Te Necesito Conmigo

-¿Después de esta reunión sigue el almuerzo con los rusos?

-Sí señor, ya he hecho reserva en el restaurante industrial en gastronomía - respondió Isabella caminando a su lado, habían llegado al edificio en donde sería la junta con los demás CEO'S de las demás empresas.

-¿Almorzaras conmigo?- le dijo al entrar al elevador.

-Almorzaré, pero no con usted. Ya sabe que los rusos creen algo indignante que una mujer este en medio de su charla de negocios - blanqueo los ojos Isabella, recordando la primera vez que se topó con aquellos rusos.

-Debería de romper nuestros acuerdos, son algo machistas - dijo de la nada Alexander sorprendiendo a la azabache.

-¿Qué? No señor, no lo haga, son unos inversionistas potentes y necesarios para la empresa.

-No son necesarios - bufo Alexander testarudo.

-Tal vez no sean necesarios, pero en Rusia la venta de sus productos siempre es elevada- recordó Isabella en el momento en que las puertas del elevador se abrían.

-Señorita Isabella - Alexander y Isabella miraron hacía el frente al escuchar el nombre de la azabache. Elías sonreía a unos cuantos pasos de ambos.

Alexander tensó su mandíbula al verlo y cerró sus manos en puños. Isabella le sonrío levemente mientras que de reojo miraba a su jefe y sus reacciones, se le adelanto saliendo del elevador al ver que su jefe no se movía.

-"Señorita Smith" para ti Elías - rugió desde atrás Alexander, recuperándose al ver a Isabella adelantarse, dando unos pasos llegando a su lado.

-Tal vez para ti sea así, pero no para mí - socarronamente Elías sonrió. Alexander lo fulmino con la mirada, entendió el doble sentido de la oración.

-Buenos días señor Medina - interrumpió el duelo de mirada entre ambos hombres, ambos la miraron - Señor Arnault, la reunión está a punto de comenzar, busquemos nuestros lugares - toco el hombro de Alexander mirándolo fijamente, calmándolo con la mirada.

-Bien vamos - masculló Alexander y empezó a caminar por detrás de su secretaria. Entraron al gran salón de conferencias y Alexander volteo su cabeza hacía atrás frunciendo su ceño al darse cuenta que Elías les seguía el paso.

-¿Señor? -Isabella lo llamó desde su asiento al ver que su jefe se detuvo - ¿Alexander? - lo llamó por su nombre al ver que no la miraba.

Alexander la ignoro y se volteó dándole la espalda, fulmino una vez más con su iris al moreno.

-¿Por qué nos sigues?

-¿Enserio quieres la respuesta Arnault?

- Si la quiero.

-Bueno, una respuesta estúpida para una pregunta estúpida - suspiro Elías con una sonrisa burlesca - Mi lugar está por allá - señalo el asiento a un lado de Isabella, que sí, claramente en la mesa llevaba el nombre y apellido del moreno.

-Carajo...- masculló al notarlo.

- Si carajo... ahora déjame pasar Arnault - y esquivándolo lo paso de largo tomando asiento del lado izquierdo de Isabella.

-Señor... tome asiento y...compórtese - lo último lo dijo entre dientes con una mirada de advertencia. Alexander volteo los ojos y se sentó a su lado derecho. En los 10 minutos que quedaban todo el salón de conferencia se llenó de todos los empresarios junto con los asistentes a su lado.

-Tendrás suerte si después de esto no te despido - Isabella escuchó a su lado izquierdo hablar a Elías por el teléfono, lo miro y tenía su ceño fruncido, estaba molesto. Elías se dio cuenta de su mirada en él y trato de reponerse --Mi asistente no vendrá...- explico y se froto la sien - Creo que hoy no habrás notas para mí...

-Tomare notas por ti - le dijo Isabella, después de todo no era difícil tal tarea - Pero no... no le digas nada al señor Arnault - miro de reojo hacia atrás en donde Alexander conversaba con un empresario a su lado.

-De acuerdo no le diré nada - le sonrió burlesco mirando en dirección al peli plateado, para después bajarla hacia la azabache - Gracias Isabella...

-No es nada señor Medina.

-Como odio estás formalidades - Elías con gracia se golpeó la frente - Solo di mi nombre...

-Tal vez, pero no en el horario laboral.

-O sea nunca - Elías negó.

-O sea nunca - con una carcajada Isabella repitió.

-¡Daremos inicio a la reunión anual, así que por favor señores y señoritas, tomen su asiento!

......................

-Elías - Isabella lo llamo en cuanto su jefe se marchó para hablar con unos empresarios. El moreno se giró y le sonrió en cuanto escuchó su nombre.

- Isabella - no menciono nada, no quería corregirla.

-Las notas - Isabella le tendió dos hojas A4 con escritos, palabras claves y algunos cuadros gráficos.

-Muchas gracias Isa, enserio, creo que sin esto hubiera estado perdido en mi trabajo.

-No agradezcas, además, sé que eres un gran empresario, mucho no te habrías perdido - lo halagó con una sonrisa, tener al moreno como una amistad le gustaba.

-Bueno, si tú lo dices... sí, soy un gran empresario ¿Cierto?

- Si con un ego y orgullo a lo alto al igual que todos - graciosa le comento.

-Siempre hay que ser humilde con uno mismo de vez en cuando Isa - ella asintió de acuerdo con lo dicho - Muchas gracias, sino tuviera trabajo pendiente te secuestraria para solo ir a tomar un helado.

-¿Por qué me secuestrarias?

-Porque, sé que no irías - Isabella le sonrió en disculpa - Eres leal y eso es lo que me gusta, pero sobre todo... que acudes a quien lo necesite dejando de lado todo aquello - Elías se inclinó hacia ella y se despidió con un beso en la mejilla de la azabache, dejándole un leve sonrojo en ellos.

- Elías...

-Nos vemos, porque sé, que te volveré a ver - le guiño un ojo y la rodeo, marchándose del gran salón de conferencias.

Se volteó y suspiro, cerró sus ojos y empezó a mover su cuello de un lado a otro haciendo tronar sus huesos y moviendo sus tensos músculos. Con su carpeta en manos bien sellada abrió sus ojos y se topó con unos furiosos ojos dorados.