La historia sigue a un militar sin nombre, en medio de una guerra, al que todos se refieren como Ergo.
El mundo del futuro está en crisis debido a una guerra que ha asolado cada región desde hace años y de la cual parece ser que ningún compañero o militar cercano a Ergo sabe algo.
Un día cualquiera, durante una batalla campal, Ergo es herido y se ve orillado a reparar su extremidad tras acabar la batalla. Luego de su reparación, Ergo descubre a sus altos mandos hablando acerca de él, de su ineficiencia y de como lo eliminarán para traer a otro soldado en su lugar. No obstante y sin poder negarse, es enviado de nuevo en una última misión en los límites del mapa sabiendo que las batallas libradas allí son sinónimo de muerte.
Poco a poco, Ergo irá descubriendo la clase de mundo en el que habita y los secretos que se han ocultado ante el y cualquiera de sus compañeros.
En esta historia el lector se sumerge en un delirio y cuestionamiento filosófico y político acerca de la moralidad.
NovelToon tiene autorización de Ángel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
XV
El libro hablaba sobre los inicios de la década y el cómo la implementación de la energía nuclear como medio eficiente de energía era viable, sobre como la humanidad en conjunto decidió usar sus progresos tecnológicos en aeronáutica para finalmente tomar la indiferente decisión de mandar al espacio los restos radioactivos de las enormes plantas. El cómo es que el remplazo, implementación y empleo excesivo de la energía nuclear permitió a la humanidad abastecerse lo suficiente para poder progresar sin fin. Fue un inicio de la nueva década totalmente sorprendente, y ello quedaba demostrado en su unificación de ciudades con el objetivo de lograr óptimos avances y finalmente, y acompañado de una fotografía de su inauguración, el tren que hace un par de días habían tomado, en su creación, se convirtió en un símbolo de esa unión.
Las fotos exponían sobre diversos científicos e ingenieros respectivamente. Había bastante más información sobre temas de economía y cifras que Ergo sencillamente no entendía, así que fue pasando de páginas viendo las ilustraciones y se detuvo en una fotografía de un hombre sosteniendo un brazo. Leyó:
"2022: científicos, médicos e ingenieros logran hacer el primer trasplante de extremidad con éxito y aseguran que en un par de años más la humanidad podrá ver muchos más frutos de su trabajo".
Ergo quedó impresionado con ello, sin querer había llegado a la sección médica y, aunque no entendiera gran parte del contenido, sin duda conocía algo de lo expuesto debido a su experiencia en la guerra y a sus múltiples intervenciones. Avanzó un par de párrafos más en el texto y continuo leyendo con brillo en los ojos, mientras fuera se escuchaba el estridente tren:
"2027: año de la programación y la nanotecnología. Un grupo de eruditos excepcionales con conocimiento en programación, informática, equipos electrónicos e ingeniería conmocionan al mundo con la creación de su sistema de inteligencia artificial única y la implementación de nanotecnología en el sector médico para cooperar en el éxito de trasplantes de extremidades y órganos".
<
"Octubre, 2027: el éxito de la inteligencia artificial. El grupo de eruditos logra un éxito mayor a lo esperado y su sistema de inteligencia artificial demuestra capacidades excepcionales en menos de un año. Dicen buscar la creación de una conciencia única y servicial para la civilización".
Avanzo a otro encabezado de la página.
"Marzo, 2028: ¡Bienvenid@ JRB! El nuevo y exitoso modelo de inteligencia artificial ha llegado y más perfecto que nunca. Con una capacidad de autoaprendizaje, búsqueda acelerada de fuentes del internet y textos, y un sistema de voz único y humano, JRB se ha convertido en un miembro esencial de diversos sectores".
Ergo repentinamente estaba extasiado ante tanta información. Se sentía con sed y cerró el libro para ir a la cocina por un vaso de agua. Se sirvió al mismo tiempo que Ludwig regresó.
—¿Qué tal, muchacho?—preguntó Ludwig sentándose en una silla de la cocina.
—Todo bien, solo vine por un vaso de agua porque me dio sed mientras leía.
—¿De nuevo?—se limpió el sudor de su frente con la manga de su camisa—. ¿Qué era está vez?
—Un libro de historia al parecer—Ludwig hizo una mueca de sorpresa y nervios, pero Ergo no lo noto—, hablaba sobre medicina, sistemas e inteligencias artificiales. Pensar que todo ésto—meneo su brazo alrededor de la cocina—ha estado oculto durante... no sé cuánto, a mí y a mis compañeros es...
—Tranquilo hijo, se a que te refieres, pero es algo bastante complicado... Que hayas terminado aquí fue coincidencia y no podemos arriesgarnos a que vuelvas simplemente por... un acto de empatía.
Ergo se quedó en silencio y bebió su vaso de agua.
—Tienes razón... Es solo que... El progreso y... Que la guerra no permita a mis compañeros gozar de lo que yo puedo hacer ahora—se llenó de determinación y su rostro lo exponía—. En aquel lugar únicamente teníamos acceso a lecturas militares y sobre como ensamblar armas, los primeros auxilios o hacer estrategias. Sobre los vehículos y eso... Nadie jamás nos dijo que fuera de ello había todo un porqué de los que hacíamos o que ocurría con el mundo de afuera... No sé por qué nunca me lo pregunté antes.
Ludwig hizo una mueca de melancolía. Sabía de lo que hablaba Ergo y tenía más que razón suficiente en sus palabras. Aún ante ello, muy en el fondo, temía que Ergo encontrará en el libro la zona donde había arrancado, hace años y con furia, las páginas que sin duda le restarían importancia a su persona.
Ergo vio que Ludwig no parecía muy consciente de su entorno y decidió romper la tensión:
—¿A qué saliste?—preguntó.
Ludwig cayó en cuenta y meneo su cabeza.
—Fui a ver a un amigo, pero no estaba en su negocio. Es algo urgente, así que espero que siquiera responda el mensaje que mandé por celular—sacó del bolsillo de su pantalón el rectángulo con pantalla táctil con indiferencia—. Sí... espero responda—encendió el dispositivo dando un tocó suave a la pantalla y miro la hora—. Hummm, son las once apenas. ¿Tienes hambre? Vayamos a comer algo afuera está vez, así quizá veas más cosas interesantes.
Ergo se mostró manso ante la propuesta y solamente corrió a su habitación predestinada por el gorro.
