Un Cuento De Maravillas [OMEGAVERSE]

Los cambios durante el embarazo de un Omega, en general afectaban casi exclusivamente al Omega en cuestión, sus emociones se amplificaban, buscando apoyo y protección en su Alfa, quien leía las emociones del otro para atender las necesidades de su compañero.

Keun Suni, aun considerando lo peculiar que era, no era la excepción a las afectaciones normales de un embarazo, por supuesto, su lazo con el Alfa al que estaba unido era débil, muchas veces fácil de ignorar, y suponía que considerando lo sutil del vínculo, sus emociones no le llegarán siempre, como era su caso, o podían percibirse como propias.

El joven Omega, tenía ya experiencia manejando sus emociones, quizá en su condición actual era mucho más difícil, aun así lograba manejarlas.

Su padre por otra parte, se encontraba demasiado atento a cada señal de incomodidad o cambio en su comportamiento, cuidando con sumo detalle cada una de sus comidas.

Aunque el castaño se sentía casi normal, después de dos semanas de reflexión decidió enfocarse nuevamente en su trabajo, el cual disfrutaba.

Y su trabajo era otra situación problemática.

Al Omega, le preocupaba los posibles resultados si su identidad como Omega era descubierta en la empresa, y considerando también que había mentido sobre ello en cierta forma al omitirlo, y su actual condición no era favorable para mejorar ninguno de las posibles situaciones que pudieran ocurrir.

Tarde o temprano tendría que enfrentar a la compañía con la verdad.

También estaba la situación relacionada con el registro nacional de Omegas que promovía el gobierno, sin embargo esto era un decir, básicamente las familias eran obligadas a incluir a los Omegas en la lista, bajo la excusa de monitorear los chequeos de salud y tener un censo.

Siendo nada más que otra forma de control.

Dada su situación familiar, y su falta de características como Omega, el joven nunca se registró, ni se vio en necesidad de hacerlo.

Claro, ahora era imposible esconder lo que sería evidente.

Por lo menos la presencia de Jian lo calmaba, decidiendo ser más indulgente con el amable Alfa, sin cambiar realmente su naturaleza desinteresada y estoica con personas ajenas a su familia.

Pero extrañamente, parecía que el otro era notablemente empático y cuidadoso con él.

Suni supuso que solo era la naturaleza amigable del abogado.

A veces parecía que ambos tenían emociones similares, experimentando a veces situaciones y emociones tan iguales que era extraño.

Su creciente cercanía, no evitaba que el Alfa se deprimiera un poco con la usual frialdad de Suni, pero admiraba sus habilidades como consejero y terapeuta.

Pero Jian se preguntaba las razones de Suni para tomarse un descanso, también llevaba un tiempo sintiéndose extrañamente exasperado y apático sin razón, asumiendo que se debía al tiempo que pasaba con el Beta, quien parecía mostrar cambios sutiles en su persona.

El Alfa veía como la piel de Suni parecía más suave, su cuerpo también parecía cambiar, pero el abogado no era capaz de identificar lo que era diferente,

Y su aroma.

La esencia del Beta parecía poder percibirse ligeramente, y solo en ocasiones, impidiéndole nada más que detectarla.

Sin embargo había una esencia, una que antes no había, y algo extraño, familiar en ella, algo que no podía entender y mucho menos analizar ante la falta de intensidad en ella, algo normal en un Beta.

Y la esencia lo hacía sentirse anhelante y culpable sin razón.

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La vida de Suni cambiaría sin posibilidad de evitarlo, él lo sabía, con incertidumbre e innegable alegría, de una espera que llena de ilusión, despertaba el instinto y su naturaleza maternal.

Algo que siempre tuvo pero nunca pensó sería capaz de sentir.

En sus planes nunca estuvo buscar una pareja, menos imaginar unirse a alguien, el solo deseo poder vivir a su manera.

Lo que también deseaba para la pequeña persona en su vientre.

El amor nunca había formado parte de lo que alguna vez imagino para su vida.

Con tener a su padre a su lado le era suficiente felicidad, él era absolutamente dichoso, por lo cual que su dicha pareciera desbordarse ahora, lo asustaba y maravillaba.

Encontrar al Alfa al que estaba unido no era una de sus prioridades, si la casualidad lograba cruzar sus caminos nuevamente, y el hombre estuviese interesado en su hijo, él no le negaría acercarse.

Aunque no le gustará, era su padre.

Pero no estaba seguro que sentiría él.

¿Lo aceptaría?

¿Sentiría rencor?

Simplemente la respuesta a sus dudas era algo que no tendría a su alcance por más que reflexionara sobre ello.

Su vida nunca parecía seguir la guía de la lógica de cualquier manera.

Pero no creía que ninguna vida lo hiciera, tan limitada y fugaz como era.

La existencia misma parecía un río que solo fluía sin un camino.