EL OMEGA PERFECTO PARA ESTE HIJO DE PUT@

Una mañana nueva después de una ardiente noche, una mañana que comenzaba con un alfa enamorado mirando con detenimiento la figura de su Omega a su lado, un perfecto hombre de 29 años, un chico 2 años más grande que el pero con la cara de un angel.

Al menos eso pensaba Eduardo mirando la fina y delicada piel del chico a su lado y sus finas facciones, una piel blanca y tersa, unos labios en forma de corazón, la nariz respinagada y delgada y los ojos un poco rasgados, Eduardo no podía creer que ese chico era quien tiempo atrás lo insulto a muerte en un baño tras aquel evento.

El alfa abrazo con fuerza al Omega recargando su rostro en su espalda y cerro los ojos sintiéndose extremadamente cómodo, esa comodidad solo podia sentirse estando con tu destinado eso era seguro.

Jhoon abrió los ojos y lo primero que pensó fue

...“Calor”...

Un inmenso calor que sentía Jhoon en el cuerpo, sudaba muchísimo, cualquier persona que conociera a Jhoony  sabria que el Omega no toleraba el calor, por ello evitaba las multitudes de gente y los lugares calientes, también se sentía inseguro y con miedo en los lugares oscuros pues tenía miedo a la oscuridad, por ello en su recamara también dormía con una luz de noche en su buró.

Entonces en ese momento jhoony estaba a punto de dar a Eduardo una patada con tal de safarse de su abrazo y sentir un poco de aire en su piel y su nariz.

-¿Ya despertaste mi amor?

Hablo Eduardo besando los hombros de Jhoon y el Omega se removió sonrojado, ¿Hacia cuánto que nadie lo despertaba con un beso? ¿Cuánto tiempo tenía que alguien le llamaba “mi amor”?, solo sonrió cálido apretando la cobija en su pecho sintiéndose inmensamente feliz.

-¿Cómo dormiste? Quise limpiarte pero solo pude limpiar un poco tu piel, adentro… terminé adentro y…. No usamos condón.. (apenado)

-Je… no te preocupes, no es como si afecte en algo eso….

Eduardo no entendio aquella expresión de su chico, Jhoony sin embargo si lo sabía, aunque Eduardo terminará mil veces dentro suyo el no podría quedar embarazado de nuevo, a partir de eliminar la marca en su nuca sus funciones de Omega se deterioraron y un embarazo sería difícil, Jhoony se puso de pie para ir directamente a la ducha mientras Eduardo no notó en absoluto lo que a su Omega preocupaba.

-Cariño…

Hablo Eduardo fuera del baño comiendo una manzana.

-Dime…

-Hoy es sábado, ¿Qué te parece ver películas aquí y ordenar pizza?

-Mmmm, y ¿si mejor salimos? No me gusta mucho quedarme encerrado en casa.

-¿Salir? Suena bien también ¿A dónde quieres ir?

-No se, quizá el centro comercial, hay cosas que debo comprar para mí departamento.

-Bien, sal y cambiate desayunemos fuera hoy (sonrisa)

Eduardo emocionado se cambió de ropa y ordenó todo, Jhoon hizo lo mismo (uso ropa de Eduardo) y ambos salieron de la mano de aquel apartamento, al entrar al auto Eduardo abrió la portezuela para Jhoon y lo ayudó a subir, colocó su cinturón de seguridad y con delicadeza froto sus mejillas y dio un pequeño beso en ellas, Jhoon se sonrojaba al más mínimo toque y sentía en su corazón los latidos acelerados de el mismo, sin embargo no dijo nada.

Jhoon solo se dedicó a mirar al risueño alfa que conducía el auto y a su enamorado lobo tras el, no hablo de nada en el viaje solo se embriagó con las feromonas de Eduardo y se dedicó a mirarlo sonreír mientras conducía, al llegar al centro comercial Eduardo bajo de la mano con Jhoon, sin embargo el Omega se sintió tan extraño al mirar que más de una chica veía de forma inusual al alfa y tuvo que soltar su mano con el pretexto de entrar a algún comercio a mirar más de cerca, Eduardo preparo la tarjeta de crédito dispuesto a pagar cada capricho de su chico sin embargo la primera desilusión fue que Jhoon no aceptaba por ningún motivo absolutamente nada de lo que el alfa le quería dar.

Eduardo comenzó a sentir un poco la distancia entre ellos pero se puso positivo el mismo pensando que aún era muy pronto pues apenas había comenzado a aceptar al alfa y como Eduardo decía siempre “todo es poco a poco”.

-Esos zapatos son muy bonitos….

Hablo Eduardo sin pensar mucho frente al cristal de un aparador, la tienda de zapatos finos que el alfa miraba tenía de todo tipo de zapato para caballero, Eduardo en realidad pensaba que a su Omega le vendrían perfectos con sus cálidos colores en los trajes que siempre usaba, Jhoon miro a su alfa y sin dudar pregunto.

-¿De que número calzas Eduardo?

-9.5 ¿Por qué?

Jhoon no dijo nada, entraron juntos a la tienda y Jhoony escogió aquellos mismos zapatos que miraba el alfa del número 9.5 y sin preguntar los compro, salió de la tienda departamental con la caja en las manos y Eduardo sonrió mirando a su chico feliz, de pronto miro a Jhoon entregarle la caja y se quedó pasmado.

-¿Qué es esto?

Pregunto Eduardo y Jhoony simplemente evitó la mirada avergonzado.

-Ammm ví que te gustaron y yo… quería comprarlos para ti.

Eduardo no sabía que debia responder, Jhoony no había permitido que Eduardo le comprara nada en toda la cita pero justo ahora le daba unos zapatos de 1000 dólares, ¿Jhoon era rico? No parecía así, aunque claro, el Omega siempre vestía trajes de buena marca y su auto era un Mercedes, también el apartamento en donde vivía era en una colonia de alta sociedad, Jhoon jamás presumió su estatus social y económico y eso le hizo pensar a Eduardo ¿Qué tanto conozco de este chico? ¿Tendría familia? ¿Papas? ¿Hermanos? Incluso pensó si ¿De verdad tenía un alfa? Pero cada duda en su cabeza se esfumó de el al mirar las rosadas mejillas de su Omega al darle los zapatos, Eduardo tomo la caja y con gusto lo abrazo besando su frente, Jhoon cerro los ojos respirando fuerte mientras se entregaba a aquel abrazo.

-¡Ed… Eddy! ¿Eres tu? ¡Bebé tanto sin verte!

Interrumpió el abrazo la femenina voz y Eduardo se separó de Jhoon para mirar tras el a la chica, una de tantas “amigas” con las que el alfa pasaba sus fugaces noches y alguno que otro Rut, la pelirroja escultural que como bien lo había dicho Eduardo algún día tenía grandes pechos y nalgas tal como a el le gustaban.

-Laura… cuanto tiempo.

Saludo el alfa sin muchas ganas.

-Eso mismo digo bebé, hace meses que no vas al antro, ni siquiera haz aparecido por el club ¿Será que… te olvidaste de los buenos tiempos?

Eduardo se tenso mirando de reojo a Jhoon, este solo lo miro sin expresión alguna y sonrió como si no le interesará, el alfa quería salir de allí, era lógico que si el iba a ese lugar con Jhoon se toparía con personas conocidas pero jamás se imagino que una de ellas sería precisamente su última amante en turno, Jhoon por su parte miro a la chica era hermosa, ojos azules y cabello rojizo, las curvas eran perfectas, no emitia aroma alguno era una beta.

Jhoon sabía que a Eduardo le gustaban únicamente las chicas y que las chicas como ella eran definitivamente su tipo, así que no tardó en imaginarse el tipo de relación que llevaban antes de el.

Eduardo por su parte no encontraba la manera de safarse de aquella mujer que seguía insistiendo en hablarle y de cuando en cuando le tocaba el hombro coqueta, la chica volteó la mirada para tras Eduardo ver al Omega que se escondía de su vista.

-Oh Eddy, discúlpame no note que tenías compañía… ¿Quién es es? ¿Es un alfa?

Dijo la chica curiosa (y con burla) pues era más que obvio que Jhoon es un Omega, su rostro tan fino lo decía así como su delgado cuerpo, sin embargo la chica sonrió con malicia mirando a Jhoony al tiempo que se acercaba y hacía la pregunta a Eduardo.

-El.. el es mi…..

-Asistente, soy Jhoony Duarte el asistente del señor Evans un gusto señorita.

Hablo Jhoon sonriendo dando la mano a la chica sin dar tiempo de responder a Eduardo, Eduardo se quedó callado mirándolo con duda y solo volteó la mirada.

Jhoon no tuvo que ser adivino para comprender, ni tampoco tan perceptivo para darse cuenta de los nervios que sintió Eduardo cuando ella le pregunto ¿Quién es el? Y el alfa no encontraba la respuesta adecuada, así que se presentó como lo que era, Jhoony Duarte el asistente de Eduardo Evans, pues al fin y al cabo entre ellos nunca existió una pregunta tan formal como ¿Quieres ser mi novio? Entonces Jhoon lo entendía, el también era su amante en turno, por más destinados que fuesen Eduardo aún no estaba listo para aceptar al mundo que el era su Omega.