Cuatro Para Mi Secretaria

...**Hunter Andrew narrando**. ...

Como había prometido, fui a visitar a mi padre. Es muy bueno estar en casa y tomar un descanso del trabajo, ya que he estado trabajando como un loco en los últimos años sin apenas tomar vacaciones.

Decidí visitar a mi padre cerca del aniversario de la muerte de mi madre. Esta fecha siempre tiende a ser delicada cada año que pasa. Han pasado diez años desde que se fue y pasar este día con mi padre se ha convertido en una tradición nuestra.

Desde que mamá falleció, mi padre nunca quiso volver a casarse, algo que nunca entendí. ¿Por qué pasar los últimos años de su vida solo si podría tener compañía? En cambio, se dedicó a cuidarme, educarme y asegurarse de que su legado estuviera en buenas manos.

Estoy muy agradecido a Nana, mi niñera. Ella y mi padre se convirtieron en grandes amigos. Gracias a ella, mi padre no se aisló del mundo después de su jubilación. Dejar la empresa fue una de las cosas más difíciles para él, pero al final logró acostumbrarse a su nueva realidad. Ahora viaja con más frecuencia para ver a sus familiares, va de pesca, visita hogares de beneficencia y ayuda en proyectos para personas sin hogar. Estoy muy orgulloso de mi padre.

Llegué a San Francisco por la mañana y, al llegar a casa, Nana ya me esperaba en el frente.

Nana: ¡Oh, hijo mío, qué alegría verte! Te he echado mucho de menos.

Ella se acerca a mí y me abraza con ternura, yo le devuelvo el abrazo levantándola en el aire.

Hunter: También es bueno verte, Nana. ¿Y mi padre? Pensé que vendría a recibirme.

Nana: Ya lo conoces, está en el patio cuidando de sus carpas. Ven, vamos a entrar, he preparado tu pastel favorito.

Hunter: Criar carpas, eso es algo nuevo.

Nana: Ven, ve a encontrarte con tu padre, yo iré a traerte un pedazo de pastel de chocolate.

Hunter: Gracias, Nana.

Volver a esta casa donde crecí trae muchos buenos recuerdos de cuando mi madre estaba viva. Me acerco al patio y allí está mi padre sentado en una silla sosteniendo un frasco que parece ser comida, sin embargo, está alimentando a sus bichitos.

Hunter: ¿El señor Julios se encuentra?

Él inmediatamente me mira con una mirada fraternal y un poco emocionado.

Julios: ¿Hijo mío, eres tú?

Se acerca a mí y me abraza fuertemente.

Hunter: Tranquilo, papá, no hace tanto tiempo desde la última vez que vine aquí.

Julios: Deja de ser grosero, hijo mío. Me estoy haciendo viejo y en cualquier momento puedo palmarla. Solo creo que deberías visitar a tu padre con más frecuencia. Tanto Nana como yo te extrañamos mucho.

Hunter: No digas eso, papá. El señor está más sano que nunca, y si no tienes cuidado, vivirás más que yo.

Nana se acerca y nos llama para tomar el té de la tarde. Estamos allí durante horas recordando momentos pasados. No puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo.

Continúa...