Naomi es una excelente esposa y madre abnegada, pero tiene un secreto que nadie sabe. Un día comete un error y por accidente besa a un hombre que no es su marido. Esto le dará un cambio al rumbo de su vida. ¿Qué será de Naomi? Los invito a descubrirlo.
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Capítulo Quince
Habían pasado un poco más de un mes y medio, desde que Naomi fue a vivir con Rodrigo y su familia. Desde el incidente del pasillo, no volvió a dárseles una oportunidad así. En la casa nunca estaban solos ni desocupados como para estar flirteando. Pero Rodrigo estaba decidido a buscar la forma de estar a solas con Naomi.
Era un viernes por la noche, estaban cenando.
_ Naomi mañana deberíamos ir a limpiar su casa. Sí va a venderla, debe estar presentable.
_ Yo estaba pensando eso, desde hace unos días. Pablo llegará pronto y aunque Anselmo tiene ahora la custodia, yo podré tenerlo algunos días conmigo. Necesitaré un lugar donde vivir. Necesito vender la casa pronto.
_ Por eso, comencemos por dejarla presentable. Y luego veremos eso.
_ ¿Puedo ir con con ustedes? Voy a - pidió la niña y Rodrigo la interrumpió
_ No - dijo rotundo.
_ ¿Por qué, no? ¿Naomi? - La mujer iba a decir que sí.
_ Dije que no. Mañana por la mañana iremos a hacer otras cosas antes de ir para allá - suavizó su tono - a la tarde podrás ir si quieres.
_ ¿Lo dices, en serio? - el hombre asintió. La niña se quedó conforme.
Al día siguiente, partieron muy temprano para la casa de Naomi. Ya estando allí, él comenzó a limpiar los pisos, mientras ella enceraba los muebles y el barandal de las escaleras.
_ ¿Quiere descansar un momento? - preguntó, al ver que se tocaba el cuello y los hombros. Ella realmente, se esforzaba. En su condición y siendo una mujer tan refinada, no estaba acostumbrada. Solía ayudar a su empleada, pero con tareas simples como lavar los platos, sacudir o doblar ropa. Esto era nuevo para ella y lo hacía sin quejarse.
_ Debe pensar que soy una inútil. No llevamos mucho tiempo aquí - el hombre rio.
_ Para nada, al contrario. Para alguien que no está acostumbrada, lo hizo muy bien, se merece un descanso.
_ ¿Por qué no quiso traer a Bella? Ella hubiera sido de más ayuda que yo - dijo mientras intentaba alcanzar la parte de arriba de un aparador, en puntas de pie. En eso, casi echa un florero al piso. Rodrigo se paró detrás de ella y la sujetó a ella y al florero.
_ Cuidado, puede romper algo y cortarse - su aliento rozó su oreja, tal vez fue por todo el tiempo de abstinencia sexual que llevaba. Pero eso le pareció tremendamente excitante. Se estremeció. Él colocó el florero sobre el mueble, la volteó y la besó. La sensación de su lengua húmeda y ansiosa en su boca fue espectacular. Se besaron una y otra vez, cada vez que se separaban para tomar aire, ninguno de los dos abría los ojos. De pronto, sintió su gran mano bajar hasta su trasero, se lo apretó. Una oleada de sensaciones se despertaron en su cuerpo. Quería hacerlo con él, todo su cuerpo se lo gritaba.
_ Naomi - le susurró entre besos, esperaba con urgencia que se lo pidiera - Voy a detenerme.
_ ¿Qué? - la mujer se quedó atónita, de pronto se sintió terriblemente avergonzada. Dejó de abrazarlo y se apartó.
_ Discúlpame - la abrazó por la cintura - me muero de ganas por hacerte el amor. Pero quiero que estés segura de que es lo que quieres. No soportaría que luego te arrepintieras y me rechazaras - recostó su cabeza en su hombro. Ella lo volvió abrazar.
_ Tienes razón - acarició su cabeza - gracias por ser tan sensato. Yo estaba a punto de sacarme la ropa - se sinceró. Ambos rieron. Se volvieron a dar un beso.
_ Por eso no quisiste traer a Bella ¿Verdad? - soltó una risita pícara. Él la tomó de la mano y la condujo hasta el sofá.
_ He querido estar a solas contigo desde hace, no sé cuánto y esa niña latosa quería arruinarme el plan.
Ambos rieron, él se sentó primero casi de costado y la hizo sentarse entre sus piernas, la atrajo hacia su pecho.
_ Tú, me haces sentir muy diferente a como me sentía con Anselmo. Creo que nunca me había sentido así.
_ ¿A qué te refieres? - acariciaba su brazo y sus manos - ¿Qué cosa, no habías sentido antes?
_ No sé ¿Amada, tal vez? Durante mi matrimonio e incluso después que me pidiera el divorcio. Yo sentía que lo amaba, vivía para él y mi hijo. Pero nunca lo sentí de su parte. Tal vez no me daba cuenta o no quería darme cuenta, pero creo que Anselmo nunca me amó. No fue hasta que supe de su matrimonio y que nos había cortado la mensualidad, que reaccioné. No es posible que alguien, que por lo menos te haya amado alguna vez, sean tan cruel. Hasta con su propio hijo.
Rodrigo guardó silencio, él sabía por boca del mismo infeliz, que nunca la amó.
_ En cambio, tú, me demuestras a diario que me amas. Incluso ahora, no quisiste hacerme el amor, porque piensas en mis sentimientos.
_ Podemos hacerlo, si quieres. Puedo dejar de pensar en ti, sí eso te gusta - bromeó.
_ Claro que no. Ya perdiste tu oportunidad. Ahora, yo seré la juiciosa - rieron y se besaron - Creo que me estoy enamorando de ti, Julio.
_ Pues que bien, porque yo, ya te amo - la besó una vez más. Suave y sin prisa.
no valora la mujer que tiene a su lado