mirada y se sobresaltó, apagando la calidez que envolvía mi cuerpo, el brillo de sus ojos se atenuó dejando unos ojos desprovistos de toda vida. Ella tembló un poco y luego cayó de lado, dejando ver una luna llena que iluminaba toda el área.

Había un mar de estrellas en el firmamento, no había nubes alrededor. Todo era de un azul marino oscuro estrellado.

Todo era muy bello, la vida era bella.

– Ya era hora que despiertes, han pasado horas… cinco horas para ser específico –. La voz de Richard aún sonaba lejana, pero al menos se distinguía.

Me levanté lentamente, y entonces un dolor recorrió todo mi brazo izquierdo, también en la pierna derecha. Miré mis extremidades, y noté sangre seca en mi piel y en el suelo también.

Mi brazo y pierna estaban sanados, pero parecía que el dolor no había desaparecido, aún estaba lastimado, pero ya podía moverme libremente.

Richard estaba al lado de Estella, él también tenía sangre seca en su cuerpo, su costado derecho estaba destrozado… demasiado, hasta cinco huecos pude divisar. Cierto, esas heridas se las hice yo. Que irónico que alguien de mi calado pueda provocar una herida de ese calibre.

– Te ves terrible, creo que deberías dejar que te sanen un poco, no creo que sea buena idea salir con esas heridas feas - él se miró y simplemente se encogió de hombros - bueno es mi criterio, haz lo que quieras –. Richard sonrío, luego se volteó hacia Estella, la agarró y cargó hasta fuera.

– Llama a tu familia, diles que hoy dormirás aquí en mi casa, date una ducha y prepárate para cenar, ya es tarde. Estella ha agotado toda su voluntad sanándote, dejaré que descanse en la habitación para invitados. Date prisa, nos vemos en veinte minutos en el comedor principal –. Habiendo dictado su órden, se alejó caminando suave pero refinadamente, no olvidando quien es, a pesar de sus heridas que debían de doler como un clavo en el pie.

Sin embargo, el se volteó y dijo en un tono apagado: – Me aseguraré de que le des las gracias como se debe, ella te ha sanado –.

Asentí en confirmación.

"Las artes de la vida, si que hace milagros". Pensé para mí mismo, mientras me miraba el cuerpo.

De hecho, tenía pensado quedarme desde el principio, pero las cosas salieron mejor de lo esperado. Hecho, jamás pensé que mi teoría me habría llevado al derramamiento de sangre, por eso quería evitar por completo que alguien más lo supiera.

"Bueno, pudo haber salido peor".

La vida es bella a pesar de todo, y con una sonrisa cansada y adolorida me fui lavar.