Queda huérfana y tiene que cuidar de sus hermanos, así que con sólo 15 años se casa con un hombre ciego y malhumorado.
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Capitulo 16
Camila está muy triste con la actitud de Bruce. Siente su corazón hecho pedacitos. Se lamenta el se tan tonta. Pero ya se cansó de serlo. Ya no permitirá que jueguen con su corazón. Ella decide no seguir obedeciendo a su suegra. Ya no será buena y linda con el.
...
Bruce regresa a la Villa y busca con la mirada a Camila, ella no sale a recibirlo. En los días siguientes tampoco la ve mucho. Ella mantiene su distancia con el. Bruce se entristece con esa actitud. Pero no la culpa, ella tiene los motivos suficientes para actuar cómo lo hace.
Las semanas pasan y Camila pone cada vez más distancia con el. Cecilia lo nota pero no quiere intervenir. Ella se siente mal respecto a Camila, sabe que su hijo tiene razón. El es un enfermó mental, y una pequeña cómo Camila no debería lidiar con eso.
Un mes pasa tan rápido cómo el amanecer. Camila y Bruce siguen compartiendo habitación, pero ya no se hablan. En las mañanas tampoco amanecen abrazados cómo antes. Los dos se ven algo tristes, el único que está disfrutando la situación es Luis.
Camila en el fondo espera que Bruce intenté arreglar las cosas. Pero el no parece muy interesado. Ella pierde la esperanza y se resigna a qué un día se tendrá que divorciar.
...10 meses después....
Camila está a tres días de cumplir los 17 años. Este parece un días normal para ella. Está volviendo del trabajo cuándo se cruza con Luis.
— Hola cuñada.
— Hola.
— ¿A dónde vas?
— A mi habitación.
— Te acompaño.
— No es necesario.
— Quiero darte un regalo.
— ¿Un regaló?
— Si. En tres días es tu cumpleaños y yo no estaré.
— A dónde vas.
— Tengo un viaje de negocios. Me gustaría llevarte pero Bruce se enojaría. — Bromea el. Aunque no todo es broma. Realmente le gustaría llevársela.
— No creó que le importe. — Murmura Camila, pues en todos éstos meses el se portó indiferente con ella.
— Bueno ven. — El toma su mano y la lleva a su habitación. Ahí le da un hermoso collar de diamantes.
— Es muy bonito. — Dice Camila emocionada.
— ¿Si te gustó?
— Si. — Luis al ver su sonrisa de repente quiere besarla. Pero no se atreve. El sabe que en un año será una mujer libre. Esperará a que ese momento llegué y le confesará sus sentimientos. Quiere hacer las cosas bien con ella. El le da un abrazo que Camila corresponde.
— Eres una persona especial para mí.
— También eres especial. — Le dice ella. — Eres el más amable en esta casa. — Lo siente como un apoyo entre todos esos locos.
...
Bruce ve a Camila entrando a la habitación de su hermano y piensa lo peor, el no quiere ponerse mal nuevamente, va a su habitación para tomar sus pastillas, revisa su cajón y se da cuenta de que no hay una sola. El estaba seguro de que su frasco tenía suficientes todavía. No sé explica por qué de repente está vacío.
Camila entra a la habitación y lo ve. Le pregunta si busca algo.
— ¿Dónde estabas? — Pregunta el furioso. Pues su episodio ya comenzó.
— ¿Ahora te importa? — Camila responde de mala gana.
— DIME DÓNDE ESTABAS. — Grita el.
— En la cocina. — Responde Camila. — Estaba en la cocina. — Bruce se enfurece, el sabe muy bien que estaba con su hermano, y ahora que le mintió está convencido de que hay algo entré ellos.
— Quítate la ropa. — Le ordena a ella.
— ¿Qué?
— Hoy vamos a consumar el matrimonio.
— No quiero. — Responde Camila.
— ¿Por qué no? ¿Mi hermano te dejó muy cansada?
— No se de qué hablas.
— Si sabes. Eres una hipócrita. Te hiciste la buena conmigo, y como todas me fallaste. — Bruce se acerca a Camila y la toma de la cintura. — Al menos ahora no me sentiré culpable por follarte.
— Suéltame. No vamos a hacer nada. Yo no quiero. No puedes obligarme.
— Claro que puedo. Eres mi esposa. — Bruce la besa y Camila intenta apartarlo, pero su fuerza no le es suficiente. El la tira sobre la cama y Camila toma algo para golpearlo. Pero no logra nada ya que el se lo quita de las manos.
— Tú no estás ciego. — Dice Camila segura.
— Eres la primera de mis esposas que lo descubre. — Se ríe el mientras abre los botones de su camisa.
— Detente. No quiero. — Vuelve a decir Camila.
— Una vez que empiezo no me detengo.
.....
Unas horas después ambos están completamente desnudos en la cama.
— ¿Por qué lloras? ¿No te gustó?. — Camila no pude hablar. Sus lágrimas se lo impiden. — CÁLLATE. No sigas llorando, tu bien sabías lo que iba a pasar después de la boda. No te victimices. — Camila hace que su llanto se suavice. — Tú eres mi mujer, y más te vale estar alejada de mi hermano. O lo que pasó hoy se volverá a repetir. — El cuerpo de Camila tiembla de miedo. — Dime qué te mantendrás alejada de el. — Camila no pude pronunciar palabra. — Dímelo ya. — Grita el.
— Lo haré. Me mantendré alejada. — Dice ella con miedo. El entonces sonríe e Intenta besar sus labios, pero Camila no lo deja.
— No hagas lo mismo que las otras. Fui bueno con ellas, dejé que se fueran, pero a ti no te dejaré ir.
.....
Al día siguiente Camila amanece en los brazos de Bruce. Ella se aparta de inmediato y se mete a bañar. En su cuerpo tiene las marcas de lo que pasó la noche anterior. Cosa que la hace llorar todavía más. Después de bañarse y cambiarse busca a su suegra.
— Tengo que hablar con usted.
— ¿De qué?
— Quiero divorciarme. — Bruce la escucha y se molesta, el aún no ha tomado su medicina y corre peligro de volverse loco nuevamente.
— ¿Por qué?
— Odió a su hijo. Es por eso.
— ¿Cómo puedes decir eso? Eres su esposa.
— Yo intenté ser una buena esposa. Y ya me arte, ya no puedo seguir con el.
— No deberías hablar así querida. — Bruce aparece a sus espaldas y ella retrocede. — No le hagas caso madre. Está un poco sensible por lo que pasó anoche. — Cecilia nota que Bruce no está bien.
— Camila vete. — Le ordena a su nuera.
— Pero yo...
— Vete ahora. — Camila se va y Cecilia se lleva a Bruce al hospital. En el camino el está teniendo su mala actitud acostumbrada. — ¿Le hiciste algo a Camila?
— Nada que no pudiera.
— ¿Qué hiciste?
— Sólo consume el matrimonio. — Dice el con tranquilidad.
— ¿Cómo?
— ¿Quieres que te dé detalles? — Se burla el.
— Ella estubo de acuerdo.
— No. Yo la obligue. — Bruce se ríe de lo que hizo la noche anterior. No se ve arrepentido. Cecilia se preocupa por el. Su actitud definitivamente no es normal. Sospechaba que de nuevo se olvidó de las pastillas.
— ¿Tomaste tu medicina ayer?
— No pude. El frasco estaba vacío.
— Pero si te acabo de comprar. — Cecilia piensa que el está mintiendo. Qué no las tomó a propósito.
— Ya no quiero tomar pastillas. Me la paso bien sin ellas. — Se ríe el.