Daniel es un alfa que siempre ha tenido éxito en todo lo que ha emprendido, siendo la esperanza de recuperar el estatus de una familia que ha caído en desgracia.
Oliver es un omega proveniente de una poderosa familia, un chico que ha sido educado para formar parte de la élite, no hay espacios para las dudas ni mediocridad.
¿Se puede forzar al destino?
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Capítulo 14
Quedé aturdido con lo que Oli me había dicho no sabia qué responder, no es que no lo desee sino todo lo contrario. Estar cerca de él requiere todo mi autocontrol posible no quisiera sentir que lo obligo a hacer algo para lo que aún no está listo.
Me abraza y me da un beso apasionado, hasta rayar en lo desesperado y se aferra a mi pecho sus torpes manos intentan abrirse paso bajo mi camisa y el tacto de su piel y la mía se siente tan gratificante que no puedo evitar soltar un suspiro.
Se aparta de mi y me mira con esos hermosos ojos brillantes y me vuelve a repetir lo mismo. Quiere ser mio y yo llevo sintiendo que es mio desde la primera vez que lo vi. Ahora lo entiendo perfectamente, desde el momento en que empecé a seguirlo estuve completamente perdido.
Todavía inseguro, pero nos dirigimos hacia un hotel donde tomamos un cuarto, una vez dentro no puedo huir de lo inevitable. Voy perdiendo la poca cordura que me queda y mientras nos besamos con frenesí vuelan las prendas quedando completamente sin ella. Acaricia mi cuerpo y mis manos se pierden en sus curvas y la suavidad de su piel, beso cada espacio de su blanca piel dejando un camino de marcas que demuestren que estoy forjando mi camino en él.
Su cuerpo no deja de temblar y agitarse con cada caricia, sus feromonas colman toda la habitación haciendo que mis instintos más primitivos despierten solo deseo tomarlo, marcar cada parte de él, hundirme hasta desaparecer.
Contrarresto con mis feromonas iniciando el baile rítmico entre gemidos, súplicas y besos. No puedo parar, esto es simplemente perfecto. La perfecta mezcla entre omega y alfa, feromonas danzantes que se mezclan en completa armonía.
Lo siento llegar al punto culmine al gritar mi nombre, me aferro a su cintura para hundirme con ferocidad en una última estocada y llegar a la cúspide de nuestro punto culminante.
Nos quedamos abrazados en esa posición por no sé cuanto tiempo, hasta que noto que ha quedado rendido y se ve simplemente glorioso , me levanto para limpiarlo y cambiar las sábanas. Lo abrazo para lentamente ir quedando dormido, no tengo más palabras para esto, solo es perfecto.
Al despertar observo que Oli todavía esta dormido entre mis brazos, no tengo ganas de ver la hora porque una parte de mi me dice que se romperá la magia cuando él despierte.
Lo siento moverse, acaricio su rostro y le hablo suavemente. Me sonríe y hunde su rostro en mi pecho, podría despertar todos los días de mi vida así.
De repente Oli salta de la cama y rebusca entre sus pantalones su celular y esta apagado, no tiene batería. Desesperado me pregunta qué hora es, respondo que no tengo idea, se molesta y busca mi celular.
Cuándo lo encuentra y es consciente de que es casi medio día, lo oigo maldecir y entra corriendo al baño. Escucho el agua correr y mientras yo apenas logro entender qué está pasando lo veo salir apurado a medio vestir, con su cabello húmedo y ropa arrugada.
Lamento que las cosas se queden así, pero realmente debo ir a mi casa ahora. Te amo, por favor no pienses mal, me encantó todo anoche. Me besa rápidamente para luego salir corriendo hacia la puerta.
Dan, eres el primero y fue perfecto. Te llamaré más tarde te amo nunca lo olvides. Me dice antes de salir, alcanzo a distinguir el rojo en sus orejas antes de que saliera huyendo por esa puerta.
Me quedo como un estúpido sin entender que sucede, hace menos de media hora pensaba que todo era perfecto y ahora ni siquiera sé si hice algo mal. ¿Por qué salió huyendo así?
Me tomo mi tiempo para dejar esa habitación, quiero atesorar esos momentos un poco más, hay algo incipiente en mi pecho que me dice que algo no está bien y aunque trato de espantar esos pensamientos no puedo evitar que mi cuerpo se sienta pesado, como si al salir de ése lugar se romperá algo demasiado frágil.
Le dejo varios mensajes a Oli y no me responde, han pasado horas desde que lo vi salir de la habitación, trato de concentrarme en mi lectura, pero solo puedo estar pendiente de mi celular y ningún mensaje llega.
Cuando ya es media noche y estoy renunciando a la idea de verlo, solo me queda esperar que sea Lunes para vernos en la universidad. No puedo lidiar con la ansiedad que me esta consumiendo, el mismo sentimiento de angustia.