NovelToon NovelToon
EL DRAGÓN OLVIDADO QUE VUELVE A NACER

EL DRAGÓN OLVIDADO QUE VUELVE A NACER

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Viaje En El Tiempo / ABO / Traiciones y engaños / Reencarnación / Fantasía LGBT
Popularitas:2.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabitha

El fallecimiento de su padre desencadena que la verdad detrás de su rechazo salga a la luz y con el poder del dragón dentro de él termina con una era, pero siendo traicionado obtiene una nueva oportunidad.
— Los omegas no pueden entrar— dijo el guardia que custodia la puerta.
—No soy cualquier omega, mi nombre es Drayce Nytherion, príncipe de este reino— fueron esas últimas palabras cuando ellos se arrodillaron ante el.

NovelToon tiene autorización de Gabitha para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

MALDICIÓN

La noticia del embarazo de Christian fue una sorpresa que estremeció los muros del palacio.

Entre los nobles se tejieron mil teorías; algunos veían en ello una bendición, otros lo consideraban una ofensa a las leyes divinas.

Habían pasado años desde el nacimiento de Drayce y de Drarius, y muchos pensaron que la concubina Freya jamás volvería a concebir, debido a su condición de beta. Un nuevo destino se había levantado, uno que no seguía las reglas humanas ni las de la corte.

Desde el renacimiento de Drayce, muchas cosas habían cambiado, como si el hilo del destino hubiese sido reescrito por una mano invisible.

Entre esos cambios estaba la maldición de Vladimir, impuesta tiempo atrás por la misma Freya.

Una maldición que había condenado al emperador a una lenta agonía disfrazada de enfermedad…

y que Drayce, con ayuda de Vhagar, había logrado romper.

Él había visto morir a su padre.

Había visto cómo los doctores lo llamaban “una enfermedad desconocida”, cuando en realidad era magia corrupta alimentándose de su vida.

Recordaba aquella noche de su primera vida, cuando un viejo sanador del templo de los dioses se arrodilló ante él y le confesó entre lágrimas que su padre había sido maldecido.

No por los dioses, sino por una mujer.

Y que esa mujer tenía la marca de la luna negra en el hombro: el sello de una bruja.

Pero en esta vida, con el poder de Vhagar corriendo por sus venas, no permitiría que la historia se repitiera.

Por eso había permitido que la sirvienta con el veneno lo viera beberlo.

Era parte del plan.

Mientras los demás creían que estaba descansando tras un desvanecimiento, él había canalizado el poder de su dragón interior para infiltrar un hechizo de purificación en el cuerpo del emperador.

Fue un acto peligroso —la magia casi lo consume—, pero el vínculo con Vhagar sostuvo su vida.

Cuando el emperador despertó libre del dolor, el mundo creyó que el milagro se debía a Christian.

Y Drayce no lo negó.

Era necesario que el joven omega se convirtiera en la cara visible de aquel milagro…

pues solo así podría protegerlo de los que lo odiaban.

Sin embargo, ese mismo milagro se había vuelto un arma de doble filo.

Los miembros del consejo comenzaron a murmurar, sospechando de un “engaño divino”.

¿Un omega portando el hijo del emperador? ¿Y además bendecido por los dioses?

No podía ser.

Los nobles se reunieron en consejo extraordinario.

El tema: sospecha de adulterio.

El acusado: Christian.

Y el emperador, por primera vez en mucho tiempo, guardó silencio, escuchando los venenos disfrazados de argumentos.

—Majestad —habló Jeremiah, inclinándose con falsa humildad—, ¿cómo es posible que ese omega quedara embarazado, si incluso la concubina Freya, siendo su favorita, no ha logrado concebir después del príncipe Drarius?

El murmullo llenó la sala.

El emperador entrecerró los ojos, sintiendo la furia hervirle en las venas.

—Consejero Jeremiah —dijo con voz firme—, cuide sus palabras. Mi concubino no es culpable de lo que insinúa.

Antes de que pudiera continuar, una voz joven y potente resonó en el salón:

—¡No lo soporto más!

Drayce irrumpió con una fuerza que heló el aire. Su presencia se impuso como un trueno en medio del consejo.

Su mirada era un filo de fuego y su aura, tan intensa, hizo retroceder a más de uno.

—Consejero Jeremiah —dijo con tono helado—, mida bien sus palabras. Frente a usted no se encuentra un simple omega… sino la madre de un príncipe.

Los murmullos se transformaron en exclamaciones. Algunos nobles palidecieron, otros se apresuraron a levantar objeciones.

—¡Príncipe Drayce, usted no puede estar aquí! —replicó Jeremiah, furioso—. Este es un consejo de los altos mandos del imperio, y su intromisión será castigada.

—Sí puedo —respondió Drayce, sin pestañear—, porque el omega al que ustedes difaman es mi madre, le guste a quien le guste.

El silencio cayó como una espada.

Los guardias, confundidos, miraron al emperador esperando órdenes. La ley dictaba que nadie podía entrar a ese salón sin permiso imperial, y la pena era la ejecución inmediata.

—Padre… —Drayce se arrodilló ante él, su voz tembló apenas—. Tengo pruebas. Permítame quedarme.

El emperador, que lo observaba con mezcla de orgullo y temor, levantó el cetro dorado.

El símbolo del poder absoluto.

—Habla, hijo mío —dijo finalmente.

Drayce se incorporó, su tono se volvió más sereno pero cargado de intención.

—Como muchos saben, existe un ducado que ha servido fielmente al trono durante generaciones: el Ducado Olivos. Esa familia perdió un hijo hace muchos años… un niño cuya desaparición nunca fue aclarada. Pido que el duque Fermín Valent dé un paso al frente.

El duque, hombre de rostro curtido y mirada severa, avanzó lentamente.

—Es cierto, majestad. Mi esposa y mi hijo viajaban hacia la residencia del consejero Jeremiah cuando el carruaje se volcó. Mi esposa casi pierde la vida, y el cuerpo de mi hijo nunca fue hallado. Solo sabemos que fue salvado por una mujer cuyo nombre desconozco.

Drayce lo miró con respeto.

—¿Podría describir a su hijo, duque Fermín?

—Era un bebé frágil, un omega. Su cabello era rojizo como el fuego, sus ojos azules como los zafiros… y tenía una marca en forma de flor de ciruelo en su hombro derecho. Una marca que heredó de mí.

El silencio fue absoluto.

Algunos nobles comenzaron a sudar frío.

Drayce no necesitó decir más.

—Padre —continuó—, confirmo y soy testigo de que el concubino Christian posee esas mismas características. Pero para que no haya duda… solicito una prueba ante el templo.

El emperador asintió, y en cuestión de horas los sacerdotes del templo divino confirmaron la verdad:

Christian era el hijo perdido del duque Fermín Valent.

El resultado cayó sobre los nobles como un rayo.

El emperador, al conocerlo, se puso de pie con una mezcla de emoción y rabia.

—Hoy —dijo con voz que resonó por toda la sala—, han insultado el nombre de mi concubino, y no solo eso: han mancillado la sangre del duque de Olivos.

¿Tienen alguna duda del embarazo del concubino Christian Valent?

Nadie respondió.

El aire estaba cargado de miedo.

Las leyes dictaban que todo aquel que acusara falsamente a un miembro del linaje imperial debía ofrecer disculpas públicas. Y que un omega de sangre noble, portando al hijo del emperador, tenía el derecho de aspirar al título de emperatriz.

Freya apretó los puños, conteniendo la furia.

Sabía que con ese decreto quedaba marcada.

Por ley, ya no podía aspirar al título de emperatriz.

Por destino, quedaba condenada a ser solo una concubina más.

Sabía que el destino había cambiado.

Pero también sabía que la maldición no había desaparecido del todo.

Freya aún respiraba…

Y en sus ojos, el odio era más peligroso que cualquier hechizo.

1
Priscy Agudelo
me encanta tu novela, cada capítulo me llena de intriga y no puedo parar de leer. 👏👏👏felicitaciones.
Gaby Rodriguez: Gracias por tus palabras y me alegra que te esté gustando 🤭☺️
total 1 replies
Limaesfra🍾🥂🌟
🐲🐉
Gaby Rodriguez: Me alegra que te esté gustando🥰
total 1 replies
Adeilis
Más capítulo por favor
Adeilis
La historia es muy interesante, me gusta mucho
Gaby Rodriguez: Me alegra que te guste y gracias por darle una oportunidad 🤗😘
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play