Bajo La Misma Luna

Eros

«Dos dias»

Dos dias han pasado desde que Lyra fue derribada por un puto balón el cual todavía no he logrado entender de donde salió. Quería quedarme a su lado, no quería moverme de su lado hasta que despertara, pero tuve que hacerlo, Lizzie y Jules me dijeron que si me quedaba despertaría las sospechas sobre nuestro vínculo, me importaba una mierda si se enteraban pero sabía que si lo hacían ella se enojaría cuando se despertara por lo que a regañadientes tuve que irme de su lado hasta este momento que decidí que no podía apartarme de ella.

No ha despertado, ni siquiera se ha movido. Han dicho que había tenido una conmoción cerebral de la cuál rápidamente se había recuperado gracias a su loba, pero ni ella ni su loba estaban presentes en estos momentos y eso me tenía con los nervios de punta. Su madre estaba a cargo de su supervisión por lo cual venía a casa nada para saber de su hija, se había sorprendido un poco verme allí pero después de inventarle un montón de cosas pareció entender y también el hecho de que mi madre haya venido a verla.

—Debería despertar pronto, tengo cosas que hacer cualquier cosas me llamas — me dice Luisa la madre de Lyra antes de irse.

Me deja solo en la habitación, bueno, con su hija la cual está inconsciente, viéndola así no hace que me sienta para nada bien.

Acaricio su rubio cabello el cual está perfectamente peinado, supongo que su madre se encargó de mantenerlo impecable, continuo acariciando su cabello hasta que de repente abre los ojos mostrando unos orbes violetas.

—¡Joder! — digo al estar a centímetros de su rostro — tranquila nena, soy yo — digo cuando veo que se levanta desorientada.

Al ver que no me escucha lo que hago es tomar su rostro entre mis mano y obligarla a mirarme.

—Mírame Lyra, soy yo, Eros — digo y al decir mi nombre veo como logra relajarse y es cuando clava sus ojos en mi.

—Yo....he...la Diosa — balbucea haciendo que sea difícil entenderla — la....la....Diosa, ella....ella.....

—Cálmate nena, si lo dices así no podré entenderte.

—Ella....habló conmigo.

—¿Quien?.

—La....la diosa...la Diosa Luna.

—¿Estás segura? He...eso es imposible.— pregunto sin poder creerlo.

—Si...lo se ....parece una locura pero.....— sus palabras quedan a medias cuando su madre entra a la habitación.

—Oh Diosa, cariño— su madre hace el intento de acercarse a ella pero su intento queda a media cuando Lyra se pega más a mi.—Cariño soy mamá — dice su madre acercandose haciendo que su hija se aferre más a mi.

—Lyra ¿No recuerdas a tu madre? — le pregunto a la chica que parece atontada.

—Me duele la cabeza— dice llevándose las manos a la cabeza.

Veo que su madre suelta un fuerte suspiro de alivio.

—¿Que pasa? — pregunto sin saber que esta pasando.

—Es el efecto del aconito, tuve darle una pequeña dosis para controlar a su loba — dice ella.

—¿Por eso no siento a su loba? ¿Por eso ha estado inconsciente? — pregunto sintiendo como la rabia crece en mi.

—No alfa, la dosis que le di no es suficiente para dejarla inconsciente solo es para controlar a su loba mediante la revisión— responde rápidamente y es cuando mi rabia merma, ella se gira hacia su hija —Lyra, descansa un poco cariño luego vengo a verte, veo que siguen siendo unidos a pesar de los años — dice su madre al ver como su hija se aferra a mi.

Después de un rato logro a que Lyra se quede dormida, y mientras ella duerme mi mente repite una y otra vez sus palabras.

«ella habló conmigo» «se que parece una locura»

¿La Diosa Luna?

Es casi imposible que haya visto a la diosa Luna, pudo haber sido el efecto del aconito, pero para estar seguro de que fue una alucinación debo esperar a que despierte y así poder hablar con ella.

He pasado casi todo el día con Lyra, se que tengo cosas que hacer pero él solo hecho de pensar en alejarme de ella me vuelve loco, es mi compañera debería estar conmigo de todas las maneras posibles, pero se que pasará mucho tiempo para que ella pueda confiar en mi, ¡Joder! Que tortura tenerla tan cerca y a la vez tan lejos.

-Eros no hemos encontrado al responsable del ataque- la voz de Joey se cuela en mi mente.

-¿Es enserio? Joder ¿Como es posible de que se haya escapado? - pregunto por medio del enlace mental.

-No lo se, pero debemos poner más seguridad alrededor de la manada- responde.

-¿Por que?- pregunto.

-No quiero alarmar a nadie, pero los vampiros han regresado.

-¿Que? ¿Como lo sabes? ¿Los has visto?.

-No exactamente, pero hemos encontrado un cuerpo de animal destrozado pero sin una gota de sangre.

-Joder, bien envía guerreros alrededor de las manada, solo esperemos a que no se les ocurra clmenzar una guerra, no vayas a informar a nadie de esto diles a los guerreros que estén atentos a cualquier cosa, no quiero alarmar a nadie y que se desate un caos- digo antes de cortar la comunicación.

«Vampiros.»

Han vuelto, solo espero y no quieran comenzar una guerra ya que a pesar de tener un acuerdo de paz soy capaz de romperlo si llegan a tocar a uno de los miembros de mi manada.

Los vampiros desaparecieron hace muchos años, desde que firmaron un tratado de paz con esta manada, no se por que han vuelto o que quieren ellos nunca aparecen por aparecer.

Miro hacia la cama donde yace mi compañera, debo volver a mis labores pero no quiero dejarla y menos ahora después de enterarme de que hay vampiros deambulando, tocan la puerta lo cual hace que salga de mis pensamientos, la puerta se habré dándole paso a Jules y Lizzie y les hago señas de que no hagan mucho ruido.

—Luisa nos ha dicho que ha despertado— dice Lizzie.

—Lo hizo, pero estaba bajo los efectos del aconito por lo que no estaba muy consciente, se ha vuelto a dormir tal vez no despierte hasta mañana — digo, miro a las chicas y luego a mi compañera — yo debo irme quédense con ella y no la dejen sola — les ordeno a las amigas de mi compañera las cuales asiente en señal de respuesta.

De que puedo confiarles a ellas a mi compañera pero aún así mi preocupación no me permite dejarla desprotegida, por lo que le ordeno a uno de los guerreros que me acompaña que este pendiente de ellas en especial a Lyra, obviamente manteniendo la discreción para que no sospeche sobre mi vínculo con ella.

Quería quedarme, cuidarla, era mi deber soy su compañero, pero tengo responsabilidades con esta manada y debo velar por la seguridad de mi manada, si nuestro vínculo fuera oficial la cosa sería diferente ya que podría llevármela y así tenerla segura bajo mi protección, pero debo conformarme con poner a alguien que vele por su seguridad mientras yo no pueda.