Para ser guerrera no se necesita tener una armadura, tampoco tener super poderes y mucho menos una espada mágica, para ser guerrera, necesita tener humildad, decisión, amor propio y mucho carácter, para poder enfrentaras adversidades que la vida le presenta, con esa armadura se viste todos los días Cristina Mejia para salir adelante junto a su pequeña hija de ocho años.
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Orines
Clemente visto a su hermano y a sus familiares más cercanos en el cantón Arenilla, él salió del aquel cantón cuando trabajaba en la hacienda Muñoz y conoció a Maura luego se unieron y formaron una familia, él jamás se casó con Maura, al llegar su hermano lo saludo, también le ofreció las llaves de la casa que eran de sus padres para que esté cómodo mientras los visitas.
Aunque las intenciones de Clemente no era quedarse mucho tiempo, porque no le quedó de otra, él trató de buscar a su hijo mayor, pero su mala cabeza no supo dónde dejo la dirección de la casa de Renato Azin, por no estar en las calles decidió regresar a la ciudad que lo vio nacer y estar ahí hasta localizar a su hijo mayor para que le dé la vida digna que merece.
Mientras tanto en la ciudad de Machala, Jorge aprendía del negocio familiar, Renato se esmeraba en enseñarle cada detalle, para el su único hijo varón tenía que heredar una gran parte de su fortuna, aunque él no estaba muy concentrado en su trabajo de igual manera le enseño muchas cosas a su supuesto hijo.
Renato---: Algún día tú serás dueño de una parte de esta empresa.
Jorge--: Me esperaré por aprender.
Renato sonrió, él está seguro que sus tres hijos se llevarán muy bien en el futuro solo espera que Regina deje de comportarse mal y dejes los celos a un lado.
Renato---: Hijo voy a salir, tengo que hablar con mi prima, familiarizarte con tu futura empresa.
Jorge sonrió, al ver que Renato salió, él miro a la ciudad desde lo alto por primera vez se sentía dios, esa vida jamás la cambiaría.
Jorge--: Al final tengo que agradecerle a Clemente por haberme mandado a vivir con este tonto, y a mi querida primita, que gracias a Dios ella desapareció ahora yo ocupo su lugar y si algún día aparece yo mismo me encargaré de que no vuelva.
Por su parte Brenda pedía unos días libres, Cristina estaba por hacerse unos estudios de su embarazo, ella tenía siete meses y su vientre crece cada día. Brenda no quería dejarla sola, vivir este embarazo era como vivir uno suyo que no tuvo la oportunidad de embarazarse, pero la visita de su primo la saco un poco de su control emocional.
Renato---: Puedo pasar.
Brenda----: Claro primo, a qué debo tu visita.
Renato---: Vine a retirar unos exámenes de mi hijo y también.
Brenda----: Tu hijo, yo te veía como te desesperaba, por estar con ella, y ahora Dios te premia con el fruto de su amor.
Renato---: Al final murió, pero me dejó un hijo encantador, prima yo estoy aquí es porque mi tía me pidió que hable contigo.
Brenda----: ¿De qué?
Renato---: De tu decisión, de adoptar a la muchacha, sé que está embarazada y realmente tenemos por ti, todos en la familia pensamos que esa chica es una vividora y se aprovecha de tu buen corazón.
Brenda----: (ríe a carcajadas) Ya adopte a Cristina no tienen por qué preocuparse, es mi hija legalmente, y mi esposo y yo estamos contentos con ella, pero te confesaré algo, ella tiene algo especial que me atrae como si por alguna razón estuviéramos un vínculo las
Dos, no te ha pasado que siente una sensación rara al tocar a una persona extraña.
Renato recordó de inmediato a la joven que por poco atropella hace meses atrás incluso él frecuentó varias veces la misma avenida, pero no la encontró, fue raro lo que sintió aquel día.
Renato---: Solo piénsalo, talvez esa muchacha puede ser una maleante y te haga daño en un futuro me iré si me prometes que estarás alerta.
Brenda----: No es necesario, el tiempo les mostrará que hice una buena elección.
Renato---: Ojalá nos equivoquemos, cualquier cosa me llamaras prima.
Brenda----: Jiji, tranquilo, yo estoy feliz con ella y no dudaré, solo espero que me entiendas imagínate si yo te digo que le hagas una prueba de ADN a tu hijo, si te digo que nosotros desconfiamos ¿lo harías?.
Renato---: No, porque confío en Delia, si ella dice que es mi hijo... Es mi hijo.
Brenda----: Lo mismo digo yo, no voy a desconfiar de Cristina es una niña y me necesita.
Renato salió de la oficina de Brenda, esas palabras de la prueba de ADN retumbaron en su mente, movió la cabeza en señal de negación, él jamás desconfiaría del gran amor de juventud.
Las horas avanzaban convirtiéndose en días, y los días se convierte en semanas felices para Cristina y el matrimonio Zambrano, también eran tiempos de alegría para Martin y sus padres que volvían a ver a su hijo, el trabajo no los dejaban visitar a su hijo con frecuencia, esas semanas Martin ignoro por completo a su novia todo el tiempo lo dedico a sus padres,. Mientras que en la familia Muñoz Yolanda se preparó para viajar junto a su esposo a España, ellos llegarán a tiempo a la boda, de su único hijo, por su parte José había noches que bebía, porque en su mente no podía de dejar de pensar en la joven Cristina, cada vez que ella llegaba a su mente el sonreía como un tonto.
Pero a pesar de todas esas emociones encontradas el decidió continuar con su boda, José se sentía cada día más miserable porque el amor por su novia estaba en duda, pero en cada amanecer a la distancia sentía que estaba conectado con Cristina, no sabía si era por el bebé o porque realmente él la ama y no se dio cuenta a tiempo por estar ilusionado y aferrado a un amor que simplemente había pasado a un segundo lugar en la vida de su novia.
Los controles prenatales, hacía cada día ilusionar a la futura madre cuando el Galeno le manifestaba que su retoño crecía sanamente, los días pasaban similares a unas estrellas fugaces, porque cada vez el sol se oponía para darle lugar a la oscura noche que solo la luna alumbraba delicadamente en lo alto del cielo nocturno, el cielo se oscurecía y al siguiente el sol volvía a salir y la inocente Cristina se llenaba de amor al sentir a su pequeña bebé, que cada pataditas y movimientos hacían que olvide todos sus sufrimientos del pasado.
La joven guerrera se entretenía como de costumbre en la cocina del restaurante, y al sentir que un líquido le bajó, se asustó ella pensó que se había orinado, salió de la cocina y el supuesto orine salía y rodaba por sus piernas, Víctor al verla preocupada pregunto, a unos de sus empleados que le ocurría a su hija, lo primero que pensó fue que ella tuvo problema en la cocina.
Víctor---: Alguien me puede decir que le pasó a mi hija,. Porque razón salió muy rápido de aquí.
Janina---: No lo sé jefe, solo dijo que subiría al departamento.
Víctor---: Que raro, llamaré a Matilde para que me informe cualquier cosa con ella.
Mientras tanto en la habitación de Cristina, ella se cambió de ropa interior y se recostó en la cama, también sintió un incon debajo de vientre, segundo después se volvió a sentir mojada, ella no podía creer que se esté orinando, lamento no darse cuenta, y orinarse sin sentir nada, Matilde ingreso y la encontró un poco preocupada.
Matilde----: ¿Niña Cristina que le sucede?
Cristina---: Nada Matilde solo que (avergonzada) se me sale el pipí de la nada.
Matilde----: De la nada.
Cristina---: Si es raro, también siento que me inca aquí abajo, he cambiado mi interior varias veces, pero me sigo orinando.
Matilde----: Señorita eso no es orine es agua fuente, señorita creo que la bebé va a nacer.
Cristina sintió pánico de inmediato, como que iba a dar a luz, si no tenía dolores como indico el doctor.