El Mafioso Enamorado

Valentina estába viendo la televisión con Nicolle, veían una película de comedia y ambas reían como si se conocieran, desde afuera de la puerta un hombre alto de 1.80, cuerpo de atleta, cabello oscuro oía las risas y sonrió, se detuvo unos segundos antes de tocar, suspiro y su preocupación empezaba a disminuir al oir la risa contagiosa de su hija, y la mujer, el se imaginaba a una mujer mayor, o algo parecido, después de pensarlo, tocó la puerta suavemente y una voz suave y joven respondió desde adentro.

—Debe ser tu padre, deja abro —le decía a Nicolle y ella solo asentía mientras se colocaba la manta hasta arriba, Valentina se fue abrir y sus ojos cafes se cruzaron con unos azules intensos y una mirada penetrante, el la miro de arriba a abajo y sonrió.

—¿Tina Rosentel? —pregunto el con una voz ronca y sensual, Valentina asintió

—A si es, y tú eres —pregunto ella curiosa.

—Amaro Duran —respondio el, mirando hacia dentro —padre de Nicolle —agregaba viendola a los ojos, los ojos cafés de Valentina lo habían hipnotizado.

—Pasa, está en la sala —le dijo y ella se hizo a un lado para que pasara, el paso y miro la pequeña casa y sonrió, en eso Nicolle al verlo corrió hacia su padre y este la cargo en sus brazos para abrazarla con ternura.

—Lo siento papi —le decía ella

—Tranquila mi niña, lo importante es que estás bien y a salvó —le dijo colocándola de nuevo en el suelo —gracias por devolver a mi hija con bien —le dijo a Valentina, ella solo asintio, en eso se sostuvo de la silla, por qué sintió una punzada —hey, estás bien —ella asentía mientras se sentaba

—Si, ahorita se me pasa —decia ella, respirando y poco a poco el dolor se le estaba pasando —y no agradezcas, a la otra ten más cuidado con ella —le decía —por fortuna la vi yo, y no alguien más —agregaba y el asentía.

—Lo se, por eso estoy agradecido, y no te preocupes estaré más pendiente, de echo la niñera no debería quitarle la vista para nada, ese es su único trabajo —decia el algo molesto, valentina solo asentía, ya que no lo conocía y no debía opinar nada —bueno debemos irnos —le decía a Nicolle

—Si papi —respondia la niña colocándose una sudadera —Tina te volveré a ver, cocinas muy rico —valentina sonreía.

—Claro Nicky, si tú papá te da permiso cuando gustes puedes venir y te cocino —respondia con una sonrisa y Nicolle la abrazaba, Amaro veía extrañado la escena ya que Nicolle no se dejaba abrazar por nadie que no fuera el o los padres de él, ni por la niñera se dejaba abrazar, en especial fue extraño que la llamara Nicky, ya que siempre decía la niña que su nombre era Nicolle

—Cuidate mucho Tina, y gracias —Valentina dejaba un beso en el cabello de la niña

—Fue un placer Tina —decia Amaro dejando un beso en la mejilla —y gracias por cuidarla y devolverla con bien —Valentina solo sonreía, y miro a Nicolle

—No agradezcas, y tú Niky no te alejes de tu papá en ningún lado princesa —Nicolle asentía y abrazaba una vez más a Valentina, después se iban y Valentina volvía adentro y lavaba lo que uso para la cena, y recogía la sala, después se colocó su pijama y se fue a descansar, ya que aún sentía el dolor.

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Una semana había pasado desde que llegó a Vencía y ya había sacado cita con una ginecóloga, Sebastián y Adriana la había llamado casi a diario.

Aún acostada en su cama, ya que le daba mucho sueño, escucho que tocaban su puerta, se le hizo extraño vio la hora y eran las 9 de la mañana, se levantó sin ánimos, y se puso pantuflas, salió de la habitación y fue abrir, se llevó una sorpresa al ver a Nicolle parada en la entrada de su casa, y con ella llevaba una canasta.

—Hola Nicolle —le decía con una sonrisa —estas sola aquí —le pregunto al verla sola

—No, mi papá está en el auto, queríamos saber si podemos almorzar aquí —le decía y Valentina miraba hacia afuera, y asentía, en eso bajo del auto Amaro con su traje elegante negro, su mirada sin expresión alguna, saludo de beso en la mejilla a Valentina.

—Buen día Tina, espero no haberte despertado —le decía.

—Buenos días, y no, solo estaba acostada

—Te sientes mal, te vez pálida

—Algo cansada Amaro, pasen —les decía —denme 10 minutos y vuelvo —asentia y se iba a duchar rápido y colocarse un conjuntos de short y saco con un top blanco, salió de la habitación y Amaro junto a Nicolle preparaban en desayuno —huele delicioso —les decía con una sonrisa.

—Esperemos te guste —decia el, con una media sonrisa, se sentaron juntos en la mesa a almorzar —y tienes mucho aquí —le preguntaba

—Vivi de niña aquí, pero me fui con mis padres a otro lado, y hace una semana regrese —le respondía

—Eres muy bonita —decia Nicolle —verdad papi —agregaba Nicolle, provocando que Valentina se sonrojara y Amaro sonriera.

—Si cariño, es muy guapa —respondia mirando a los ojos a Valentina

—Gracias —decia sonrojada y apenada, terminaron de almorzar y Amaro invito a Valentina a pasear con el y Nicolle, aunque ella lo dudo al inicio, termino aceptando por Nicolle, fueron a conocer algunos museos y lugares turísticos que Valentina no recordaba de Venecia.