Lluvia II

Lluvia recibe un mensaje de las Hadas: todos sus hijos están a salvo, pero ¿por cuánto tiempo más lo estarán?

—Tan solo dos árboles más y todo acabará —Patricio trata de que su esposa esté tranquila, por el bien de todos.

—Dos lunas llenas es mucho tiempo. Confiamos la seguridad de Cielo a un extraño. Aunque estén con las Hadas, no conocemos nada de la pareja de Cielo; él podría ser malo, no lo sabemos —Lluvia siente que todo está mal.

—Cielo estará bien. Encontraremos la forma de ayudarla sin poner a nadie en peligro. Nuestra hija es fuerte, y estoy seguro de que sea quien sea su pareja, la protegerá, porque si la Luna lo escogió para ella, es porque la puede proteger —Patricio tranquiliza a Lluvia, quien se refugia en su esposo para tratar de calmarse.

Mientras Lluvia intenta mantener la calma, el tiempo comienza a pasar. Se acerca la penúltima luna llena, pero Bastián, al ver el ciclo lunar, se da cuenta de algo:

—La última luna llena será una luna azul —comenta Bastián, dándose cuenta de que han pasado un poco más de dos años desde la última luna azul, y justo Niebla llegará al último árbol en la luna azul.

—¿Eso es malo? —Niebla estuvo demasiado tiempo alejada de las historias de su familia y de la magia, así que no entiende qué significa la Luna azul.

—Muchos dicen que es de mala suerte; otros, que se trata de un evento que eleva la magia a su máximo esplendor, y para otros significa crecimiento y sabiduría. La verdad es que para todos es diferente —comenta Bastián, y Niebla se acerca a él y sostiene su mano.

—Entonces, descubriremos lo que significa para mí cuando llegue el momento. Por ahora, concentrémonos en esta luna llena. Aún tenemos un poco más de veintinueve días para la siguiente, así que dime: ¿cómo vamos a llegar al próximo árbol esta luna llena? —Niebla sujeta la mano de Bastián, y este le sonríe y la abraza.

—Iremos por los túneles que conocen las Hadas, pero como siempre, no sabemos lo que hará el Espíritu del Bosque llegado el momento, ya que siempre planeamos y el Espíritu termina por decidir lo que pasará —Niebla entiende a lo que Bastián se refiere, porque nunca nada pasa como ellos lo planean. Al llegar al árbol, siempre algo sucede y el Espíritu es quien decide lo que hará.

—Pase lo que pase, haga lo que haga mientras el Espíritu tenga el control, recuerda que te amo —la pareja se dio un beso íntimo antes de comenzar a moverse con las Hadas.

Bastián y Niebla no eran los únicos moviéndose para llegar al siguiente árbol talado. Lluvia, su padre, su hermano y todos los ejércitos que los apoyan se movilizan para proteger ese penúltimo árbol. Vampiros, lobos, Kitsune, toda criatura mágica rodea ese árbol.

Niebla llega cerca del árbol, pero antes de que pudiera seguir caminando por sí misma, el Espíritu del Bosque tomó el control de ella. Sus ojos brillaron y su cuerpo se elevó por los aires.

Bastián no entendía por qué pasaba eso si no había nadie cerca, pero pronto lo entendió. El Brujo apareció con Cielo y su pareja, envueltos en un humo negro.

—Son mis prisioneros. Si no te entregas sin pelear, morirán —El brujo pensó que Niebla retrocedería y que se entregaría a cambio de la vida de su hermano y su pareja, pero lo que no tomó en cuenta el Brujo fue que en ese momento no estaba hablando con Niebla. Quien tenía el control era el Espíritu del Bosque, y este no tiene sentimientos hacia nadie; él solo busca la protección del bosque y la magia. Así que una gran barrera blanca rodeó a Niebla, mientras un humo blanco cubría a todos cerca de ella.

El brujo no entendía lo que estaba pasando, pero pronto lo descubriría. Poco a poco, cada una de las criaturas que apoyaban al brujo cayeron en un sueño profundo. Él mismo tuvo que sostenerse de un árbol para no caer al suelo como los demás, y al perder su fuerza, se liberó el hechizo que tenía contra Cielo y Ciro, y ambos cayeron al suelo.

Con los enemigos dormidos, las Hadas pudieron recuperar a Cielo y a Ciro y llevarlos con Lluvia, quien con la ayuda de su esposo y su ejército sacaron a los jóvenes de ahí. Nadie sabía que el Brujo se había llevado a los jóvenes, ya que esa mañana todas las Hadas salieron a reunirse con Niebla y acompañarla al árbol. Debió ser en ese momento cuando los atraparon, cuando estaban solos sin nadie que los protegiera.

—Que los lleven al castillo y tripliquen la seguridad —Lluvia ordenó que sacaran a su hija y al joven de ahí enseguida, mientras Niebla seguía bajo el control del Espíritu.

Bastián no podía llegar a ella; el Espíritu no se lo permitía. Aún elevada en el aire y rodeada por la barrera, el Espíritu lleva a Niebla hasta el árbol talado y, al devolverle su magia, este crece y esparce la magia por esa parte del bosque.

Todos celebran eso, pero aunque estaban listos para que el Espíritu del Bosque devolviera el control a Niebla, este no lo hizo. Se acercó a Bastián y permitió que este entrara a la barrera que lo mantenía separado de ella.

—Están solos ahora, no confíen en nadie, les mostraré el camino hasta el final —la barrera brilló y tanto Bastián como Niebla desaparecieron.

Todos quedaron congelados sin saber qué hacer, y al mirar alrededor, se dieron cuenta de que Rayo tampoco estaba ahí. Para todos era un misterio adónde habían ido Bastián, Rayo y Niebla.