Espíritus Olvidados

A la mañana siguiente nada había cambiado. El sol entraba por mi ventana pero sin importar la luz que hubiera, todo era escalofriante. Mi cuarto me daba miedo, veía varias sombras por toda la habitación pero yo me había acostumbrado pues toda la noche las vi. Solo bailaban alrededor, la misma rutina, la misma velocidad, la misma secuencia.

Cabe mencionar que no logré dormir ni un solo momento en toda la noche. Traté de hacerlo pero las imágenes de la noche pasada se ponían en mi camino y no me dejaban hacerlo. La mano, los espíritus, mi hermana con sus cambios y sobre todo la muerte de mi amigo con su espíritu pérdido. Era mucho para soportar y no creía aguantar más.

Tenía que ir a la escuela y no me sentía listo para hacerlo, ahí me esperaba el lugar de la escena donde mi amigo murió. La directora que parecía la principal sospechosa y por último estaba el espíritu de mi amigo el cual no podía olvidar.

Me levanté porque mi hermana fue a mi habitación tocando muy duro la puerta o quizá mis oídos estaban muy sensibles en ese momento.

—Hola, ¿Qué pasó?5Le dije con una voz muy desanimada después de que abrió la puerta. 

La miré con poco interés, me sentía muy cansado. Ella sin embargo estaba muy fresca, muy alegre y motivada, me costaba creer que era real esa etapa en ella, nunca la ví así.

—Vine a ver cómo estás, me quedé algo preocupada.—Dió un paso dentro de la habitación.—Desde ayer ya no dijiste ni una sola palabra, te quedaste como ido y me quedé pensando en que quizá te había sucedido algo malo.

—No me sucedió nada malo, simplemente no quise decir nada.—Le respondí sin invitarla a pasar, dándole la espalda porque no quería que me viera.—Fue mucho para mí, toda la noche he deseado que haya sido un sueño pero pasan muchas cosas que me recuerdan que no lo fue. Nunca debí dejarme convencer de hacer eso.

—Tranquilo hermano, no hicimos nada malo.—Me dijo tratando de transmitirme confianza pero no lo logró.—Solo entramos en contacto con el mundo espiritual, un mundo que aunque no creas en él, existe y siempre existirá.

—Aunque exista creo que es un mundo al que no quiero ir nunca.—Regresé a mi cama y me senté ahí.

—No seas cobarde hermano, ya pasó lo peor, al menos para ti… no para tu amigo.—Pasó a la habitación y se sentó justo a un lado de mi. 

Sembró la semilla de la duda inmediatamente después de decir eso. No fue necesario preguntar el por qué de sus palabras, con ver mi cara se dió cuenta que necesitaba saberlo.

—Tu amigo está muerto y su espíritu atrapado en otra dimensión. No se quedó atrapado por voluntad, un demonio es quién lo tiene aprisionado y eso significa que tú amigo no podrá reencarnar ni mucho menos ver la luz…—Su tono era muy serio.—Va a deambular por toda la eternidad en la escuela.

La sola idea de que eso pudiera pasar me causó un conflicto emocional. Pensar que mí amigo pasaría por algo así después de todo lo que sufrió y lo que le había pasado. En ese momento me llené de valor que no había tenido hasta entonces y me hice la promesa que le ayudaría sin importar el que. Jamás volvería a dejarlo solo como esa tarde en la biblioteca. 

No sabía cómo ayudarlo pero fuera lo que fuera lo iba hacer, era una promesa que planeaba cumplir sin importar nada.

Estaba seguro que este camino mi hermana me ayudaría aún sin pedírselo. No hacían falta las palabras al ver su rostro deseoso por hacer algo espiritual para salvar a mi amigo. Aún así por formalidad le pregunté.

—¿Qué puedo hacer para ayudarlo?—Mi hermana había esperado esa pregunta pero nunca el tono en qué la hice. Fue uno de madurez, valor y responsabilidad. 

Mi mirada quedó firme mientras que mi cuerpo se enderezó para mostrar lo fuerte que era.

—Lo primero que necesitamos hacer es investigar por qué quedó atrapado y por qué lo quiere ese demonio.—Era toda una detective muy motivada, el caso le venía bien, organizó todo en ese preciso momento y supo por dónde empezar.—Yo se que te dije que por tu seguridad no debías ir a la escuela hasta que las cosas se calmaran pero me temo que es el único lugar en el que podemos buscar y aunque hubiera otros ese sería el mejor.

—¿Entonces debo ir a la escuela a investigar sobre mi amigo?

—Algo así hermanito. Tu amigo murió y eso es un hecho pero su espíritu está atrapado en ambos mundos y alguien no lo deja ir.—En su mirada había un brillo único mientras hablaba.—Tenemos que saber por qué. ¿Entendiste?

—Sí y creo que ya se por donde empezar.—Me contagió un poco su motivación.—La directora debe tener respuestas pero no creo que nos la vaya a dejar fácil. Tengo que averiguar que pasó pero ¿Cómo?

—Pues tenemos un arma que ella desconoce y la podemos seguir usando siempre que queramos.—Me dió escalofríos el solo pensar a lo que se refería y sin preguntar ella me dió la respuesta.—Podemos invocar su espíritu siempre que queramos y nos podrá dar más información.

—Ese espíritu no sabe ni lo que le pasó. ¿Cómo nos va ayudar?—Le dije con mucha indignación.—El pobre solo está confundido y perdido.

Me llené de nostalgia al ver lo que le había deparado a mi amigo. Me puse triste de pensar que hubiera gente tan malvada esperando dañar a los demás solo por un bien propio. Pero yo había hecho una promesa y la iba a cumplir. 

—Voy a saber exactamente lo que sucedió y voy ayudar a mi amigo.—Presioné los puños en señal de fortaleza.—En la escuela seguro se rumoran muchas cosas y de ahí puedo partir para descubrir el misterio y sobre todo, ayudar a mi amigo.

—Si hermano, así se habla.—Juntó su mano con la mía.—Y yo te voy ayudar reuniendo información y cada noche invocaremos su espíritu para saber más cosas.