La Reina Y El Actor

Capítulo 15

Beatriz era feliz viendo como crecía su hijo, le gustaba pasar tiempo al lado de su pequeño príncipe y de Nicolás, aún así no podía evitar pensar en Trevor. El rey como siempre los observaba desde la ventana de su despacho.

—Su alteza real, el rey la llama.—dijo Tommy, ella quería seguir disfrutando de su hijo, pero primero era atender el llamado de su padre.

—Ve querida yo me encargo.—dijo Nicolás mientras jugaba con el príncipe, disfrutaba estar con su hijo en todo momento, Nicolás era muy paternal.

—Regreso enseguida.—dijo Beatriz, ella camino hasta el despacho, entró y le sonrió a su padre, hizo una reverencia para después tomar asiento frente a él

—Si te lo preguntas, no tengo nada importante que decirte. Solo quería pasar tiempo contigo.—dijo Felipe

—¿Es molesto?.—preguntó Beatriz

—Todos los informes, no si me ocupo de ellos. Es parte de nuestro deber, como jefes de estado es prioridad leerlos y preguntar si tenemos dudas.—respondió Felipe

—Si, fue lo que me dijo el primer ministro ayer en la cena. Que tengo los conocimientos necesarios para gobernar el país, pero no te voy a negar que tengo miedo.—le decía Beatriz sus inseguridades

—Lo harás bien, eres inteligente y sabes el protocolo, además conoces de la A a la Z la constitución. Ahora bien, ¿sobre tu compañero que me puedes decir?.—preguntó el rey

—Nicolás, es un excelente compañero y padre, adora a Luis. Sé que será un aliado leal a la monarquía.—respondió Beatriz

—Bien, entonces creo que debo acercarme más a él. Vaya conocerlo más.—dijo Felipe

—Eso sería bueno papá, él se siente como un extraño. Después de todo este no es su país.—decía Beatriz

—Déjamelo a mí, por otro lado estoy muy orgulloso de ti, sabes que te quiero mucho.—respondió su padre

—También te quiero papá.—respondió Beatriz

Al día siguiente irían a las carreras de caballos, Nicolás había aceptado acompañar a su suegro, el Rey. Salieron rumbo al hípico, el Rey le explicaba sobre las carreras y las reglas, sobre todo que los caballos eran la pasión más grande de su hija Beatriz. Tomaron asiento para poder disfrutar, después de un silencio profundo.

—El ducado no es el trabajo, Beatriz es la esencia de tu deber, amarla y protegerla es tu verdadero deber.—dijo Felipe

—Lo entiendo señor.—respondió Nicolás

—¿de verdad lo entiendes?, No es fácil ser el esposo de la Reina, Beatriz estará en constante conflicto con ella misma, pero ella sabe que la corona siempre debe ganar, aún sobre sus propios sentimientos. Cuando ella ascienda al trono, todo va a cambiar entre ustedes. Por eso debes ser el compañero que ella necesita, debes hacerlo por ella y también debes hacerlo por mi.—le decía Felipe

—Confie en mí, lo haré su majestad.—dijo Nicolás

Mientras veían las carreras, hasta ellos llegó la Reina Teresa, la princesa Catalina y el pequeño príncipe Luis que de inmediato abrazó el Rey, Beatriz tenía que asistir a una reunión en el parlamento así que no los acompañaría.

—Me alegra verte Nicolás, aposté por Orión es el caballo de mi hermana. Para ser honesta es su favorito.—decía Catalina coquetamente

—No sabía que era la gran pasión de Beatriz, hasta hoy tu padre me lo hizo saber.—dijo Nicolás

—Bien, su otra gran pasión es el norteamericano que conoció en Escocia, pero no pareces sorprendido. ¿No me digas que mi hermana te habló sobre el?.—preguntó Catalina

—No hay tal hombre, ella es mi esposa y la madre de mi hijo, fui yo el primer hombre en su vida.—respondió Nicolás

—Se que mientes, pero no te confundas amo a mi hermana, y sé la verdad detrás de su matrimonio. Yo la vi llorar por el norteamericano y como mi madre la presionó para que aceptara casarse contigo. Tarde o temprano ellos volverán a estar juntos, como debía haber sido desde el principio. No me mal entiendas tú me agradas y mucho, eres realmente guapo, el sueño de toda mujer.—dijo Catalina, ella sentía un interés especial en Nicolás pero era aún muy joven, además él era el esposo de su hermana así que estaba prohibido.

Felipe disfrutaba de su nieto, el príncipe Luis cumpliría sus dos años de edad y sería una celebración digna del futuro rey. Todos estaban reunidos para celebrar al pequeño príncipe.

—Mi nieto heredó los ojos del color de su bisabuela.—decía el rey

—De ninguna manera, tiene los ojos azules más oscuros como el color de los zafiros. Tal vez los heredó de los Battenberg, la casa real de Dinamarca de tu hermano el heredero al trono.—decía la Reina Madre a Nicolás

—Si, sin duda es mi hijo. Por su sangre cruza mi sangre, que es la misma de los Battenberg.—respondió Nicolas

—¿Han planeado tener otro bebé?.—preguntó Teresa

—Si, pero más adelante. Luis es aún muy pequeño.—respondió Beatriz, sin duda su familia podía volver la situación demasiado incómoda

—Ya llegarán más nietos, yo por lo pronto estoy muy feliz con mi nieto. En un futuro el sucesor de su madre, mi pequeño príncipe no tengo ninguna duda de que serás un gran rey.—decía Felipe, el pequeño Luis se recargaba en el pecho de su abuelo, era una escena muy conmovedora

Nicolás y Beatriz se abrazaban al ver tal escena, su pequeño ya había cumplido su segundo año de edad. Pero ver al rey tan feliz disfrutando de su nieto era algo invaluable.

Después de terminar la fiesta del príncipe, el rey se retiró a su habitación. Veía las fotografías de sus tres hijos, y de su amado nieto. También de su compañera de vida y de sus padres, sabía que todos en algún momento pasamos a formar parte de los recuerdos de quienes nos aman.

—¿Su majestad necesita algo más?.—preguntó uno de sus sirvientes más leales

—No es todo, es tiempo de ir a dormir.—respondió el rey, su sirviente lo dejó descansar.

A la mañana siguiente entraron sus sirvientes, para ayudarlo a vestirse y que desayunara para que comenzara sus actividades cotidianas. También entró Tommy

—Buenos días su majestad, es una mañana fresca y despejada.—dijo Tommy mientras prendía la luz, pero el rey no reaccionó. Se acerco para tocar su mano, pero ya estaba helada.

El rey había muerto mientras dormía, Tommy de inmediato salió para avisarle a la reina Teresa, ella se levantó de inmediato para ir hasta la habitación del rey, Catalina también se despertó con la trifulca afuera de su habitación. Pero no entendía que era lo que sucedía, solo veía correr a todo el personal

—No, Felipe. No!—lloraba la reina

—Princesa Catalina, lamentamos su pérdida.—dijo Steven

—¿La princesa Beatriz ya lo sabe?.—preguntó Catalina

—A la nueva reina aún no se le ha informado.—respondió Tommy, Catalina lo miró con mucho coraje.

—Que están esperando para ir a avisarle, ella debe estar aquí y también avisen a la reina madre.—daba la orden Catalina

—Si, su alteza real.—respondieron ambos

Beatriz estaba alimentando al pequeño príncipe, cuando Steven llamó a la habitación del duque de Dinamarca.

—Pasen.—respondió Nicolás

—Su alteza, el rey a muerto.—dijo Steven

—¿Qué? No es posible, ¿ya le avisaron a mi esposa?.—preguntó Nicolás

—Aún no, la nueva reina está alimentando al príncipe.—respondió Steven

—Bien yo se lo diré.—dijo Nicolás

La señora wintour tenía listo el vestido negro para que la nueva reina estuviera lista para ir a mostrar sus respetos al rey.

—Ayúdeme a llevarse al príncipe, necesito hablar a solas con la reina.—dio al orden Nicolás

—Si su alteza.—respondió Wintour

Entraron a la habitación del príncipe, Beatriz se sorprendió no los esperaba pero de inmediato notó que la señora Wintour traía traje negro. Tomó al bebé y salió de la habitación para dejarlos a solas, entonces Nicolás le informó que su padre había fallecido, Beatriz se derrumbó, no solo por la triste pérdida de su amado padre, también lloraba por ella que ahora se convertiría en el líder del gobierno, de la iglesia y sería la nueva reina.