Mikhail Ruttherford, el hijo menor varón de una familia con poder y dinero, acostumbrado a actuar según sus creencias, sin prestar atención a lo que otros digan de su forma de llevar las cosas, solo su perspectiva era importante, hasta llegar al punto de mantener una relación amorosa con Anastasia Petrova, la mujer de la cual estaba profundamente enamorado a pesar de las controversias y problemas que ese amor le procuraba, siendo el hecho de que la mujer ya se encontraba casada con otro hombre, por lo que su relación era un secreto que no podía salir a luz pública, mientras él debía verla ocasionalmente desfilando por la alfombra roja tomada de la mano del hombre quien era su esposo, teniendo que compartirla para poder mantenerse a su lado, aferrado a ella sin importar las condiciones.
Para distraer su mente y mantenerse alejado de la tentación de buscarla cometiendo la imprudencia de interrumpirle el evento al cual ella asistiría en compañía de su esposo. Prefirió crearse algo de trabajo extra y viajar hacia una zona remota con el pretexto de ir a ver nuevos terrenos para un negocio. Algo que no estaba dentro de sus planes era que durante ese viaje tendría un accidente que lo haría desaparecer de ese mundo durante algunos meses.
¿Qué sucederá cuando aparezca luego de su accidente?
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Capitulo 14. Trampa
Freya sentía su corazón palpitar sin control, su respiración también era fuerte y no podía apartar su mirada de Lukas, el hombre se veía más radiante, alto y cegador de lo que jamás le había parecido, desde que le había dicho aquellas palabras y acaricio su mejilla, no pudo evitar sentir un palpitar fuerte en su pecho, ¿Qué estaba haciendo?, ¿no le bastaba con la vergüenza que había tenido ese día?, ¿ahora pretendía mal interpretar la amabilidad de Lukas?, ¿Qué tan estúpida e ilusa podía llegar a ser?, tal vez él se moleste en algún punto si se percatara de la forma tan ridícula en la que lo estaba viendo, no podía repetir el mismo error de siempre.
Así que sin poder enfrentar en aquel momento la mirada de Lukas, prefirió comportarse como una cobarde y simplemente correr lo más rápido que pudo hasta llegar a la cabaña, ignorando todo lo que la rodeaba y encerrándose en su habitación hasta que todos aquellos pensamientos se borraran de su mente.
Luego de unas cuantas horas de revolcarse en su miseria, escuchó que tocaban la puerta, sabía que se trataría de Gunther o quizás de su padre, quienes ya estarían enterados de lo que había sucedido en el pueblo.
- Freya, solo abre la puerta – le dice Gunther cansado de llamar a la puerta – solo quiero saber que estas bien, así que abre – le dice en tono tranquilo
Freya saco su cara de la almohada y se levantó de la cama, tomo la perilla, respiro profundo y abrió la puerta.
- Al fin – le dice Gunther sonriéndole aliviada.
- Imagino que ya sabes lo que sucedió – le dice con un tono de voz decaído
- Sí, todos en el pueblo hablan de ello – le dice Gunther riendo – todos están impresionados de como Lukas les dio su merecido sin siquiera ser tocado ni una sola vez – le dice emocionado – hubiera querido haber estado allí para poder verlo – le dice riendo
- Es bueno que al menos uno de nosotros se sienta emocionado por ello – le dice encogiéndose de hombros
- ¿Qué te sucede?, ¿Por qué estas decaída? – le dice tratando de verla a la cara - ¿es por todo lo que dijo ese tipo de ti? – le dice tratando de entenderla
- No, no es por eso – le dice Freya mirando hacia abajo
- ¿Entonces?, aunque creo que entiendo un poco como te debes estar sintiendo, ese tipo te gustaba, ¿no es así? – le dice Gunther
- Sí, pero en realidad todo lo que dijo, aunque me dolió escucharlo, yo nunca tuve esperanzas de que él tomara en cuenta mis sentimientos, así que supongo que muy en el fondo esperaba que algo como eso sucediera – le dice en tono triste
- ¿Entonces, porque pareces estar en medio de un velorio? – le pregunta
- Es por Lukas, siento tanta vergüenza de que él escuchara todo aquello – le dice encogiéndose de hombros – aunque todo lo que dijeron era cierto, no quería que Lukas escuchara todo lo que ellos decían a mis espaldas. Me sentí apenada por hacerlo sentir que debía hacer algo para callar lo que Charls y su amigo hablaban de mí, debí haber parecido tan patética, que incluso hice que me consolara después de que él arriesgara su integridad por mi culpa – le dice sintiéndose cada vez peor
- Mmmm, entiendo, entonces no es que estés molesta con Lukas, solo te sientes apenada con él por todo lo que tuvo que hacer por ti, ¿es así? – le dice Gunther en tono pensativo
- Pues, si algo así – le dice Freya cabizbaja – además también le grite y salí corriendo sin haberle agradecido por lo que hizo, ahora no sé cómo solucionar el problema que yo misma cree – le dice en tono triste.
- Mmmm, ya veo – le dice Gunther pensando – bueno, entonces creo que mi trabajo aquí ya está hecho – le dice sonriendo, luego mira hacia el lado derecho del pasillo – ¿Ya vez Lukas?, te dije que ella no estaba molesta contigo, solo se siente apenada – le dice al hombre que se encontraba en silencio a un lado de la entrada.
- ¿Qué?, ¿Lukas? – dice Freya apenada, deseando que el piso bajo sus pies se abriera y la devorará.
- Si, él estaba preocupado de que pudieras odiarlo – le dice Gunther en tono despreocupado, mientras Mikhail se asomaba a la entrada de la habitación, no pronunciaba palabra alguna, tan solo observaba fijamente a Freya – lo conseguí en la entrada desquitándose con el viejo tronco – dice riendo – bueno, yo ya me debo ir, papá estará molesto si me tardo por más tiempo, me pidió que buscara las trampas de repuesto y ya me he dilatado demasiado – les dice en tono despreocupado – entonces, los dejo para que puedan conversar chicos, los veo en la hora de la cena – les dice antes de marcharse.
Al parecer Gunther no solo era bueno para poner trampas para animales, sino que también sabia como atrapar a su propia hermana, lo peor era que después de haberla capturado se marcha así sin más, dejándola a solas enfrentando una situación para la que aún no se sentía preparada, lo peor era que estaba acorralada y ya no había nada más por hacer.
- Lu, Lu, Lukas, yo ¡eh!, ¡oh! – estaba demasiado nerviosa con el hombre frente a ella, ¿Qué podía decirle después de su conducta anterior?
- ¿Puedo entrar? – le pregunta en tono tranquilo viéndola fijamente
- Oh, Cl, cla, Claro – le dice haciéndose a un lado para dejar que el hombre entrara en la habitación - ¿quieres que te traiga algo?, ¿un vaso de agua quizás? – se sentía nerviosa, sus manos sudaban
- ¿Dónde me puedo sentar? – le dice viendo todo el lugar
- Pues no tengo mueblería, así que puedes sentarte en la cama – le dice señalándole la cama – entonces iré a buscarte algo – le dice apresurada
- No lo necesito – le dice en tono serio – ¿Puedes sentarte aquí a mi lado?, hay cosas que debemos aclarar – le dice viéndola fijamente, casi como si pudiera socavar en lo más profundo de sus pensamientos con tan solo observarla.