Para heredar la millonaria empresa familiar, el implacable y perfeccionista CEO August debe cumplir la última exigencia de su padre: casarse con otro hombre, el hijo del mejor amigo del magnate, sellando una promesa hecha décadas atrás.
El contrato es claro: el matrimonio debe durar exactamente un año. ¿El divorcio? Solo será posible si la otra parte solicita la separación.
Decidido a poner fin a esta “locura” lo antes posible, August está dispuesto a todo para mantener sus emociones bajo control y garantizar el dominio total de la empresa.
Pero su plan comienza a desmoronarse cuando la convivencia forzada con su inesperado esposo empieza a despertar sensaciones que juró no tener…
¿Podrá mantener su corazón cerrado durante todo un año? ¿O terminará prisionero de un sentimiento que nunca planeó experimentar?
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Capítulo 16
Gael
Abro los ojos después de haber llegado tarde en la noche el otro día. Terminé quedándome dormido cuando llegamos a la habitación del hotel. La claridad del sol traspasaba la ventana e iluminaba todo alrededor.
Me giré hacia el otro lado y August ya se había ido. Me dijo que saldría temprano para poder ir a la reunión. Ya eran como las 11 horas, dormí un montón.
Dormimos en la misma cama, esta vez no tuvo reparo en compartir conmigo el lugar para dormir. Yo como un tonto enamorado me quedo fascinado por cada detalle aun sabiendo que pueda ser solo una ilusión.
Me arreglé, quitándome la resaca del sueño con un buen baño. Fui a buscar algo para comer, mi estómago estaba para devorarme vivo. Llamé al servicio de habitaciones pidiendo el desayuno. Aun siendo tarde, ellos aún trajeron.
Mientras August no llega para que podamos salir y almorzar, tendré que comer algo mientras tanto. El menú fue sándwich, jugo, café y frutas. Comí y bebí todo, más sin llenarme por completo, por causa del horario de almuerzo.
August llegó alrededor de la tarde, apareció un poco exhausto así que entró a la habitación.
— ¿Cómo te fue allá en la reunión?
Pregunté demostrando interés. Quería abrazarlo igual algunas esposas hacen con sus maridos al llegar del compromiso. Conociendo la personalidad de él, no sería genial.
— Un estrés del carajo.
Él tiró el abrigo encima de la cama, después se acostó. Quedé receloso en llamar para que vayamos a almorzar, pues él parecía bien cansado y estresado.
— ¿Estás queriendo algo?
Parece que August notó mi inquietud.
— ¿Ya almorzaste antes de venir para acá?
— Entonces es eso — Él miró el reloj — Aún no almuerzo, ¿quieres salir para almorzar fuera?
Confirmé.
— ¿Te importa si enfrío un poco más la cabeza?
— No estoy con prisa, puede ser cuando ya estés mejor.
Aguardé mientras él descansaba más, daba para aguantar más un poco hasta que salgamos. Tomamos un taxi hasta uno de los mejores restaurantes de Londres.
August ya conocía bien el lugar, y sabía en cuál restaurante servía los mejores platos. Comí bastante, mientras él solo picoteó.
— ¿Solo comes eso?
Cuestioné curioso.
— No, cuando estoy estresado es difícil alimentarme adecuadamente. Tú puedes comer cuanto quieras.
No me aguanté y comí bastante, pena que él no estaba aprovechando la comida. Después de almorzar, antes de que volvamos para el hotel, le pregunté a él si no quería ir a la playa para relajarse un poco. Era el mejor remedio.
Generalmente cuando siento mi cabeza caliente, la primera cosa que pienso es en una playa tomando un agua de coco bien heladita.
Él no rehusó, más tampoco dijo que quería ir. Lo arrastré así mismo. Hice chistes para intentar mejorar el humor de él.
Pasamos en una tienda de playa donde compramos algunas ropas. Conseguí arrastrar a August para el agua y también sacar algunas pequeñas sonrisas de él. Fuimos para un área más alejada donde aprovechamos para quedarnos a besos y arrumacos.
— Tú literalmente no existes Gael.
Dijo así que llegamos mojados a nuestra habitación de hotel.
— Uai, yo hablé que sería divertido para acabar con el estrés. Yo ya pasé por eso, el mejor remedio fue una buena playa, imaginé que la misma cosa funcionase contigo.
— Estás cierto, me siento más leve aunque la reunión haya sido un éxito de negocios aquellos hijos de puta me estresaron mucho hasta llegar a la decisión.
Él desahoga.
— Me siento bien en haber conseguido ayudarte de alguna forma. Al menos fui útil en algo.
Percibí que August me miró de una manera bien fija. Cuando me di cuenta ya estaba contra la pared con él besándome. El ritmo estaba un poco rápido, sentí la lengua de él encontrarse con la mía y las dos danzaren juntas.
Me erizó cuando dos manos se deslizaron para adentro de mi short encontrándose con mi trasero. Él no metió el dedo como la otra vez, solo masajeando y apretando mis nalgas. Él respetaba mis límites, lo que era bueno. Era diferente de los chicos que ya estuve, intentaban forzarme igual aconteció con mi último noviazgo. No quiero recordar el pasado ahora, solo aprovechar estar pegado en August.
— August — Hablo entre los besos — Necesitamos bañarnos para que no nos resfriemos.
— Ahora no...
Él niega chupando y mordiendo mi cuello, iban a quedar marcas, mas yo no importaba. De la última vez que él mordió acabó quedando.
Después de algunos minutos agarrados, August me levantó para arriba con facilidad haciendo con que mis piernas se entrelazaran alrededor de su cintura. Así quedando firme para no caer. Mis brazos quedaron alrededor del cuello de él.
Llegamos en esa posición hasta el baño. Nuestros labios se encajaban perfectamente con maestría. El fuego que subió, me hacía hasta querer entregarme a él en ese momento, mas aún no. Quiero esperar más un poco, pues iré a decir que lo amo! Declarar mis sentimientos. Espero que él sienta lo mismo por mí.
August llenó la bañera donde íbamos a tomar un buen baño. El agua era tibia, lo que haría nuestros cuerpos quedaren relajados como si fuese aguas termales.
Él se sentó al borde de la bañera y yo me senté en su colo. Mi blusa fue retirada y tirada para el lado. August por impulso tocó mis pezones y los chupó. Gemí de tan bueno que era sentir la boca de él.
Quedé totalmente desnudo, él masajeó mi pene y lo masturbó. Eyaculé en menos de segundos.
— Eso fue bien rápido.
— Soy sensible, disculpa.
Él hizo una sonrisa solamente con los labios.
— No es problema, hice unas pesquisas y quiero intentar algo contigo.
Quedé confuso, mas entonces él colocó el miembro para fuera que ya estaba rígido, me apartó un poco para atrás y juntó el mío con el de él. Su mano grande facilitaba el proceso, y entonces comenzó a masturbar-los.
Intenté aguantarme para no llegar al ápice tan rápido, si no yo pasaría una gran vergüenza enfrente de él. Acabó que aconteció antes de él de cualquier forma. Quedé sin saber dónde escondía mi cara.
Mas August fue comprensible al punto de decir:
— No necesitas avergonzarte por haber gustado. Ven, vamos a tomar baño.
Él quitó las ropas y entró junto conmigo en la bañera. Siempre imaginé como era la sensación de quedar sentado al frente de la persona que te gusta sintiendo ella bien en tus espaldas. Ahora que estaba aconteciendo, la sensación era increíble para el carajo. Nunca quiero olvidarme de ese momento.
Aprovechamos más un poco la ciudad de Londres por cuenta de mi insistencia que convenció August, pasamos unos dos días antes de que volvamos para Toronto.