vidas diferentes que su suerte les da conexión
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semana terrible universo Vlll
Robert y Chandler eran una pareja feliz, inseparable desde que se conocieron en la escuela secundaria. Ambos compartían una pasión por el arte y la literatura, y sus amigos solían decir que estaban destinados a estar juntos. A pesar de la fuerte conexión y el amor que sentían el uno por el otro, esa semana en la escuela se convirtió en una verdadera prueba para su relación y su paciencia.
El lunes comenzó con un tono prometedor. El sol brillaba y el aire tenía ese aroma fresco de primavera que siempre lograba animarles. Sin embargo, desde el primer instante, el destino parecía decidido a ensombrecer su semana. Robert, quien era conocido por su puntualidad, se despertó tarde. El despertador no sonó, y al darse cuenta de la hora, entró en pánico. A toda prisa se vistió y salió corriendo hacia la escuela, sin siquiera desayunar. Chandler, siempre el optimista, intentó calmarle mientras caminaban juntos, pero la prisa y el estrés inicial marcaron el comienzo de un día complicado.
Al llegar a la escuela, la primera clase de Robert fue matemáticas, una materia que siempre le resultaba desafiante. El profesor anunció una prueba sorpresa, lo cual generó murmullos de descontento entre los estudiantes. Robert no había tenido tiempo de estudiar adecuadamente y, aunque hizo lo mejor que pudo, sabía que sus respuestas eran un desastre. Chandler, por su parte, tuvo un día difícil en su clase de historia. El profesor asignó un proyecto de grupo y, como siempre, Chandler terminó emparejado con estudiantes que no compartían su entusiasmo por la asignatura. Mientras Robert lidiaba con fracciones y álgebra, Chandler intentaba motivar a su equipo a hacer su parte del trabajo.
La hora del almuerzo trajo un respiro temporal. Se encontraron en la cafetería, y Chandler intentó levantar el ánimo de Robert con una broma sobre sus habilidades matemáticas, pero Robert estaba demasiado preocupado. Después de un almuerzo rápido, se dirigieron a sus siguientes clases, sin saber que la tarde les traería más desafíos. En la clase de arte, donde ambos solían encontrar consuelo y creatividad, surgió un problema. El proyecto de la semana era hacer una escultura en parejas, y Robert y Chandler, naturalmente, decidieron trabajar juntos. Sin embargo, mientras esculpían, un estudiante despistado tropezó con su mesa, haciendo que su trabajo cayera al suelo y se rompiera en pedazos. Fue un golpe duro para ambos, que habían estado trabajando en la escultura con esmero.
El martes no fue mejor. Chandler, quien solía ser un ávido lector y escritor, estaba emocionado por una competencia de poesía que se celebraría esa semana. Había trabajado arduamente en su poema, buscando perfeccionar cada línea y cada verso. Sin embargo, al presentar su trabajo, el profesor de literatura lo rechazó, argumentando que no cumplía con los criterios establecidos. Chandler se sintió devastado; su confianza, sacudida. Robert trató de consolarle, pero también tenía sus propios problemas. Durante la clase de biología, tuvo un incidente desafortunado con una rana que debía diseccionar. La rana saltó de la mesa, causando un caos en el laboratorio. Aunque intentó reírse de la situación, el incidente le dejó sintiéndose torpe y desanimado.
La semana continuó con una serie de eventos desafortunados. El miércoles, ambos se quedaron atrapados en un elevador averiado en el edificio de ciencias. Aunque solo fue por unos minutos, la experiencia fue angustiante, y llegaron tarde a sus clases, ganándose una reprimenda de sus profesores. Además, Chandler perdió su cuaderno de notas, lo que significaba que tenía que rehacer todas sus tareas y apuntes de la semana. Por la tarde, durante la práctica de baloncesto, Robert se torció el tobillo. La lesión no era grave, pero le impidió participar en el próximo partido, algo que había estado esperando con entusiasmo.
El jueves trajo consigo más complicaciones. Chandler, quien también era miembro del club de teatro, tenía una importante audición para el papel principal en la próxima obra escolar. Había ensayado su monólogo incansablemente, pero al llegar su turno, los nervios le jugaron una mala pasada. Olvidó sus líneas y salió del escenario sintiéndose humillado. Robert, viendo el estado de su pareja, trató de animarle, pero sus propias preocupaciones le abrumaban. Ese mismo día, recibió una calificación baja en su ensayo de historia, a pesar de haber dedicado muchas horas a su investigación. Sentía que su esfuerzo no era reconocido, y eso le frustraba profundamente.
El viernes llegó con una mezcla de alivio y resignación. La semana había sido agotadora y ambos esperaban que al menos el último día pasara sin más problemas. Sin embargo, durante la clase de química, hubo un accidente con los productos químicos. Una mezcla incorrecta causó una pequeña explosión que, aunque no causó daños serios, sí provocó la evacuación del laboratorio y un gran susto para todos los presentes. Chandler, quien estaba en la clase, terminó con un rasguño en la mejilla, y Robert, al enterarse, corrió al laboratorio para asegurarse de que estaba bien.
A pesar de todo, la pareja decidió no dejar que los eventos de la semana afectaran su relación. Esa noche, se sentaron juntos en el parque cerca de la escuela, reflexionando sobre los eventos desafortunados que habían enfrentado. Chandler, siempre el más filosófico de los dos, comentó que a veces la vida simplemente lanzaba una serie de desafíos para probar nuestra resistencia y determinación. Robert, aunque aún preocupado, no pudo evitar sonreír ante el optimismo inquebrantable de su pareja.
Decidieron que, en lugar de centrarse en lo negativo, buscarían las lecciones y las pequeñas victorias ocultas en medio de su mala suerte. Chandler recordó cómo, a pesar de haber olvidado sus líneas durante la audición, había recibido palabras de aliento de sus compañeros de teatro, quienes admiraban su valentía por intentarlo. Robert se dio cuenta de que, aunque su ensayo no había obtenido la calificación esperada, había aprendido mucho sobre el tema y se sentía más preparado para futuras investigaciones.
El fin de semana lo dedicaron a recargar energías y a planificar la siguiente semana, decididos a enfrentar cualquier desafío que se les presentara con una actitud renovada. Pasaron tiempo en la biblioteca, estudiando juntos y ayudándose mutuamente con sus tareas. También aprovecharon para visitar su café favorito y disfrutar de un merecido descanso, hablando sobre sus sueños y planes para el futuro.
El lunes siguiente, Robert y Chandler regresaron a la escuela con una nueva perspectiva. Aunque sabían que no podían controlar todo lo que sucedía a su alrededor, estaban decididos a mantener una actitud positiva y a apoyarse mutuamente en cualquier circunstancia. Esa semana trajo nuevos desafíos, como siempre, pero también nuevas oportunidades para crecer y aprender.
En la clase de matemáticas, Robert pidió ayuda adicional al profesor y, con un esfuerzo constante, comenzó a comprender mejor los conceptos que le resultaban difíciles. Chandler, por su parte, recibió una segunda oportunidad para presentar su poema y esta vez, fue bien recibido por su profesor y sus compañeros. En la clase de arte, lograron crear una nueva escultura, esta vez con más cuidado y paciencia.
El proyecto de historia de Chandler también comenzó a avanzar, gracias a su dedicación y a la colaboración de su equipo. Aunque la semana no estuvo exenta de problemas, como pequeños malentendidos y errores, ambos se dieron cuenta de que podían superar cualquier cosa siempre y cuando estuvieran juntos.
La experiencia de aquella semana terrible en la escuela se convirtió en un recuerdo compartido que, con el tiempo, se transformó en una anécdota que contaban con una sonrisa. Aprendieron que, aunque la mala suerte podía golpear en cualquier momento, lo importante era cómo respondían a ella. Su relación se fortaleció, y encontraron consuelo y fuerza en el amor y apoyo mutuo.
Años más tarde, cuando recordaban esa semana, Robert y Chandler se reían de los momentos difíciles y apreciaban cómo esos desafíos habían contribuido a su crecimiento personal y como pareja. Su historia era una prueba de que, a pesar de las adversidades, el amor y la resiliencia siempre prevalecen.