Sombras De Venganza.

Un mes ha estado Megan en reposo; en este tiempo es poco lo que ha hecho. Elliott tampoco ha podido salir mucho por estar pendiente de que Megan no se levante porque es muy terca.

Xander la cuida todo el día y le consiente cada capricho, al igual que sus padres, pero al ver la hora de regreso de Elliot, llenan la habitación con restos de sopas y cremas saludables.

Megan solo quiere ya poder levantarse e ir a enfrentar a Alphonso, pero sabe muy bien que aún no puede por el bien de sus hijos.

En este mes, Vitaly y su hijo han perdido la paciencia; no saben qué pasó con sus hombres y tampoco han tenido respuesta de Megan. Entonces han decidido llamar su atención. El hijo del ruso le ha comprado un anillo hermoso a Megan y ha mandado a un grupo de hombres para que secuestre a cualquiera de las sirvientas y la que cayó fue la nana de la familia, quien siempre sale con el chófer para hacer las compras.

La nana aria está asustada en una camioneta con varios hombres, no conoce a ninguno, está nerviosa y piensa que le dará un infarto en cualquier momento; observa a los hombres con ella y todos tienen caras de asesinos y psicópatas.

El teléfono de uno de ellos suena y recibe una orden; la nana solloza y uno de los hombres la observa y le regala una nueva que parece una sonrisa siniestra.

"Debe calmarse, doñita, no le pasará nada, solo entréguele esta caja a Valeria o Megan, como se hace llamar allí. Hay un celular; necesito que me conteste o esa mansión arderá".

La nana Aria asiente llorando y la bajan detrás del supermercado donde la secuestraron. Se van a toda prisa y ella, como puede, pide ayuda. El chófer la encuentra cuando ella entra al supermercado y el hombre respira aliviado, le cuenta lo sucedido y regresan a la mansión.

"Aria, debería calmarse; eso de allí debe ser entregado al señor Alexander para que lo revise, podría ser un explosivo". La cara de la Nana es de terror, pero se calma al entender que es lo mejor que puede hacer.

La camioneta estaciona en la mansión y la mamá se baja del auto; el chófer lleva la caja, pues la nana está temblando. Al pasar por las puertas, Elizabeth se alerta al ver el estado de Aria.

"¿Qué sucede, nana, qué ocurre?" Trata de calmarla y la abraza. Megan, quien está sentada en el sofá de la sala, se levanta y la abraza. Elliott y los demás se alertan.

"¿Qué ocurre, Nana?" Elliott se levanta y se acerca a su nana.

"Me secuestraron, me subieron a un auto y..." solloza; está muy afectada.

"Calma, Nana aria, cuenta qué ocurrió, ¿te hicieron algo?" Le pregunta Megan y ella niega.

"Estoy bien, pero me dieron esa caja para ti, mi niña, ten cuidado". Megan observa al chófer, pero no logra acercarse porque Elliott se adelanta y recibe la caja.

"Ten cuidado, hijo". Elizabeth se preocupa; Xander y Alexander están atentos y también se acercan. El ambiente está lleno de tensión y expectativa.

Elliott sacude la caja y luego con cuidado la revisa, saca una cajita de terciopelo con un anillo y una nota que está en un pequeño ramo de rosas.

Elliott abre la cajita observando a Megan y ve un anillo de compromiso; en seguida lo arroja al suelo y luego lee la nota.

"Mi hermosa Valeria, veo que no has cumplido tu palabra, aunque lo dejaré pasar si aceptas ser mi esposa y la reina de la bratva". La nota es arrugada por la mano de Elliott y Megan se acerca a él.

"¿Qué ocurre, mi amor?" Él le muestra la nota arrugada y luego saca la lencería roja y casi estalla.

"¿Quién es el maldito que se atrevió a tanto?" La vena del cuello de Elliott está a punto de reventar.

"Elliott, mírame, cálmate para ver". Megan observa la nota y niega.

"Él es Viktor, el hijo de Vitay". La mandíbula de Elliott se tensa y bufa.

"Voy a matar a ese imbécil y haré que él mismo se ponga esto", dice arrojando la lencería de regreso a la caja. Decir que está molesto es poco; ni un tiro embravecido es tan peligroso como lo es él ahora mismo.

"También dijo que había enviado un celular para que lo llamaras, niña Elza", dice la nana y Elliott lo toma de inmediato, revisa y hay un solo contacto: <>. Dice Elliott que parte el pobre celular.

Envía rápidamente un mensaje, citándolo para esa misma noche; en un apartamento que es de él no los va a llevar a su casa.

"¿Qué estás haciendo, amor?", pregunta Megan y él se acerca, la besa, posesivo y demandante.

"Pasa que esta noche ese estúpido tendrá sus respuestas". Alexander lo observa y asiente.

"Es hora, hijo, y yo estoy contigo". Elizabeth también asiente; el momento ha llegado y no se puede posponer.

"Ahora, siéntate, cariño, no nos podemos confiar", dice mirando a Mega, quien, aunque está mejor, él sigue manteniéndola vigilada para que no se mal pase.

Elliott ordena que recojan el anillo y lo demás; este debe darle la cara a ese hombre y hacerle saber que Megan es de él y de nadie más.

"Cálmate, amor". Megan lo besa y Xander se acerca.

"A ese imbécil hay que enseñarle a respetar". Su molestia también es obvia.

"Hay que pensar con cabeza fría; hoy se destaparán muchas cosas". Elliott asiente hacia su padre porque Alexander McGarrett es su padre y Elizabeth su madre.