Amor en Éxtasis

Isaac. – Pues con la madre o la hermana y creo es más fácil acercarnos a la hermana, debemos espiarla, estudiar su rutina acecharla poco a poco hasta tenerlos a ambos donde queremos.

Erick. – ¡Pues hay que darle un buen susto! Pero un susto no quiero que te vayas a ir largo

La maldad y la venganza solo son de quienes no tienen nada más en su vida, son la carencia de amor y bondad, el resultado de una vida miserable, es lo único que pueden dar por que no conocen nada más, y es todo lo que tienen, porque aprendieron que no debían llorar, a no ser débiles. A no tener ningún sentimiento bueno, tan solo es el reflejo de lo que en el fondo necesitan, amor y bondad, pero no todos pueden tener esa suerte, no todos tienen la madurez de crecer y ver que ese camino no es el correcto.

Rogelio. – Esta es una reunión sumamente importante Martha, espero que sepas comportarte a la altura como si realmente fueras una dama, ya que habrá medios de comunicación, estará presente el gobernador con su señora esposa y gente realmente muy importante que nos ayudara en la campaña, así que por el bien de todos aléjate del alcohol, no quiero una escenita de tu parte.

Martha. – Si tanto te preocupa para que carajos quieres que vaya, si el que va a hacer el ridículo eres tú, es un secreto a voces que andas con la golfa que tienes como jefa de campaña, yo si acaso que daré como la pobre estúpida que no tiene idea de que te enredas con esa.

Rogelio. – ¡Basta Martha, deja tu sarcasmo para otra ocasión y compórtate a la altura que no estoy jugando! no querrás saber lo que pasaría si algo sale mal en esta noche y tú tienes que ver con ello.

Lucia. – Hola buenas noches que bueno que ya están aquí pasen, pasen ¿y los muchachos.?

Rogelio. – Roger tuvo que ir a Aguascalientes y Cristina no debe tardar anda con Braulio, Lucia un favor cuida a tu primita que no se acerque al alcohol, con permiso voy a saludar a mi padre.

Lucia. – Yo me encargo despreocúpate ven Martha acompáñame.

Martha. – ¡Necesito tan solo un trago para calmarme, y no salgas con tu cantaleta de siempre! estoy harta que todos me digan que debo hacer y qué no.

Lucia. – Martha no te voy a dar ni una gota y no por que vayas hacer una tontería sería lo mejor que podría pasarle a Rogelio, pero al única que se está dañando eres tú, y tus hijos deberían ser suficiente motivo para que aceptes que estas, enferma y necesitas ayuda con el alcohol.

Martha. – ¡Para ti es muy fácil decirlo, y no sé por qué no me entiendes! ¡tú sabes bien el infierno que he tenido que vivir a lado de él! mis hijos ya no me necesitan, Roger es un buen muchacho, ¡Cristina no me quiere no le hago falta, es tan igual a él!

Lucia. – Se en que infierno has tenido que vivir, fui yo quien te dijo que no te casaras con él, que te fueras con Alejandro, ¡si lo recuerdas verdad! Pero aun estas a tiempo, aun tienes derecho a una segunda oportunidad. Y yo te tengo una sorpresa.

Martha. – ¿Una sorpresa? ¡Tú crees que a estas alturas de la vida algo pueda sorprenderme va…!

Lucia. – Ya lo creo que sí, yo sigo sorprendía aún sigo preguntándome, como es que algo pueda mantenerse tan vivo como la primera vez aun a pesar del tiempo transcurrido. Cuando justo lo que ya no hay es tiempo...

Martha. – ¿De qué me estás hablando, no te entiendo nada…?

Lucia. – Ven acompáñame vamos, camina rápido.

Martha. – ¿A dónde vamos? Si Rogelio se da cuenta que no estamos en el salón…

Lucia. – No se va a dar cuenta ahora es el centro de atención, se siente el rey del mundo así que entra ahí y espérame a hora regreso…

Martha. – ¡No te vayas a tardar…! ¡Disculpe no sabía que había alguien adentro yo…!

. – ¡No te disculpes, te estoy esperando de echo tengo poco más de 20 años esperándote…!

Martha. – ¡Dios mío! ¿Alejandro Rodriguez?

Alejandro. – ¡Así es! ¿no vas dame un abrazo…?

Martha. – ¡No puede ser, no puedo creerlo, tengo que irme, suéltame por favor déjame ir!

Alejandro. – ¡Ya te dejé ir una vez y es algo que me ha pesado toda la vida!

Martha. – No me digas eso por favor que tengo toda la vida arrepintiéndome de no haberme ido contigo… ¡suéltame por favor… ni siquiera me mires… te lo suplico por lo que más quieras…!

Alejandro. – ¿Porque? ¡Si nunca te he dejado de amar, no habido un solo día que no te haya pensado…!

Martha. – ¡Por Dios Alejandro, han pasado más de 20 años ya no soy aquella mujer, hoy soy vieja y acabada veme soy gorda… y tengo problemas con el alcohol…!

Alejandro. – ¡Hoy sigues igual de hermosa que hace 20 años, tus ojos son tan bellos como aquel día en que nuestras miradas se encontraron por primera vez…!

Martha. – ¡No tienes que mentir Alejandro, lo que menos quiero es tu lastima…!

Alejandro. – ¡Eso jamás Martha, si siempre has sido el amor de mi vida…!

Martha. – Pero ¿cómo es eso posible? ¡yo solo te lastime, mírate que guapo y atractivo estas y yo…!

Alejandro. – ¡Porque te amo Martha, siempre te he amado, te amo tanto que mi hija se llama María Martha, como tu…!

Martha. – ¿Entonces estas casado?

Alejandro. – ¡Quise mucho a Nayeli me dio a mi María Martha, pero ella murió hace unos años por problemas con un riñón…!

Martha. – ¡Lo siento mucho! pero…

Dicen por ahí que tiempo al tiempo, pero como es que el tiempo tarda tanto en poner cada cosa en su lugar, como es que un beso puede esperar tanto tiempo, ¿cómo sabe el cuándo es tiempo para que dos corazones se reencuentren? ¡cuando siempre debieron estar juntos, porque dejarlos ahora darle rienda suelta a esa pasión, a ese amor si lo que ya no hay es tiempo!

Lucia. – ¿Todo bien?

Martha. – Me siento una mujer nueva, me hizo sentir una mujer de nuevo, una mujer amada… ¡me siento viva… hace tanto que no me sentía así…!

Lucia. – ¡Y se te nota Martha! ¿Y ahora que van hacer?

Martha. – ¡Siento tanto coraje conmigo misa, que estúpida fui como fue que lo dejé ir! ¡él era el hombre con el que siempre debí estar! con él, fue tan dulce, tan tierno cuando beso cada parte de mi cuerpo, jamás me sentí amada como hoy, no sintió asco al hacerme el amor y yo me sentí bella y joven hacia tanto tiempo que no sentía un orgasmo, me voy a ir con él, espero no me juzgues, solo me preocupan mis hijos.

Lucia. – Por supuesto que no, te apoyo vete con él, tu mereces ser feliz, ya nada tienes que hacer con Rogelio, y en cuanto a tus hijos ya no son unos niños, es hora de que pienses en ti yo hablare con tus hijos en el momento indicado.

Martha. – ¿De verdad harías eso por mí?

Lucia. – ¡Claro que sí, eres mi prima casi mi hermana tienen que irse cuanto antes…!

Martha. – ¡Nos iremos pasado maña…!

El amor mueve muchas cosas y hace sentir otras tantas que en ocasiones pueden ser parte de nuestra imaginación o de nuestra necesidad de sentirnos amados, o solo tal vez parte de la fantasía que suele generar una historia de amor en alguna sala de algún cine cualquiera, de aquella historia que nos transporta a lo más bello y puro que puede generar el amor.