IRONÍA DEL DESTINO.

un calambre en el estómago me dejó sin aliento por unos segundos.

_ te estás transformado Marely y una manada debe rodearte cuando tienes tu primer transformación. ayuda. por esa razón los demás están volviendo. _ me dijo y lo miré con cara de... what the f***.

_ ¿transformandome?¿yo? _ pregunté incrédula

_ sí, tu loba está llegando, Mare _ me dijo Melina y más y más miembros de la manada venían llegando.

_ Marely, ¿recuerdas lo que te dijeron tus padres sobre la primera transformación? _ preguntó Fernando.

yo lo observé sin saber qué decía. nunca nadie me había hablado acerca de la primera transformación. eso no era algo que se hiciera en mi manada. cuando se presentaban los primeros signos de transformación, eran llevados por sus padres a las profundidades del bosque. a la mañana siguiente simplemente regresaban. con vergüenza negué con la cabeza.

_ no, nadie me ha dicho nada _ respondí mientras otro calambre me atacaba. aún así no pasó desapercibida la mirada entre Fernando y su tía.

Perspectiva de Fernando

¿Cómo se supone que voy a ayudar a Marely en su primer cambio, cuando nadie le ha dicho nada? está a punto de transformarse y no tenemos tiempo de explicarle. la sangre me hierve, han sido injustos con ella. Acaso ¿no has sufrido ya bastante?.

cuando me contó el verdadero motivo por el cual había dejado atrás a su manada casi se me rompe el corazón. hacía poco que nos conocíamos pero ya sabía que era una loba increíble. ¿Cómo alguien que ha crecido con ella no pudo verlo? no podía entenderlo. su historia me había dolido de alguna manera que no puedo entender. Y no tenía lógica. había encontrado a su compañero, por lo tanto no era mi compañera. Lo sabía, de haberlo sido, lo habría sabido tan pronto como la vi en el restaurante. Pero de alguna manera, no puedo evitar tener una pizca de esperanza, tal vez porque no tenía a su lobo, no habíamos hecho click. Era estúpido, sabía que eso no funcionaba así, aún así tenía las esperanzas. Algo en mí, crecía entre más la conocía. No quería amargarme, reclamándole a la diosa, el porque la había emparejado con un idiota y no conmigo. Este no era el momento para pensar en esto, Marely me necesitaba, necesitaba a la manada. No importaba que no fuera parte de nuestra manada, todos esperábamos en que ella nos aceptara.

Le tome la mano y ella me miro.

_ ven, vamos más cerca del bosque, te lo explicaré _ le dije. Ella se levantó, con su otra mano en el estómago y sus piernas temblando. Al otro lado de ella mi tía la sostenía y detrás, el resto de la manada. Todos sabían de la importancia de estar en manada, cuando ocurre el cambio. Los más cercanos a ella estaban aún más cerca y Gimena, en su mano, traía una manta. Me daba gusto saber en qué Marely no estaba sola en este proceso.

_ Marely, mírame _ dije y ella levanto esos hermosos ojos verdes y me miró.

_ el primer cambio no es fácil, tu temperatura corporal aumentará a niveles exorbitantes para acelerar los cambios en tu cuerpo. Los calambres aumentarán en todo tu cuerpo, conforme empieces a cambiar. sentirás los huesos romperse y reacomodarse. No es divertido, pero es rápido una vez comienza. Es así solo la primera vez, después de hoy, no volverá a ser así. _ explique y pude ver miedo en sus ojos.

_estaras bien, cariño, tu manada está aquí, contigo _ dijo mi tía y todos asentimos.

_ ¿por qué los cachorros también están aquí? _ pregunto Marely, cuando sus ojos se encontraron con Caleb

_ sí, ellos están presentes, es importante para nosotros. De ese modo, los preparamos para cuando les toque a ellos _ expliqué. Ella cerró sus ojos, mientras otro calambre atacaba su cuerpo

había guiado a varios miembros jóvenes de mi manada, pero por alguna razón, me sentía impotente, por no poder hacer nada por ella. Nunca me había sentido así por nadie. No sé, tal vez porque se sinceró conmigo y se su historia o porque me tomo desprevenido. Me costaba mantener la calma, si no fuese porque estoy consciente de que ella me necesita, tal vez no lo hubiese soportado.

_ es hora de quitarte la ropa, cariño. no querrás regresar desnuda a la casa. Lo he hecho y no es cómodo _ le dijo mi tía

La risita de algunos se pudo escuchar. Todos en algún momento, habíamos roto nuestra ropa y habíamos pasado por situaciones similares. La desnudez en nuestra manada, incluso entre los hombres lobos, no era algo que pudiera ocasionar problemas. aún así, lo evitamos, era más una cuestión de respeto a nuestras parejas y para las hormonas de los cachorros que apenas están experimentando cambios físicos y mentales.

Gimena y Melina ayudaron a Marely a quitarse la ropa. La manada simplemente miro para un lado, por respeto. y yo, baje la mirada para darle algo de privacidad. Una vez desvestida, mi tía le coloco una manta sobre su cuerpo y se sentó en el pasto.

_ todo estará bien, aunque debes admitir que mi tía tenía razón. Por la diosa, eso es una catástrofe, el ego de mi tía se elevará _ bromee a lo que ella sonrío, pero otro calambre la invadió. Sin pensarlo, mi mano tomo.

_ no lo resistas Marely, estarás bien y entre más rápido lo asimiles, más rápido sucederá _ dije, tratando de relajarla.

su cuerpo tembló y un gemido bajo se le escapó. Seguido de ruidos de huesos rompiéndose. mientras la observaba su cuerpo cambió. antes de darme cuenta la mujer había sido reemplazada por un lobo. lo único que sobresalía era su cabeza, que sobresalía de la manta. era hermosa. apenas podía soportar las ganas de ver el resto de ella.

Ella intento ponerse de pie, pero tambaleó un poco y volvió a quedar en la misma posición inicial. La primera vez siempre es complicado. volvió a intentarlo y está vez lo logró, dejándonos ver lo hermosa y magnífica que era. La sabana se había resbalado y un pelaje rojizo brillante, nos deslumbró.

_ que hermosa es _ expreso Caleb, emocionado al ver a la hermosa loba roja

El cachorro corrió en dirección a la loba, pero rápidamente me interpuse. Era su primera transformación, no era seguro para un cachorro. todavía no podía controlar su fuerza y un gesto cariñoso, se podría convertir en un accidente

Al estar frente a ella, pude apreciar que sentada, casi me llegaba al pecho. Sin duda no era una loba pequeña, casi tenía el tamaño de mi lobo.

_ Caleb, tenemos que respetar el espacio de los demás, en especial cuando está en su forma de lobo. Ella no se puede enlazar con nosotros, por lo tanto, está vulnerable ante nosotros. Hay que pedir permiso _ le expliqué al pequeño cachorro, quién se puso triste ante mis palabras.

_ sí, alfa. Lo siento Mare _ dijo y yo le sonreí mientras le revolvía el cabello

Marely se volvió a poner de pie e intento avanzar. Su torpeza era cómica, así que no pude evitar reír un poco. Por supuesto que me gane una mirada molesta de Marely. Una vez que ella encontró su equilibrio, camino hacia Caleb y al estar a su lado, empujo su hocico hacia él. El pequeño me miro, como pidiendo permiso, así que asentí.

_ es tan suave _ nos dijo a todos. Por un momento sentí celos de que haya sido él, quién la acaricio primero. La manada comenzó a cambiar, uno a uno y se fueron acercando poco a poco a ella, para que sus lobos se reconocieran. Todo fue con cautela, para no abrumarla. Yo permanecí en mi forma humana hasta que el último lobo la saludo.

_ ¿te gustaría probar esas nuevas patas? _ le pregunté. Ella ladro felizmente, mientras meneaba la cola.

Me transforme a mi forma de lobo. Mi lobo era rubio arena. podría casi parecer blanco. Mi tamaño era más grande que el de ella, pero igual que los lobos de Martín y Sam. Era raro no poderme comunicar con ella por el enlace, así que la empuje suavemente. Ella entendió mi acción, así que despacio comenzó a caminar, hasta perfeccionar el movimiento. Les comunique a todos por el enlace que acompañariamos a Marely a su primera corrida, así que todos se unieron. A nuestro lado estaban Sam, Gimena, Martín y la abuela. La abuela fue la primera en regresar y posteriormente Sam y Gimena, como pareja reciente, necesitaban tiempo a solas y Martín, él tenía una cita. Al final, terminamos sólos los dos, corriendo a travez del bosque, hasta llegar a un pequeño mirador. La luna se podía apreciar en su máximo explendor. No podíamos comunicarnos con palabras, así que lo hice con acciones. Fue raro, pero agradable. Terminando con algunos cantos a la luna. Sus primeras notas eran torpes, pero, conforme lo intentaba, su aullido fue más fuerte y encantador.