Tentación Prohibida

La mañana llegó y con ella una gran emoción en mi rostro, salgo de mi habitación después de haberla ordenado y tomado una ducha.

Llegó al comedor donde ya están mis padres y mi hermano esperando por mí.

—Vaya, hasta que la princesa se dignó en bajar— dice Pablo al tiempo que le tomó su cabello y se lo despeinó.

—Buenos días, mamá... Papá— saludo sin mirarlos mientras tomo asiento.

—Parece que alguien amaneció feliz hoy— aclama mi madre, regalándome una sonrisa. —¿Será que tiene algo que ver jorge en eso?—

Mi mirada se fija rápidamente en la de él, para ver qué me mira con una expresión que no puedo descifrar.

—Mamá, por favor—

—¿Qué? No he dicho nada que no sea cierto— continuó. —Hacía mucho tiempo no te veía tan feliz como ahora, ¿Tiene algo de malo que me preocupe por mi hija de mayor de dieciocho años, que aún es virgen?—

Sus palabras me dejaron con la boca abierta. No creí que mi madre se atrevería a decir algo como eso.

Zeus se atragantó con el café que estaba tomando, a tiempo que me daba una mirada fugaz y de inmediato siento mis mejillas arder de vergüenza.

Si tan solo ella supiera que… Ya no soy virgen.

—Cuidado cariño, no me quiero quedar viuda aún— ella le da toques en la espalda, mientras él tose.

—Vez lo que provocas con esos comentarios tan feos mamá, hasta a mí se me quitó el apetito—agrega Pablo.

Ruedo los ojos ante tanta estupidez junta, e ignorándolos a todos empiezo a desayunar.

Por mi mente siguen pasando los recuerdos de anoche, esos con Jorge y lo bien que se siente que él esté cerca.

Esos besos fueron muy húmedos, él no tiene ni idea de cuando me contuve para no pasar a otro nivel.

Pero me contuve para no hacer algo que quizás estuviera mal, en mi cabeza también aún está Zeus y todo lo que ha hecho en mí.

Necesito sacarlo de mi cabeza y de mis pensamientos, y puedo decir que jorge me sienta bien.

Anoche mientras estuve con él, no se me pasó por ningún momento Zeus por la mente, fue como si todas mis preocupaciones y angustias hubieran desaparecido para darle entrada a unos muy bonitos y sanos con él.

Siempre me idealicé tener un romance con él, y ahora que algo se está a dando no sabría decir cómo me siento, porque ya saben... Tengo otro problema.

POV ZEUS

No pude pegar el ojo en toda la jodida noche por andar pensando en ella, y nada más con un simple pensamiento mi pene reaccionaba poniéndose muy duro.

Las tres veces que se lo hice a Selena no fueron suficientes para bajarlo, él la necesitaba a ella, a esa pequeña que era quien lo tenía así de tieso.

Pero no, me contuve demasiado para no levantarme e irme a su habitación y hacerla mía, que ella me dijera que solamente me pertenecía a mí y a nadie más.

Aún estoy enojado conmigo mismo por lo que pasó ayer.

Soy consciente de que yo estoy casado, y que no puedo darle a ella nada de lo que necesita, primero porque no puedo, y lo otro porque sería un desastre.

Verla con ese tipo ayer no me agrado para nada, y mucho menos que ella lo estuviera besando descaradamente.

La enfrenté y le prohíbo que dejara de hacerlo.

Y sé que estuvo mal, porque ambos nos prometimos que no volvería a pasar nada entre nosotros porque todo está jodidamente mal.

Pero ella no vacilo en rebelárseme.

Cosa que me desquicio más y que me puso duro a la vez, tango que al momento que se fue entró Selene preguntándome que me pasaba, al ver mi erección no me quedó de otra de decirle que le tenía ganas y llevármela a la habitación. Pero en realidad a la que deseaba era a su pequeña hija.

Deseaba hacerle todo lo que le estaba haciendo en ese momento a su madre.

Pero en ese momento me obligué a mí mismo a cerrar esos pensamientos hacia ella porque era un juego muy peligroso en esa situación en la que estaba con su madre.

Ahora estoy aquí, trasnochado por no dejar de pensarla y por evitar irla a buscar. Y ella.

Tan sonriente, desde que la conozco tampoco la había visto esa expresión. ¿Qué carajos pasó entre ellos dos anoche? ¿Será que...?

No.

Me niego a pensar algo como eso, no creo que ella haya hecho eso con él anoche, ya que al poco tiempo sentí la puerta de su habitación cerrarse.

A menos que lo haya hecho entrar ahí.

Pero tampoco lo creo.

»Maldición«

¿Por qué estoy pensando en estas cosas?

Ella puede hacer con su vida lo que quiera, yo no soy nadie para impedírselo.

El comentario que hizo su madre respecto a que es virgen me cayó como balde de agua fría. No esperaba que dijera algo así.

Todo sería un caos si supieran que yo fui el que me quedo con su tesoro más preciado. Joder, y no me arrepiento.

POV SÁMARA.

—¿Qué haremos hoy?— pregunta mi madre.

—Yo saldré con Jorge, me invito a tomar aire—

—¿Qué no les basto con lo de anoche?—

—¡Pablo!— grita mi madre. —Déjala, ella ya está en edad de salir con quién quiera, de una vez te digo hija que ese joven me agrada. Es muy educado y atractivo—

Escucho el gruñido de Zeus. lo volteo a ver y, para mi sorpresa él también me está viendo, pero deja de hacerlo en cuanto mi madre lo ve.

—Tranquilo cariño, yo solo tengo ojos para ti— deja salir una carcajada. —Puedes invitarlo a cenar está noche hija, necesitamos conocer al que será tu novio—

La actitud de mi madre me está haciendo sentir tan incómoda. Pero no tanto como la mirada de él.

—Me voy mamá, así no puedo— digo colocándome de pie. —Me voy a alistar para irme lo más pronto de esta familia tan loca— subo las escaleras escuchando las carcajadas de ella.

Y en realidad me voy huyendo de lo que su esposo está causando en mi con tan solo mirarme de esa manera.