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ASCENCIÓN EN CAÍDA

ASCENCIÓN EN CAÍDA

Status: En proceso
Genre:Mujer despreciada / Amor en la guerra / Viaje a un mundo de fantasía / Reencarnación / Fantasía épica / Mundo mágico
Popularitas:6.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Leonel md

La mayoría de veces, las personas renacidas con su mentalidad adulta en un mundo con poderes siempre tienen una vida sencilla, poderosos desde un inicio, con padres amorosos y en un mundo donde la paz está reinando. Pero ¿qué pasa cuando renaces en tu mismo mundo, en medio de una guerra, con padres traumados y con un poder desconocido en tu interior? preguntemosle a Ademir Graymond.

NovelToon tiene autorización de Leonel md para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El día que el cielo cayó (PARTE 1)

Punto de vista de Ademir Graymond:

La suavidad de las sábanas envuelve mi cuerpo con una delicada caricia, la frescura de la mañana se cuela por la ventana de mi habitación, trayendo consigo una sensación de paz y comodidad.

Poco a poco, mis ojos se abren, adaptándose a la tenue luz que ilumina el techo telarañoso. Mi mirada se dirige hacia el reloj en la pared... En mi ciudad, Monreal, ubicada en el país de Veneria, son las 6 am y yo apenas me despierto, más temprano de lo habitual.

Maldita sea.

Me despavilo del sueño y recuerdo algo que me pone bastante nervioso. Este día en particular no es como los demás, es un día que reflejará la diferencia entre el dolor de los sucesos pasados y esta nueva rutina donde finalmente parece que todo ha mejorado.

Hoy es 12 de abril, el día de mi cumpleaños.

Contemplo el techo e intento calmar los nervios. En años anteriores, mis cumpleaños no eran más que otro día marcado por el dolor, las preocupaciones, los golpes y el llanto. El típico pastel era reemplazado por un tazón de avena fría preparada por Clarissa.

Ahora, después de meses de esfuerzo mutuo para sanar las heridas del pasado, quiero pensar que esta vez puede ser diferente.

Así entonces, después de un suspiro largo me levanto de la cama y me preparo para salir.

Aunque por el momento todo se ve normal... escucho la radio desde mi habitación, los trastes golpeando y los chillidos de Clarissa.

¿De verdad puede ser diferente? No, para empezar... ¿Realmente Clarissa recuerda que hoy es mi cumpleaños?

Me agarro la barbilla, pensativo. Hace una semana, le mencioné que he invitado a Dorian a comer por mi cumpleaños. El saco de suciedad se ha emocionado, no ha parado de mencionar que le dará gusto comer comida casera.

Cuando le comenté a Clarissa, ella respondió que se esforzaría en preparar algo delicioso para la ocasión. Sin embargo, después de esa conversación, el tema no volvió a surgir.

¿Debería recordarle? Sería extraño simplemente bajar y decir: "Hola madre, hoy es mi cumpleaños... Felicítame".

Quizás lo olvidó por completo, y mencionarlo ahora solo la haría sentir culpable.

Con cautela, me asomo por las escaleras. Clarissa está en la cocina, apurada y torpe como siempre, vestida con su uniforme de trabajo como si fuera un día normal.

¿De verdad no lo recuerda?

"¿Uh? ¡Ademir!" Nota mi presencia. "¿Ya te has despertado?" Pregunta sorprendida, su mirada evitándome... "¡Vaya, incluso te has cambiado, eso es bueno... Así llegaremos más temprano a la guardería". Su tono de voz es el de siempre.

Me rasco la cabeza.

"Ven, desayuna". Me sirve un plato con huevos, pan y una rebanada de tocino.

La observo con extrañeza y un dolorcito emerge en mi pecho, una mezcla de decepción y tristeza.

Mi mente se une a la fiesta, llenándome con pensamientos empáticos: "Tendrá muchos pendientes, tendrá mejores cosas que hacer, tal vez simplemente lo olvidó".

De todas no puedo evitar sentirme un poco abatido.

El desayuno transcurre con normalidad. Clarissa está frente a mí, escuchando las risas del programa de radio.

Ella me observa, tratando de descifrar mi estado de ánimo.

"Ademir, ¿qué tienes? Estás muy raro, ¿tienes sueño? Te has levantado muy temprano", menciona confundida. Otro dolorcito me atraviesa el pecho.

"Ah... Sí, tengo un poco de sueño", respondo, tratando de ocultar mi desilusión.

Después del desayuno, con una cara de perrito llorón, agarro algunas frutas y pan, llenando la canasta que he preparado para Dorian. Cierto, Dorian... ¿Qué debería hacer con él? Ahora que Clarissa olvidó mi cumpleaños, ¿debería desinvitarlo?

No lo sé. Si mantengo la invitación, Clarissa se dará cuenta de que ha olvidado mi cumpleaños y probablemente se sienta mal.

Pero si desinvito a Dorian, creerá que mi madre no quiere que venga, se desilusionará y también se sentirá mal.

Maldita sea, ambos escenarios son terriblemente incómodos.

"¿Listo?", me interrumpe Clarissa, con una expresión cautelosa mientras me analiza.

"¡Ah!... Sí, listo, vámonos", respondo, tratando de ocultar mi conflicto interno.

Maldición...

Salimos de la casa y emprendemos camino hacia nuestra rutina, ella a su trabajo y yo a la guardería.

La ciudad está extrañamente más animada y Clarissa también lo nota. Las personas están caminando con caras felices, no hay huelgas, no gritos, todo parece... silencioso.

Lo único que parece "normal" son los soldados del ejército, su presencia aún palpable en las calles. Sin embargo, noto algo extraño: una caravana de militares está saliendo de la ciudad, mientras que unos pocos se quedan atrás.

"¿Qué estará pasando?" suelta Clarissa, con curiosidad, observando alrededor.

El sol emerge en el horizonte, sus rayos dorados bañando la ciudad en una luz cálida.

Uno de estos rayos se refleja en un hombre gordo que está leyendo un periódico.

Lo que veo en el encabezado me deja sorprendido:

"ESCUADRÓN DIAMANTE: Los héroes que nos darán la victoria".

Acompañando el titular hay una fotografía de tres jóvenes y una mujer de cabello esmeralda, todos posando con una especie de armadura, sus rostros serios y determinados.

"¿Q-qué es eso?" pregunto, mi dedo apuntando temblorosamente al periódico que sostiene el gordo.

Los ojos de Clarissa se abren con asombro al seguir la dirección de mi dedo. "E-eso es..." balbucea, antes de tomarme del brazo y arrastrarme como trapo viejo a un puesto de periódicos.

Ella toma uno y comienza a leer, sus ojos escaneando rápidamente las palabras impresas.

Puedo ver cómo su expresión cambia, la confusión nublando sus facciones.

"¿Qué pasa?" le pregunto sin saber qué le sucede.

No contesta y veo los periódicos exhibidos.

Logro leer las letras pequeñas:

"Declaraciones del líder Viktor Russo: Después de que un fragmento de la luna Ethas cayera en territorio Celestia, conteniendo Aheterium en su interior, es de mi agrado informarles que ha nacido el escuadrón Diamante, tres súpersoldados que están listos para la batalla, comandados por Claire Viviend, ex líder de Noravia y ahora una supersoldado. Las armas de Celestia que nos darán la victoria contra Zyrionia".

Mi expresión se torna sorprendida, recuerdo que el imbécil de Dariel había mencionado a un supersoldado... No recuerdo su nombre, ¿Quien de ellos será?

De hecho... Ahora que lo pienso, ¿Porque demonios lo han anunciado apenas? Si eso tiene meses.

Aquí hay algo raro.

Mientras pienso, noto que Clarissa sigue absorta en el periódico, su rostro marcado por la preocupación.

"¿Qué pasa?" le cuestiono nuevamente, pero ella no parece escucharme, sigue perdida en sus pensamientos.

"¡¿Qué pasa?!" Decido repetir la pregunta, esta vez un poco más fuerte.

Ella se sobresalta, como si la hubiera sacado de un trance.

"Oh... Esto es muy... extraño." murmura, con inquietud.

"¿Por qué?" insisto, la curiosidad carcomiéndome.

Ella me mira fijamente con un gesto dudoso. "No lo sabes, Ademir... No te lo he dicho".

Me observa durante unos segundos, como si estuviera debatiendo internamente qué decir.

Yo la miro de vuelta totalmente confundido.

"¿Q-qué?" tartamudeo, inseguro de qué esperar.

Clarissa toma una respiración profunda antes de hablar.

"Cuando Dariel estaba asfixiándome... Tú me salvaste. Tu cuerpo estaba cubierto de runas y generabas una presión aplastante e inmensa, tus ojos no parecían ser los tuyos", revela, su voz temblorosa.

"He evitado el tema porque no podía hablar de ello, fue algo difícil de asimilar, pero ahora que he visto esto..." lleva su dedo hacia el periódico. "Siento que debo mencionarlo".

"¿Eh?"

"Ademir, la verdad es que no eres un niño común y corriente, y eso lo sé. No he querido presionarte para que me cuentes qué fue lo que te ocurrió, porque sé que sufriste y lo que menos quiero ahora es hacerte sufrir... Pero hay algo que me inquieta", agrega, su rostro ensombreciéndose.

Clarissa procede a contarme lo que mi padre había visto, cómo una criatura había matado a un súpersoldado llamado Henrick Faena, que mantuvieron en secreto, y no puedo creer lo que estoy escuchando.

También menciona que ese hombre le dijo que la misma presencia que emanaba de la criatura era la misma que yo emití en ese raro momento.

Mi rostro se tuerce confundido, me ha dejado sin palabras.

Ella continúa hablando, su voz nerviosa y confusa: "Lo que no entiendo es cómo pueden crear más súpersoldados, ya quedó claro que esa cosa es más poderosa... ¿Qué está pasando?"

Los pensamientos se atiborraron en mi mente. No entendía cómo era posible lo que me estaba diciendo... ¿Realmente yo tenía algo que ver con esa cosa? ¿Henrick Faena? ¿Un experimento? ¡¿La criatura lo descuartizó?!

Mis puños se cierran, otro recordatorio de que había algo más allá dentro de mí... pero ¿Que era? Una posible conexión... ¿Pero cómo?

La mujer está confundida, tanto por lo de los supersoldados como por mí. No tenía idea de que eso la estaba afectando.

Nunca pensé en compartir mi secreto, el ser una especie de mente adulta en un cuerpo infantil. Pero ahora, me estoy debatiendo en contárselo o no.

A la mierda, la mujer ya me había visto fuera de control, aun así sigue conmigo, esforzándose. Para poder hacer crecer esta relación entre madre e hijo, no debe haber secretos.

"Yo... " Mi voz revienta el silencio entre ambos. "Yo no sé lo que soy... Ahora mismo no sé nada sobre mí. Pero tú misma me enseñaste que debía crear mi propio mundo, y estoy tratando de hacer eso. Quiero vivir una infancia tranquila e ignorar todas esas cosas por ahora. Pero siento que es la hora de confesarte algo. Cuando regresemos a casa, te lo diré."

Clarissa me observa desconcertada, pero parece que es suficiente. "Entiendo, entonces lo esperaré."

Finalmente llegamos a la guardería y Clarissa se despide. Ahora mismo tengo que pensar en cómo contarle la verdad sobre mí. Pero también, eso sobre Henrick Faena me tiene curioso.

No puedo creer que algo ahí afuera sea más poderoso que un supersoldado.

***

El tiempo pasa rápidamente y el olor a miados de la guardería se disipa en el momento que la hora del patio llega y todos los niños salen.

Extrañamente, me doy cuenta de que el anciano saco de mugre aún no ha llegado.

Hmmm, es raro, casi siempre está esperándome, extendido como un sapo en el suelo.

Estoy sentado en el patio de la guardería, esperando a que Dorian aparezca. Mi estómago se retuerce con una mezcla de vergüenza y ansiedad. ¿Cómo se supone que voy a decirle que ya no puede venir a mi casa por mi cumpleaños? Clarissa lo olvidó por completo y ahora me siento como un tonto por haberlo invitado en primer lugar.

En un instante, observo una vieja masa de cueros familiar. Es Dorian, pero me asombro totalmente, el maldito viejo sucio ahora está irreconocible, tiene puesto un traje azul, corbata y zapatos, trae un bastón que parece caro y su barba y cabello están bien peinados.

¿Que demonios le picó?

Él viene corriendo sin aire, pero con una sonrisa en la cara.

"¡Mocoso!" exclama, agitando su mano en el aire. "¡No vas a creer lo que me pasó!"

Fuerzo una sonrisa, tratando de ocultar mi incomodidad y también mi sorpresa por verlo así. "¿A-anciano..? ¿que demonios pasó? ¡Haha! ¿porque estás vestido así?"

Se sienta a mi lado, prácticamente vibrando de una mezcla de emoción y nervios. "Ehhh... ah, ¿esto? Es porque... ¡conocí a una mujer!", dice, sus ojos brillando. "Sí, sí, eso... Una mujer hermosa e inteligente. ¡Y me invitó a cenar!"

Parpadeo sorprendido. "¿En serio? ¿Cómo la conociste?"

Dorian parece ponerse nervioso. "Ehhh, bueno... la invité a un café y hablamos durante horas, sí, eso... Eso...", explica, su voz alegre. "Conectamos de inmediato. Y adivina qué... ¡Quedamos en salir hoy!"

Siento como si alguien me hubiera dado un puñetazo en el estómago. Hoy... El día de mi cumpleaños. El día que se suponía que Dorian vendría a celebrar conmigo y con Clarissa. Pero él no menciona nada sobre eso. ¿Acaso también lo olvidó?

El viejo sigue hablando, describiendo a su nueva amiga con gran e innecesario detalle. Pero yo apenas lo escucho, perdido en mis propios pensamientos sombríos.

Parece que no le importo lo suficiente como para recordar mi cumpleaños.

De repente, Dorian se detiene a mitad de la frase. "Oye mocoso... ¿Estás bien? Te ves muy triste".

Trago el nudo en mi garganta, forzando las palabras a salir. "No es nada, anciano. Es solo que... A veces siento que no le tomo importancia a la gente, a pesar de todo lo que hemos pasado juntos. Y eso me pone triste".

Dorian me mira por un largo momento, su expresión se suaviza. "Ademir", dice gentilmente, "solo porque alguien no demuestre constantemente lo mucho que le importas, no significa que no le importes en absoluto. A veces, la gente se distrae con sus propias vidas y problemas. Pero eso no disminuye tu valor".

Asiento, tratando de creer en sus palabras. Pero la decepción sigue en mí.

Dorian se levanta, tomando la canasta que había preparado para él. "Gracias por la comida, chico, pero tengo que irme. Necesito prepararme para mi cita". Me da una palmada en el hombro. "Pero recuerda lo que te dije, pequeña rata. Eres importante, incluso si los demás a veces lo olvidan".

Y con eso, se fue apurado, dejándome solo en el patio de la guardería con mis pensamientos. Miro hacia el cielo, parpadeando para contener las lágrimas.

Tal vez... No debería tomármelo tan personal. Pensándolo bien, este día no es malo. Dorian finalmente tiene la posibilidad de encontrar a alguien, rehacer su vida y salir de las calles, incluso se bañó y se compró un traje.

Clarissa, por su parte, aunque aún tiene uno que otro demonio, una que otra preocupación... Pienso que después de revelarle mi verdad, de revelarle quién soy, finalmente alcanzaremos un nuevo nivel en nuestra relación.

Me recuesto en el suelo, el cielo hoy está precioso, despejado y con ambas lunas luciendo y contrastando la una con la otra. Las pocas nubes que hay lo adornan más.

Tal vez no haya celebración, pero pienso que esa felicidad en las personas que quiero es un buen regalo de cumpleaños. La felicidad de las personas que me importan y a las que les importo.

Hehe...

Los minutos pasan, luego las horas. Me quedo ahí, en el suelo, observando el cielo y desconectado del mundo, pensando y reflexionando sobre mi vida, sobre el camino que he tenido hasta ahora.

Cierro los ojos, sumiéndome aún más en mi mente. Sobre cómo desperté siendo un niño, el terror que me causó, cómo aguanté golpizas, cómo me desahogué con el bastardo de Dariel.

Cómo finalmente construí un pequeño refugio en medio de este mundo en caos, y cómo finalmente alcancé la paz que nunca tuve al despertar.

Dorian y Clarissa, dos pilares fundamentales de este nuevo yo, de este nuevo Ademir que ya no sufre maltratos ni descuidos.

El saco de suciedad me aconsejó, me escuchó y me ayudó. No solo eso, me protegió de los peligros de esta ciudad cuando estaba perdido. Un ángel de la guarda.

Por otro lado, Clarissa, una mujer que sufrió mucho y que me hizo sufrir a mí, pero que ahora me ha tratado como un verdadero hijo, incluso después de verme con mi condición oscura, ella está ahí, esforzándose.

No le he dicho que la perdono directamente, pero en este momento, mi corazón está más allá. Más allá de un perdón, más allá de la sangre.

Aunque debería decírselo.

Siento cómo mis lágrimas caen de mis ojos y los mocos salen de mi nariz.

Todo el camino, todos mis conflictos familiares... Todo lo malo está a nada de estar resuelto.

Maldita sea... Malditos bastardos, maldito Dorian bastardo, maldita Clarissa bastarda.

Mis lágrimas fluyen como un río de mis ojos.

Yo de verdad los quiero... Los quiero mucho... Los quiero demasiado.

Mi llanto se escucha fuertemente.

No puedo evitar llorar por todo. No puedo evitar llorar como idiota después de creer que no les importo solo porque olvidaron mi cumpleaños.

¿Qué demonios me pasa? Haha.

Mientras los minutos pasan, empiezo a recordar también los malos momentos.

La discusión de mis padres, Dariel y su intención de asfixiar a Clarissa, las pesadillas, los golpes.

Y una incomodidad me invade.

¿Por qué me llegan esos pensamientos ahora? Maldita sea.

Poco a poco, siento como empiezo a temblar.

Una sensación de ahogamiento también nace, al igual que un miedo. Un miedo que no había sentido en meses.

¿Eh? ¿Q-qué demonios...? ¿Es por esos recuerdos?

Tal vez, pero nunca había sentido esto.

Desde el interior de la guardería, Vanessa, la misma Vanessa que había tratado mal y amenazado, sale y me grita, sin querer acercarse a mí, observándome con recelo.

Aún está furiosa conmigo.

"¡ADEMIR! ¿QUÉ HACES AFUERA? EL RECREO TERMINÓ HACE HORAS".

Mientras me grita, siento cómo una perturbación me invade dentro de mi cabeza, un cascabeleo resonando cada vez más intenso.

"¡ADEMIR!"

Mi cuerpo está tenso, el ambiente está pesado. Quiero abrir los ojos, pero no puedo. ¿Estoy paralizado? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Por qué me siento así? Maldita sea.

Ni por el demonio me sentía así solo por los recuerdos...

El aire me falta, el miedo me invade. Un miedo tan letal y colosal, como aquel miedo que sentía de Clarissa o como el miedo que sentí cuando desperté en este cuerpo.

Un miedo traumático y terrible.

El zumbido cada vez más fuerte y la chillona de Vanessa no deja de gritar.

¿Qué me pasa? ¿Qué me pasa? ¡¿QUÉ ME PASA?!

"¡ADEMIR!"

Abro los ojos fuertemente y el cielo me recibe, despejado y apenas con nubes, pero hay algo más. Algo más que está diferente.

Un objeto volando, un objeto que está encima de la ciudad, viniendo de la dirección del océano, adentrándose cada vez más.

¿Qué carajos es eso? ¿Qué mierda planea?

Siento cómo Vanessa llega temblando y me levanta del suelo, empieza a regañarme.

"¡ADEMIR! ¿QUÉ NO ESCUCHAS? ¿POR QUÉ NO ME HACES CASO, NIÑO? ERES MUY BUENO PARA DECIR GROSERÍAS PERO NO HACES CASO..."

La mando a la mierda, su voz no se escucha. Mi vista sigue clavada en ese objeto, mi respiración acelerada al igual que los latidos de mi corazón.

La perturbación en mi mente es tan letal que siento mi cerebro romperse. Un dolor horrible me invade y se transmite hasta mi costado.

Mi sangre me arde, mis huesos también.

Pero mi vista no puede despegarse de ese objeto, el cual, al verlo más cerca, me doy cuenta de que es un avión.

Un avión que está dejando caer un objeto en la ciudad de Monreal.

No, por favor...

Las personas lo notan. "¿Qué es eso?" Preguntan, curiosos, sin saber lo que pasará. El objeto cae lentamente y el avión sigue su curso. Ahora la perturbación es tal que el desmayo me invade.

Mi costado me duele como el culo, mi visión se torna en cámara lenta. Mi brazo se levanta mientras Vanessa me regaña. Apunto al objeto que cae y al avión.

"M-mira eso... ¡CALLATE DE UNA PUTA VEZ Y MIRA ESO!" le grito, todo en cámara lenta.

Ella lo observa y su cara se torna horrorizada, más horrorizada que cuando la amenacé, más horrorizada que nada.

Las personas de afuera de la guardería también ponen la misma cara. Un grito ensordecedor de Vanessa se escucha fuertemente que siento cómo pasa por mis oídos.

Es una bomba, es una puta bomba... Y ahora está aquí, cayendo en la ciudad, cayendo en mi hogar... Cayendo para mandar todo a la mierda y destruir todo lo que me tomó meses construir.

La guerra... La misma guerra que escuchaba por radio, la guerra que creí imposible que llegara, finalmente me alcanzó, esa maldita guerra que tanto dejé en segundo plano para enfocarme en mí.

"¡HAHAHAHA!"

Una risa desquiciada sale de mi boca, mientras mi vista sigue clavada en la bomba que poco a poco cae del cielo.

¡HAHA! No puedo creer que fui tan estúpido. No puedo creer que de verdad pensé que después de toda la mierda que he vivido, la vida pueda recompensarme con paz y felicidad.

Maldita sea, maldita sea... Pareciera que de verdad, la jodida vida se estuviera riendo de mí.

¿Cómo se atreve a jugar conmigo?

Traerme a la vida, en un mundo en guerra por pura mierda, ponerme en un niño, hacerme sufrir con golpes, patadas, con una familia atormentada, y con un jodido poder desconocido.

Luego de todo, hacerme creer que encontré mi mundo, encontrando a personas que de verdad me importan.

¿Cómo se atreve a jugar con eso?

¿Cómo se atreven a venir y quitarme mi poca felicidad?

Es cruel... Es demasiado cruel.

Siento cómo las lágrimas salen más y más, mientras me carcajeo.

No quiero morir, no quiero morir y dejar todo, no quiero irme sin primero perdonar a Clarissa, sin contarle lo que soy.

Maldita sea... malditos altos mandos, maldito Dariel, maldita Celestia, maldita Zyrionia... ¿Cómo pueden destruirse sin importarle la gente? ¿Cómo pueden arrebatar vidas así porque si?

Si yo fuera alguien influyente como ellos, no dejaría que eso pasara.

Comienzo a rezar al universo en estos últimos segundos, si de verdad tengo algo que ver con esa criatura que mató a ese bastardo de "Faena", si de verdad soy tan poderoso con mi extraño "poder" por favor, dame una vía de escape, dejame huir y salir de aquí con Dorian y Clarissa, por favor.

Pero no pasa nada, como siempre, no pasa ni una mierda... maldita sea, maldita sea, ¡MALDITA SEA!

Desde mi interior, empieza a brotar un sentimiento de odio puro.

Un odio más letal que el que tuve con Dariel. Un odio oscuro y profundo. Mi piel comienza a quemarse, siento las runas calientes saliendo una vez más de mi costado y esparciéndose por todo mi cuerpo.

Me escupen en este mundo de mierda, me hacen creer que soy especial... Que soy poderoso, pero ahora, estoy a punto de morir y no puedo huir, no puedo tomar a las personas que me importan.

No puedo protegerlas.

¡¡AAAARRRGHHH!!

Maldigo a la vida, maldigo a la guerra, a los altos mandos por sus tontas decisiones. Maldigo al Aheterium, maldigo a todo. Pero sobre todo.

Maldigo a la puta cosa que me metió en Ademir Graymond, y que seguramente ahora se está riendo de mi ingenuidad.

Ahora, mientras la oscuridad y las runas cubren mi cuerpo, me entrego a mi muerte, a la bomba que está a centímetros de caer en el suelo.

Mi último pensamiento es que ojalá Clarissa y Dorian si no se salvan, entonces mueran de inmediato, que no sufran dolor y que finalmente descansen en paz... Y de ser posible, que me los encuentre en el infierno.

Los demás, los altos mandos, la guerra, los súpersoldados, la vida misma... Por mí se pueden ir a la mierda.

"¡CARAJO!"

Finalmente, suelto un grito tan desgarrador de frustración, mientras la bomba cae e ilumina todo.

Segundos bastaron para que la explosión que mató a toda la ciudad me alcanzara, quemando todo mi cuerpo.

Boom

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A.M.E. Arisen_gg
no soy mucho de leer pero esta entrenido jaja
ჹსizმႦჹႵႹ
es muy buena esta novela
G
wow! esta super , eres un excelente escritor /Proud/
Leo Flowers: gracias
total 1 replies
Leo Flowers
Buena historia de Drama/fantasía
danielgamer012 gameplays
casi creí que estabas describiendo mi infancia Men, la historia esta bien 👍
danielgamer012 gameplays
ala miércoles, este men casi relata mi infancia a la perfección, solo sobra lo de la guerra 😯
Randy Aguilar
Muy buena, Es tan buena transmitiendo los sentimientos del protagonista que de verdad quise abandonar y leer algo más ameno. De verdad me hizo llorar. Solo espero que tenga un final feliz.
Cheng Lin2194
¡Necesito saber qué sucede después! ¡No me dejes esperando mucho tiempo! 😱😜
<|^BeLly^|>
Dame más ya
Leo Flowers: Ya hay más capitulos:)
total 1 replies
I,ts Zero
Tu habilidad para describir los ambientes y las sensaciones es increíble, ¡sigue así! 🌟
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