Odiada, Amada Por El CEO

—¿Estás segura? Buscar trabajo en estos tiempos es difícil— Alvin intentaba persuadir con la esperanza de que Daniza cambiaría de opinión. Pero parece ser difícil cambiar la mente de la mujer cuya cabeza es un lío.

—No puedo trabajar aquí de nuevo— Alvin miró a Daniza con una mirada suplicante. No sabía qué hacer ahora, si Daniza realmente se retiraba, no habría más razones para reunirse con frecuencia.

—Pero ¿dónde vas a buscar trabajo?

—En cualquier lugar, lo importante es trabajar— Daniza limpió las lágrimas en sus ojos. Se levantó y dejó a Alvin todavía paralizado en su lugar.

—¿Qué trabajo sabes hacer, Daniza? ¡No eres buena trabajando aquí!— Murmuró en su interior.

Daniza realmente demostró sus palabras ese día. Ella renunció a la empresa de Alvin y buscó un trabajo nuevo. Ha visitado varios lugares para solicitar empleo. Sin embargo, ninguno la aceptó por varias razones.

Daniza pasó varios días buscando un nuevo trabajo. Ahora estaba sentada en la habitación, esperando su turno para la entrevista. Una boutique de renombre fue su elección para solicitar trabajo.

—Espero que esta vez sea aceptada— pensó para sí misma.

No importaba qué posición le dieran más tarde. Lo importante era conseguir un trabajo para satisfacer sus necesidades diarias.

—Daniza Amaria?— Una joven acaba de salir de la habitación y la llamó. Daniza se levantó de inmediato de su asiento.

—Soy yo, señorita.

—Por favor, entre, la jefa la está esperando.

—De acuerdo— Después de asegurarse de que su apariencia estaba lo suficientemente presentable a través de una puerta de cristal, Daniza se acercó a esa habitación.

Una mujer de alrededor de cincuenta años estaba sentada con una expresión poco amistosa.

Daniza estaba segura de que su solicitud sería rechazada como en varios lugares anteriores. Además, la dueña de la boutique la miraba fijamente, de pies a cabeza.

—Así que eres la que quiere trabajar aquí, ¿verdad?— Solo escuchar la voz de la mujer hizo temblar a Daniza. Daniza asintió rápidamente.

—Sí, señora. Estoy dispuesta a trabajar en cualquier departamento, lo importante es poder trabajar.

—¿Has trabajado anteriormente en alguna boutique?— preguntó la mujer sin expresión en su rostro.

—Nunca he tenido la experiencia trabajando en una boutique, señora. Anteriormente solo trabajaba como empleada de limpieza en una empresa— respondió Daniza sinceramente.

—¿Oh, sí? ¿En qué empresa?— Daniza se estremeció aún más ante la pregunta de la mujer.

Al escuchar su voz fuerte, Daniza estaba segura de que la dueña de la boutique era una persona muy disciplinada y probablemente muy estricta.

—Alamjaya, señora.

—Oh...— Todavía miraba a Daniza de la misma manera.

—¿Conoces al propietario de esa empresa?

Daniza estaba un poco sorprendida por esa pregunta.

¿Cómo podría conocer a un jefe tan importante? Solo había conseguido trabajar allí gracias a la ayuda de Alvin.

—No lo conozco— Las cejas de la dueña de la boutique se fruncieron.

Su mirada penetrante se clavó de nuevo en la mujer frente a ella.

—¿Así que trabajas allí sin saber quién es el jefe?— Daniza solo pudo menear la cabeza suavemente.

—No, señora. Durante mi tiempo trabajando allí, nunca he conocido al dueño de la empresa.

—¿Puedes hacer cualquier trabajo?— Daniza se tocó el cuello que le parecía escalofriante. Si le preguntaran qué trabajo podría hacer, seguramente se sentiría confundida. Hasta ahora, su vida había sido todo sobre ser atendida. Trabajar no era algo común para ella.

—No puedo hacer mucho todavía, señora. Pero aprenderé con diligencia. Puedes decirme lo que quieras. No me importa cuánto me pagues— La mujer asintió con la cabeza, luego se quedó en silencio por un momento como si estuviera pensando en algo.

—Bien, entonces a partir de mañana puedes comenzar a trabajar aquí— Una sonrisa perfecta se formó en los labios de Daniza.

En un principio pensó que sería muy difícil conseguir un trabajo. Pero resultó que todo fue sin dificultades significativas.

—Si me permites preguntar, ¿en qué área trabajaré, señora?

—Karina te explicará tu trabajo— Como si hubiera recibido un regalo inesperado, Daniza no pudo ocultar su alegría.

Ahora podía respirar tranquila al haber conseguido un trabajo, sin necesidad de volver a encontrarse con Alvin.

Daniza no tenía ni idea de la sorpresa que le esperaba.