El Rey de las Bestias

-¡Buenos días maestro..!

-Buenos días, Sebastián.

Me mira fijamente y me dice de manera muy seria.

-Debes tener cuidado con la palabra "Maestro", no puedes usarla en cualquier persona, solo aquellas que te hayan aceptado como discípulo y dado su herencia merecen ese título.

Es cierto que en este lugar el honor es importante, pero esa actitud cuadrada no me gusta, ¡al diablo!, si no me gusta lo cambiare.

-Pero Maestro Douglas, una persona que enseña a alguien es un maestro y un maestro por un día es como un padre para toda la vida.

Douglas me mira estupefacto, parece no entender mi punto pero se queda pensando, debo atacar ahora que el hierro está caliente.

-Usted me dio el libro con los conocimientos de su vida y me enseño como fabricar sin guardar nada, ¿no es el mínimo respeto que merece que yo lo llame maestro?

Una persona aparece como un fantasma a un lado de Douglas, en cuanto la ve intenta arrodillarse pero ella lo detiene.

-Gran an....

Antes que pueda terminar su frase Douglas, ella lo detiene haciéndole una señal de guardar silencio, voltea a verme y parece bastante intrigada.

-Justo lo que se esperaría de un genio, hasta su manera de pensar es diferente jeje...

Emite una pequeña risa y siento como mi alma es transportada a otro mundo, es la mujer mas hermosa que he visto en mi vida, hasta la mas hermosa modelo de mi mundo no merece ni siquiera llevar lo zapatos de ella.

Me quedo observándola y se me salen mis pensamientos.

-Ho – hola, diosa...

No puedo creer que haya dicho eso, mi cara esta ardiendo completamente, ¡Trágame tierra!, siento unas delicadas manos sosteniendo uno de mis cachetes, volteo a ver hacia arriba y veo una tierna sonrisa mirándome con los ojos lindamente entrecerrados.

Una parte de mi esta feliz de interactuar con este ángel descendido del cielo pero por otro lado mi orgullo se siente herido, sigo siendo tratado como un niño, ¡Maldición! Soy un hombre, ¡un hombre..!

-Que lindo eres, a partir de hoy estarás en este lugar entrenando, durante las noches entrenaras en batalla conmigo, te entrenare hasta que puedas defenderte.

Me quedo mirando fijamente su rostro, no puedo procesar ni una palabra, solo puedo observar su rostro perfecto, ¡Su belleza esta fuera de este mundo!, aun no puedo creer que alguien tan perfecto exista.

Antes de poder reaccionar da media vuelta y se retira caminando, su paso es tan elegante me quedo mirándola y no puedo evitar posar mis ojos en sus hermosas nalgas, parece un durazno completamente maduro, como quisiera darle una mordida.

Parece notar mi mirada voltea y me guiña un ojo, mi corazón se detiene por un momento.

-Volvere mas tarde por ti, esfuérzate mucho.

Mientras me quedo perdido en mis fantasías, no noto la cara de Douglas, su boca esta completamente abierta, intenta dar un paso y se tropieza cayendo de cara al piso.

El ruido me saca de mis fantasías, regresándome al mundo real.

-¿Se encuentra bien maestro?

-El.. An... ma... que... no...

Douglas empieza a decir solo incoherencias hasta que porfin logra reaccionar.

-Ejem...

Tose un poco aclarándose la garganta.

-Bien niño no perdamos tiempo el mayor tiene muchas expectativas de usted, será mejor que no la decepciones, primero empieza realizando una espada sencilla de una estrella, como un guerrero deberías ser capaz de hacer armas de 2 estrellas, pero al ser alguien tan extraño no me sorprendería que logres un arma de tres estrellas con algo de práctica.

Me indica que puedo iniciar a trabajar, empiezo con las inscripciones de fuego, al ser de nivel uno no se ven tan complejas,

Me indica que debo empezar desde lo mas básico, me da unas rocas de diferentes colores, me explica que son minerales de hierro, necesito extraer el material puro para esto debo destruir todas las impurezas.

No se nada sobre la herreria, así que empiezo a calentar las rocas, en lugar de usar el fuelle y el horno, rodeo el metal con mis llamas.

Poco a poco empiezan a ponerse brillantes y a fundirse, cuando las inspecciono entiendo a que se refiere con impurezas, el metal que ayer uso Douglas al fundirse se veía de color amarillo brillante, en cambio este parece un caldo amarillo brillante con muchas cosas en medio, supongo que eso es lo que debería destruir este material tiene demasiadas impurezas.

Douglas me mira con una expresión bastante divertida, parece que me dio un mineral muy malo para hacerme batallar, ahora veras de lo que soy capaz.

Llevo media hora con el hierro al rojo vivo, pero las impurezas no parece que vayan a desaparecer, intento calentar zonas especificas dentro del material y consigo empezar a destruir las impurezas.

Después de 8 horas por fin he terminado de limpiar todo el material, caigo jadeando y mi cabeza da vueltas, empiezo a vomitar incontrolablemente durante algunos minutos, cuando por fin dejo de vomitar volteo a ver a Douglas y tiene un ceño fruncido.

-Dijeron que eras un genio en la cultivación, parece que también eres un genio en la forja, lo que acabas de hacer se llama depuración de impurezas y solo lo llevan a cabo herreros de nivel principiante con nivel fuego después muchos años de práctica, dime ¿cómo lo lograste?

Respondo con sinceridad, no creo que sea algo realmente importante.

-El fuego es una parte de mí, así que creo pequeñas burbujas de fuego alrededor de las zonas que quiero eliminar e inyecto más energía.

Me mira con una mirada seria.

-Ese es el método común pero no es fácil de llevar a cabo veo que has entrenado mucho tu sentido espiritual para poder lograrlo.

De repente me acuerdo de algo y le dijo emocionado.

-Hubo una impureza que no pude destruir con este método así que use el rayo como si fuera un laser, lo enfoque hasta que logre destruir la impureza.

Douglas parece haber encontrado la inspiración y se queda completamente ido, escucho una melodiosa voz que ansiaba escuchar.

-Vámonos.

Sonrió y la sigo de cerca, llegamos a un campo de entrenamiento, aunque ya es oscuro, el reflejo de las antorchas resalta su belleza haciéndola lucir aún más hermosa.

Comienza atando su cabello en un lindo chongo, parece lista para la batalla.

Voltea a verme con una mirada seria empuñando una lanza, se ve extremadamente gallarda, es un ángel que comanda legiones para destruir el mal.