El Alfa Enamoró Al Amigo Del Protagonista

POV Jacob

Después de pasar algún tiempo reflexionando sobre mi situación con Edric, tomé la decisión de intentar seguir adelante. Era hora de dejar de aferrarme a una relación que no me estaba llevando a ninguna parte y abrirme a nuevas posibilidades. Decidí probar suerte en el mundo de las citas nuevamente y me descargué una aplicación de citas.

Después de deslizar algunas veces a través de los perfiles, uno en particular llamó mi atención. Era un hombre beta, pero su confianza, apariencia y carisma fácilmente podían hacerlo pasar por un alfa. Decidí enviarle un mensaje y empezamos a conversar.

Con el tiempo, descubrí que teníamos mucho en común y disfrutaba mucho nuestras conversaciones. Era refrescante hablar con alguien que parecía estar realmente interesado en mí y en lo que tenía que decir. Poco a poco, empecé a sentirme emocionado por la posibilidad de conocer a estar nueva persona y ver a dónde nos llevaba nuestra conexión.

Decidí darle una oportunidad a este chico, Liam, y acepté tener una cita con él. Quedamos en encontrarnos en un acogedor café del centro de la ciudad. Desde el momento en el que nos encontramos, me sentí a gusto con Liam. Descubrí que teníamos una química increíble en persona, y la conversación fluía de manera natural.

Durante la cita, compartimos risas, intereses y hasta algunas historias personales. Me sorprendía lo fácil que era hablar con Liam y de lo bien que nos llevábamos juntos. A medida que la tarde avanzaba, me di cuenta de que estaba disfrutando realmente de la compañía de Liam y que había una conexión genuina entre nosotros, o eso creía.

Al final de aquella cita, Liam me propuso dar un paseo por el parque cercano. Acepté con entusiasmo y juntos disfrutamos de una agradable caminata bajo el sol.

Al final de aquel día, me sentí feliz por haber conocido a Liam. Me sentía ansioso por seguir viéndolo y ver dónde nos llevaba todo eso. Nuevamente, lograba sentir la esperanza de que había algo real y significativo.

Después de aquella primera cita, Liam y yo nos continuamos viendo con regularidad. Cada encuentro reforzaba la conexión entre nosotros, y me sentía cada vez más a gusto con la compañía de Liam. Salimos a cenar, fuimos al cine y paseamos por la ciudad, explorando juntos nuevos lugares y creando recuerdos compartidos.

Liam me trataba con amabilidad y respeto, siempre asegurándose de que me sintiera valorado y querido. Sus palabras y acciones reforzaban mi autoestima, haciéndome sentir especial y apreciado de una manera que no había experimentado en mucho tiempo.

Durante ese tiempo, no vi a Edric en absoluto. Fue como si Edric hubiera desaparecido de mi vida por completo. Al principio, me sorprendí de lo fácil que parecía olvidar a Edric, me daba cuenta de que la ausencia de él me permitía centrarme en Liam.

Me convencí a mí mismo de que mis sentimientos por Liam eran genuinos y profundos y que no solo estaba usándolo como un escape para olvidar lo que pudo haber sido con Edric. Me decía a mí mismo que eso era lo mejor, que necesitaba ese tiempo para avanzar y sanar, y con Liam, pensé que estaba haciendo precisamente eso.

Sin embargo, en el fondo de mi corazón, no podía evitar desear que lo que tenía con Liam fuera con Edric. Cada vez que Liam me miraba con esos ojos llenos de cariño, una pequeña parte de mí anhelaba que fuera Edric quien me mirara así. Cada vez que me abrazaba, deseaba sentir la familiaridad del cuerpo de Edric. Por más que intentara negar esos sentimientos, estaban ahí, persistentes y dolorosos.

Me convencía una y otra vez de que me estaba enamorando de Liam, después de todo, era un hombre maravilloso, y cualquier persona sería afortunada de tenerlo en su vida, pero cada noche, cuando estaba solo en mi cama, los recuerdos de Edric volvían a inundar mi mente. No podía evitar compararlos, y aunque Liam era increíble en muchos sentidos, no era Edric.

Decidí seguir adelante con Liam, convencido de que, con el tiempo, los sentimientos por Edric se desvanecerían. Me repetía que estaba desarrollando una relación saludable y feliz, que debía concentrarme en lo que tenía en lugar de lo que nunca tuve, pero, en el fondo, sabía que estaba viviendo una mentira, aferrándome a una ilusión mientras mi corazón seguía buscando a Edric.