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Un Golpe: Vínculo Mortal

Un Golpe: Vínculo Mortal

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Vampiro / Magia / Fantasía LGBT
Popularitas:6.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Nath

¿Qué es lo primero que haces cuando encuentras a alguien herido frente tu puerta? Ver si sigue vivo?, llamar una ambulancia?.

No. Lo primero que Michael hizo fue pensar que era lindo.

NovelToon tiene autorización de Nath para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAP 15

—No escuches, solo fueron... —respondió Lesia animada, antes de mirarse las manos y comenzar a contar el tiempo que había pasado dormido.

—Cinco... no, seis... ¿ocho? No, diez. ¡Sí! ¡Diez horas! —dijo la niña, mostrándole las palmas de sus manos, contenta con su capacidad para contar.

Al pelinegro le pareció una vista tierna; fue entonces cuando escuchó a la niña continuar.

—Lo normal para un humano, ¿verdad? El maestro dijo que los humanos duermen y comen mucho —continuó, orgullosa de sus conocimientos, mientras miraba a Michael en espera de una respuesta.

Esta pregunta dejó al pelinegro sin palabras. ¿Qué debería decirle? ¿Mentir para hacerla feliz o decirle la verdad? Además, ¿por qué el maestro, del que había oído hablar, le diría esas cosas a una niña? Criticó internamente, cuestionándose cuántos estereotipos le había contado.

En el rostro de Elysian, quien acababa de freír torpemente un par de huevos y estaba por apagar la cocina, se formó una sonrisa imperceptible al escuchar a la niña. Lesia era muy curiosa.

—Podría decirse... aunque no aplica a todos los humanos —dijo, confundido sobre lo que debía decir y al mismo tiempo confundiendo a la pequeña. Ante esta situación incómoda, Michael tomó una silla de la mesa, se sentó e indicó a la niña que se sentara a su lado.

—¿Qué estabas comiendo? —preguntó, señalando la manzana cortada en diferentes figuras geométricas, buscando desviar su curiosidad.

El sonido de la comida siendo colocada en los platos se escuchaba, al igual que el olor a huevo frito y verduras.

—Oh, manzanas... Elysian me las dio —comentó la pequeña mientras cogía una, la sumergía en el vaso color rojizo que tenía al lado y se la comía, mostrando sus caninos afilados, revelando su apariencia híbrida.

Michael la observó, todavía algo desconcertado. No había notado antes esas características en ella, ni tampoco el hecho de que no llevaba un amuleto de plata. El comentario del cazador sobre su naturaleza híbrida le vino a la mente. Mientras sus pensamientos divagaban, una nueva duda surgió en su mente.

Ahora que pienso en ello, todo parece tan repentino... ¿Cómo llegamos aquí? Este lugar no parece un hospital, pensó, mirando a su alrededor con más detenimiento.

Antes de que pudiera ordenar sus ideas, fue interrumpido por Elysian, que colocó un plato sobre la mesa frente a él.

—No pienses demasiado y come —dijo el peliplateado, interrumpiendo sus pensamientos al dejar el plato y colocar un plato pequeño, pero diferente, frente a Lesia.

—¡Sí, comida! —exclamó la pequeña al ver a Elysian acercarse, su boca parecía salivar al ver el contenido del plato más pequeño.

El platillo para Lesia era de color marrón rojizo y se podían ver trozos de algo gelatinoso y papas cocidas en su interior. Mientras que el de Michael y Elysian eran verduras hervidas con un huevo encima. Ambos platos mostraban la falta de habilidad del cocinero; sin embargo, Michael no lo encontró molesto. Sentía una extraña calidez en el ambiente, algo que no había recibido en mucho tiempo.

—Gracias —respondió el pelinegro, obteniendo como respuesta un gesto por parte de Elysian mientras este se quitaba el mandil y lo colgaba en una pared.

La casa era modesta, con paredes de madera que conservaban un aroma a tierra húmeda. Un pequeño cuadro de un paisaje colgaba descentrado en la pared, y la luz que entraba por la ventana iluminaba el polvo que danzaba en el aire. Todo parecía acogedor y, a pesar de la simpleza, había un aire de hogar.

Pronto, Elysian también tomó asiento con su plato, y Michael, sintiendo que el ambiente no podía quedarse en silencio y surgiendo su duda anteriormente calmada, preguntó:

—Por cierto, ¿Cómo llegamos aquí? —dijo mientras se disponía a coger un trozo de zanahoria y darle un mordisco. Algunas partes le faltaban cocer, pero aun así la comida le sabía bien.

Tales palabras detuvieron brevemente las acciones del peliplateado, quien comentó, con una luz fría: —Te cargué desde el hospital—. Evitando informar sobre su propio estado de salud y el hecho de que no recordaba cómo exactamente llegaron aquí. Cuando abrió los ojos, el doctor de la aldea ya estaba frente a él.

Ante esas palabras, Michael se imaginó siendo cargado, igual que un saco de papas, mientras una niña pequeña les seguía el paso y ocasionalmente daba golpecitos en su cabeza en un intento de despertarlo. Se tomó el tiempo de aceptar lo que imaginaba, sintiendo una mezcla de incomodidad y humor.

—¿Hospital? ¿Qué es un hospital? —preguntó Lesia, confundida, delatando a Elysian, quien le dio un poco de su plato a Lesia diciendo: —Come más.

—No tenemos hospital; aquí la atención es a domicilio —respondió con la verdad Elysian tras suspirar.

¿Por qué había mentido? ¿Era necesario? No puedo ver su utilidad, se cuestionó internamente Michael.

—Entonces esta casa... —preguntó Michael.

—Es de mi maestro... aunque sigue fuera... tengo su autorización para usarla —contestó el peliplateado. Eso también le preocupaba; según Lesia, había pasado una semana desde que salió y no había regresado, lo cual no le traía un buen presentimiento.

...

En la cima de una montaña, había un pequeño pueblo que parecía un centro turístico, con bellos hoteles hechos de piedra y arquitecturas que atraían la atención de los visitantes. Un ambiente sombrío gobernaba.

Un hombre joven de cabellos negros y ojos rojos paseaba tranquilamente por las calles silenciosas; de sus manos sobresalían garras negras afiladas que estaban manchadas de sangre. Luego de unos pasos, se detuvo tras oler algo, y en sus labios se formó una sonrisa, mostrando sus colmillos.

—Huele a sangre —dijo mientras pateaba un buzón cercano, revelando a un niño escondido y encogido de miedo.

—¡Hola...! —saludó, mientras el niño se encogía aún más y gritaba: "¡No te acerques!". El joven, con la mano, hizo un gesto de decapitación, apareciendo un símbolo negro en el aire que hizo que la cabeza del niño volara. La sangre fresca manchó las manos del joven, quien la lamió antes de seguir caminando, tarareando una melodía.

—No se escondan... que ya voy, que pronto los encontraré.

Tal canto causó escalofríos en sus oyentes que se encontraban sin otra opción que huir o esconderse. Todos los pobladores temblaron de miedo.

1
Carmen Hilario
/Drool/
Carmen Hilario
Excelente
Carmen Hilario
Muy buena/Proud/
Nidia Mojica
Pobre Michael, le toco la de malas connsu no invitado.
Yoha D' Boliivarr
Esta muy buena esta historia /Smile/
Nidia Mojica
Me esta gustando la trama.
Nidia Mojica
Vaya manera de vincularse.
Yoha D' Boliivarr
me da risa como el mismo se percibe , normalmente el seria un buen samaritano por ayudarlo no un secuestrador jaja pero fue algo perturbador lo de meterlo al congelador si estaba muerto /Skull/ me gusto su sentido del humor jaja/Facepalm/
Yoha D' Boliivarr
Me a encantado muy interesante con su toque de misterio .
Nidia Mojica
Ni modos te toco alguien raro.
Celty Sturluson
Enamorada de esto
Dálvaca
Estoy completamente enganchada a tu historia, necesito más capítulos para saciar mi curiosidad. 😌
Ataru Moroboshi
Estoy muerta de curiosidad por el final de la historia. ¡Espero poder leer más capítulos pronto! 😱
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