EL DESPERTAR DEL LOBO

ADRIÁN SANTANDER

Después de hacer el amor salvajemente, bajamos nuevamente a la fiesta de presentación de Luna. La fiesta duró un poco más de dos horas.

Nos fuimos a descansar.

— Descansemos un poco. A las 9 am, iremos al manantial con Marc y Luther, el beta y delta de mi fallecido padre. Son los dos hombres lobos de antes. Ellos te entrenarán. Así que, prepárate.

— Está bien.

Dormimos 4 horas. Llegamos al manantial. Ya estaba Marc y Luther esperándonos. El entrenamiento empezó.

Un mes pasó rápido y Luna dominaba 3 de 4 de los elementos: Agua, Tierra y Aire.

— Encontramos un libro de los seres mitológicos en nuestra biblioteca. Y hay una sección que habla de las Hadas. Según ese libro, una piedra artificial creada con la Alquimia que contiene el poder de la Reina Hada. Se ha forzado a la piedra que contiene la energía de otro mundo (mundo de las hadas) y se ha oscurecido como un efecto secundario. Es utilizado para el Renacimiento del Hada. Con esto confirmó, su madre era la reina hada y esa piedra hizo que sus poderes mágicos renacieran en ti. Usted, por linaje, por sus poderes y porque su madre no está viva, usted, es la Reina de las hadas. Ya no me cabe dudas— decía Marc.

Luna puso una cara de incredulidad aunque todo indicaba que las palabras de Marc eran ciertas.

Estuvimos en medio mes más, tiempo suficiente para que Luna, dominará el último elemento: el fuego.

LUNA FLORES

Esto es una locura. Ahora soy Reina Hada. Me tiré una carcajada, Marc, Luther y Adrián me veían con sorpresa. Seguramente pensaban que estaba loca.

— Perdón... En serio... Pero no puedo creer todo esto. Esto parece sacado de un cuento.

— Bueno, así son las cosas ahora. Mi despertar como lobo fue a los 18 años, tú renaces como Hada Reina es en este momento. No tiene nada de malo. Ahora sé que juntos somos fuerte, esta manada es fuerte.

— Estoy exhausta. Podemos irnos a casa. Por favor.

— Sí. Creo que en una semana regresamos. Albert y Lorem deben están desesperados por tomarse un tiempo aquí.

Regresamos a nuestra habitación, nos dimos un baño y luego nos dormimos.

Nuestra semana acabó. Cuando vimos ya estábamos en la empresa, Adrián como CEO y yo como su asistente personal. Pude controlar el inhibir mi olor de hada.

Albert y Lorem regresaron a Grecia.

— Adrián, voy al comedor, tengo hambre. ¿Quieres algo?

— Sí. Mira esta torre de papeles que tengo que firmar. Siento que mi trasero se va a fusionar con este asiento. Sabes que, mejor vamos juntos, así me puedo estirar un poco.

Íbamos caminando al comedor de la empresa.

— Buenas tardes— era Larry saludándonos— Luna, podemos hablar un minuto.

Adrián me miró subiendo las cejas.

— Estoy ocupada.

— Un minuto solo.

— Puedes pedir por mí, señor Adrián. Solo será un minuto.

— Puedes hablar— Adrián le decía a Larry— no hay problema por mí.

— Es que es algo personal— decía Larry.

— ¿Personal? ¿Algo personal con mi asistente?, puedes decirlo, está bien.

Miré de reojos a Adrián. Era evidente que estaba celoso.

— Tengamos una cita hoy después del trabajo— Larry habló.

Esto no me lo esperaba. Adrián se quedó con la boca abierta y me miró.

— Tú quieres una cita con mi— No dejé terminar de hablar a Adrián.

— Señor Adrián deme solo un minuto con Larry.

— ¿Luna?

— Por favor.

Adrián terminó iendose* a la oficina. Se veía un poco molesto.

— Larry. Estoy saliendo con alguien. No puedo aceptar tu invitación, pero me honras con que me consideres para una cita. Espero me puedas entender. Gracias.

— Está bien. Algún día estaremos frente a frente, juntos. — Larry puso una sonrisita que no me gustó.

Llegué al comedor y pedí dos batidos de frutas. Me dirigí a la oficina. Adrián estaba sentado, tenía el entrecejo fruncido. En cuanto entré, me miró.

— Luna, ¿es en serio lo que acaba de pasar? No quiero a ese en mi empresa.

— No estés de celoso. No necesitas despedirlo. Ya le dije que estoy saliendo con alguien y lo rechacé.

— ¿Por qué no lo hiciste delante de mí?

— Porque nadie sabe que salimos. Además, quería rechazarlo sin que sintiera más mal.

Adrián se levantó y me abrazó.

— Quisiera tenerte en mi bolsillo para que nadie te vea y se enamore de ti. Te quiero solo para mí.

— Tan celosos eres. Somos iguales, no necesitas esconderme por nada porque yo únicamente amo a un hombre, y ese eres tú. Tomaste traje un batido de frutas.

— Siento una mala espina con ese Larry.

— Qué los celos no te hagan ver cosas dónde no las hay.

— mmm, aun así, tendré ojos en él. Pronto será la cena de fin año, ese día te voy a presentar como mi esposa.

— ¿Esposa?— Miré mi mano izquierda— cuando nos casamos que no me di cuenta. Aquí no veo ningún anillo de boda.

— ¿Boda?, pero la boda solo se realiza en el mundo humano, nosotros ya tuvimos nuestro encuentro y ya te presenté como mi Luna.

— Ah. Está bien, mi parte humana quiere hacer realidad ese sueño. Y me pregunto, ¿cómo es posible que el rey de los hombres lobos no le pida matrimonio a su mate, que es una hada reina? No pensé que eras así— lo vi haciendo pucheros.

— Me tienes en tus manos mi amor. Casémonos.

— Uy, así me lo pides. Ya no quiero nada. Me lo pides solo por qué yo quiero, no porque tú quieres.

— Entonces, ¿Quieres o no quieres?

— Ya no. Regresa a trabajar. Ya sé que no me amas tanto como lo pregonas.

—¿Quién entiende a las mujeres?— Adrián se fue a sentar.

La verdad me gustaría casarme con Adrián, en mi niñez muchas veces soñé en que un príncipe me rescataría, yo sería su princesa. Aunque ahora todo eso es innecesario porque no somos humanos y somos más que eso.

— Mi amor, ¿Estás molesta?

— No, no lo estoy Adrián.