Lauren es estructurado, posesivo y pretende que siempre hagan lo que él ordena, como era su padre y como le inculcó su madre.... pero desde que las familias arreglaron este matrimonio, Clarissa llegó para poner su mundo de cabeza. Podrán dos personalidades tan distintas encontrar el amor? Podrán romper con los mandatos y vivir su propia historia? Los invito a conocerlos...
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¿SEGUIMOS?
Clarissa está impresionada, sus miradas se encuentran, en ellas hay una mezcla de alegría, tristeza, impotencia, incertidumbre y la necesidad casi incontenible de entregarse a los brazos del otro, necesidad que ambos intentan retener y disimular.
Lauren la toma de la mano y el contacto produce un cosquilleo que vanamente intentan ignorar, él la guía hacia la silla y luego se sienta enfrente, toma sus manos entre las suyas, como si quisiera evitar que se separe de él, como si de esta manera eludiera cualquier posibilidad de que ella salga corriendo, no pueden dejar de mirarse, el silencio no es incómodo, sino que hay tanto y a la vez, tantas ganas de olvidar todo lo malo.
El camarero los interrumpe, les deja dos copas con vino y unos canapés.
Lauren inicia la charla: intenté llamarte, te dejé mensajes, pero sabía que no me responderías… por eso me tomé el atrevimiento de pedirle a Amelia que te trajera, solo quería una oportunidad para hablar a solas. Antes que nada, quiero decirte que no he vuelto a entrar en tu sistema de teléfono, desde que te encontré en Paris.
Clarissa (piensa… voy a matar a Amelia): Está bien, probablemente Amelia no me dijo nada, porque hubiera intentado encontrar una excusa para no venir… (Hay de mi orgullo…) Y lo del teléfono ya está resuelto, me formatearon el sistema, de todos modos es cierto, en la compañía me dijeron que no entrabas desde hace varios días.
Lauren: (La mira sorprendido, ella no es ninguna tonta) Solo quiero que hablemos, dame la oportunidad de decir lo que ha sido esto para mí, que me escuches, la última vez dijimos cosas que nos lastimaron mucho.
Lauren le habla despacio, mirándola a los ojos, intenta poner palabras a todo lo que quiere trasmitirle, mientras lo hace, no suelta sus manos, como si necesitase desesperadamente su contacto.
Lauren: He pasado casi toda mi vida vinculado al ejército, poco es lo que conozco de la vida fuera de ello, y cuando mi madre me propuso lo del casamiento, me pareció un buen plan, la forma en que lo pensé, era como una misión mas… planeé cada estrategia, cada secuencia de acciones a tomar, algunas delegué en mi madre, confiando en su criterio y también para obviar la responsabilidad de hacerlo yo mismo, como por ejemplo lo de tu… virginidad, sinceramente era algo que no me importaba, pero mi madre insistió tanto, que la dejé hacer… te pido disculpas por la humillación por la que tuviste que pasar…
Lauren: Y también el anillo de compromiso, me siento tan estúpido, mi madre se ocupó de todo, yo no lo vi hasta que lo puse en tu dedo… no es que me justifique, pero estas formas eran las normales para mi, vivir la vida de esta manera… pero tu… tu pusiste mi mundo de cabeza…
Clarissa lo escucha, lo mira, sus ojos reflejan sinceridad, tristeza y algo de ansiedad… siente que ha hecho un esfuerzo enorme para romper con sus estructuras, sus preceptos, su personalidad posesiva… para abrirse a ella y encontrar un punto de equilibrio, hubiera sido fácil para él romper con el compromiso, después de todo, ella le devolvió el anillo, pero el aún está ahí, peleando por ella.
Le dan ganas de abrazarlo y pedirle que tomen un vuelo a París y regresen a esa habitación, donde despojados de todo prejuicio, pudieron ser ellos mismos y encontrarse.
Lauren: nada de lo que planeé funcionó como lo esperaba, me sentía desconcertado, y mientras más intentaba controlarte, mas me desobedecías, y yo mas me obsesionaba, hasta que me di cuenta que mi obsesión no era porque no me hacías caso… sino porque no me hacías parte de tu vida…
Ella lo observa en silencio, sonríe, toma un poco de vino y habla…
Clarissa: Lo del celular me hizo sentir denigrada, como si fuera tu mascota, a la que le has puesto una correa, se sintió como algo… siniestro, husmeanado en mi espacio personal, en mi intimidad … con mi desconocimiento y tu desde las sombras…
Lauren: Lo se, lo siento, prometo que nunca lo volveré a hacer, pero está hecho, no puedo cambiarlo…
Clarissa: Pero… muchas de las cosas que dijiste son ciertas, te desprecié y me burlé de ti, con actitudes inmaduras, culpándote por una decisión que yo misma acepté… y luego, te mentí en la cara, con lo de París, con lo del Spa… Y de verdad, yo también lo siento…
Al abrir sus corazones, se sienten mas livianos, el enojo y la angustia desaparecen poco a poco, miran el mar mientras comen y toman vino en silencio, la inmensidad de las olas, las estrellas bailando con su reflejo en ellas, parecen ansiosas por saber que pasará…
Luego de un rato, Lauren toma sus manos nuevamente y rompe el silencio: entonces… ¿Que dices? ¿Seguimos?