En la ciudad de Lunaris, donde los misterios y las sombras se entrelazan, vive Aurora Selene, una joven tímida y reservada que nunca ha sentido que pertenece al mundo ordinario. Cuando una noche de luna llena descubre un antiguo colgante en el ático de su casa, su vida cambia para siempre. El colgante la vincula a un antiguo linaje de magical girls, las “Fantomenas”, guerreras encargadas de proteger el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Aurora, ahora conocida como Fantomena Luna Night, debe aprender a dominar sus nuevos poderes mientras enfrenta a los Nocturnos, criaturas sombrías que desean sumir al mundo en una eterna oscuridad. A medida que se adapta a su nueva identidad, descubre que no está sola. Otras chicas con destinos similares comienzan a despertar, formando un grupo unido por un vínculo ancestral. Entre ellas se encuentra Cassandra, una misteriosa joven con una conexión especial con la oscuridad, que podría ser tanto una aliada como una rival. Aurora siente una atracción creciente hacia Cassandra, lo que complica aún más sus decisiones. Mientras el amor y la magia florecen, las líneas entre el bien y el mal se desdibujan, y Aurora debe decidir si seguirá el camino de la luz o se adentrará en las sombras junto a Cassandra.
NovelToon tiene autorización de Soul S para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 16: El desafío de la luna
El aire de Lunaris se cargaba de tensión mientras la ciudad se preparaba para la confrontación inminente. Aurora se movía con rapidez, pero con una mente enfocada, organizando a las Fantomenas y a los Nocturnos disidentes para lo que sería la última y desesperada ofensiva contra la luna oscura.
—Cada paso cuenta ahora más que nunca —murmuró Aurora para sí misma, sus palabras impregnadas de una firme determinación. A su alrededor, el santuario brillaba con una energía casi palpable, una mezcla de miedo y esperanza que resonaba en cada uno de los habitantes de Lunaris.
En una de las torres de vigilancia, Cassandra observaba el horizonte. Desde allí, la silueta de la luna oscura se alzaba como una imponente y aterradora presencia, un recordatorio constante de la amenaza que enfrentaban. A pesar de la decisión que habían tomado de aliarse con los Nocturnos, Cassandra no podía evitar sentir un peso sobre su corazón, una mezcla de duda y una extraña atracción hacia la oscuridad que emanaba del cielo.
—¿Estás lista? —preguntó Aurora, acercándose a Cassandra.
Cassandra asintió, sus ojos aún fijos en el horizonte.
—Nunca lo estaremos del todo, pero no tenemos elección.
Aurora entendía el conflicto interno que su amiga enfrentaba. La influencia de la luna oscura no era algo que pudiera ignorarse o subestimarse.
—Confía en nuestra fuerza, en lo que hemos logrado juntas —dijo Aurora, tomando la mano de Cassandra con un gesto de apoyo.
Mientras tanto, Thalor y los Nocturnos disidentes trabajaban sin descanso para reforzar las defensas de la ciudad. Sus acciones hablaban más fuerte que las palabras, y aunque la desconfianza seguía presente entre las Fantomenas, poco a poco, la brecha entre ellos se iba cerrando.
En el corazón del santuario, Aurora convocó una reunión con todos los aliados. Las sombras bailaban en las paredes mientras la luz de las antorchas iluminaba los rostros de los presentes. El ambiente era solemne, cargado de la gravedad de la situación.
—Hemos llegado al punto de no retorno —comenzó Aurora, su voz resonando en el silencio de la sala—. La luna oscura ha mostrado su verdadero poder, y ahora depende de nosotros enfrentarla. No podemos permitir que la desesperación nos supere. La luz de Lunaris brilla en cada uno de nosotros, y es nuestra responsabilidad protegerla.
Cassandra tomó la palabra a continuación, compartiendo la estrategia que habían desarrollado con Thalor. La idea era atacar el núcleo de la luna oscura mientras una parte del grupo distraía a los Nocturnos leales a la oscuridad.
—Sabemos que no será fácil, pero si logramos debilitar su fuente de poder, tendremos una oportunidad —explicó, su voz firme a pesar de la incertidumbre que sentía en su interior.
Thalor asintió con la cabeza, agregando su perspectiva.
—La luna oscura tiene un punto débil, una conexión con el mundo de las sombras que podemos explotar. Necesitamos unir nuestras fuerzas y atacar con todo lo que tenemos. Esta es nuestra única oportunidad de liberarnos de su influencia.
Aurora sintió una mezcla de esperanza y miedo. Sabía que estaban a punto de embarcarse en una batalla que definiría el destino de Lunaris y de todos sus habitantes. Con una última mirada a los rostros de sus amigos y aliados, asintió.
—Entonces, empecemos.
La noche se alzó sobre Lunaris, oscura y pesada. Las estrellas parecían más distantes que nunca, y la luna, en todo su esplendor siniestro, se cernía sobre ellos como un ojo vigilante. Aurora y su equipo se dividieron en dos grupos: uno liderado por Cassandra y Thalor para distraer a los Nocturnos, y otro liderado por Aurora, que se dirigiría directamente al corazón de la luna oscura.
—Mantente cerca —le dijo Aurora a Cassandra, antes de que se separaran—. Recuerda que estamos haciendo esto por todos nosotros, por Lunaris.
Cassandra asintió, pero había algo en su mirada que inquietaba a Aurora. Una sombra de duda, o tal vez algo más oscuro.
—Ten cuidado, Aurora —dijo Cassandra antes de desaparecer en la noche con Thalor y los otros.
Aurora condujo a su grupo por las calles silenciosas de Lunaris, el colgante de piedra lunar brillando con una luz tenue que les guiaba. Podía sentir el poder de la luna oscura pulsando en el aire, una energía opresiva que amenazaba con aplastarlos.
—Estamos cerca —susurró una de las Fantomenas, señalando hacia el cielo. Allí, una grieta en el velo oscuro de la luna se hacía cada vez más visible. Era la apertura que necesitaban.
—¡Ahora! —gritó Aurora, alzando su varita y canalizando la luz de la piedra lunar hacia la grieta. Una explosión de luz se extendió por el cielo, envolviendo la luna oscura en un resplandor cegador.
Los Nocturnos se movieron rápidamente para detenerlos, pero las Fantomenas y los Nocturnos disidentes los mantuvieron a raya. La batalla se desató con una ferocidad que Aurora nunca había presenciado, y el destino de Lunaris pendía de un hilo.
Mientras la batalla rugía a su alrededor, Aurora se centró en mantener el flujo de energía hacia la luna. Podía sentir la resistencia de la oscuridad, una fuerza poderosa y destructiva que luchaba por liberarse. Pero Aurora no estaba dispuesta a rendirse. Con cada onza de su ser, canalizó la luz lunar, luchando contra la marea de sombras.
Cassandra, por su parte, se enfrentaba a sus propios demonios. Mientras luchaba contra los Nocturnos, sentía la atracción de la oscuridad tirando de ella, una seducción que le susurraba promesas de poder y liberación. Pero también podía sentir la luz de Aurora, un faro de esperanza que le recordaba por qué estaban allí.
—¡No te rindas, Cassandra! —gritó Thalor, a su lado, su voz resonando por encima del clamor de la batalla—. Lucha contra la oscuridad. Estamos aquí por una razón.
Cassandra cerró los ojos por un momento, concentrándose en la luz dentro de ella. Sabía que la batalla no solo se libraba en el exterior, sino también en su interior. Con un grito de determinación, se lanzó de nuevo a la lucha, su espada resplandeciendo con un brillo que reflejaba su fuerza interior.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la luz de Aurora rompió la resistencia de la luna oscura. Con un estallido de energía, la luna comenzó a desvanecerse, su poder disipándose en la noche.
Las Fantomenas y los Nocturnos disidentes se detuvieron, observando con asombro cómo la luna oscura perdía su influencia. La batalla había terminado, y aunque había sido una victoria, Aurora sabía que no era el final.
—Hemos logrado un gran avance hoy, pero la verdadera prueba aún está por venir —dijo Aurora, mirando a sus aliados—. Debemos prepararnos para el próximo desafío. La luna oscura no se rendirá tan fácilmente.
Cassandra se acercó a Aurora, su rostro mostrando una mezcla de alivio y preocupación.
—Gracias por creer en mí —dijo suavemente, su voz llena de gratitud—. No podría haberlo hecho sin ti.
Aurora sonrió, sabiendo que habían superado una gran prueba juntos.
—Siempre estaremos aquí, juntas, enfrentando lo que venga. No importa cuán oscuro sea el camino.
Con esa promesa en sus corazones, el equipo se preparó para el próximo capítulo de su lucha, sabiendo que el desafío más grande aún estaba por delante.
Me recuerda a un título de Touhou