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El Imperio De La Mafia

El Imperio De La Mafia

Status: Terminada
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Amor en la guerra / Familias enemistadas / Completas
Popularitas:19.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Giise Flor

Pia es vendida por sus padres al clan enemigo para salvar sus vidas. Podrá ser felíz en su nuevo hogar?

NovelToon tiene autorización de Giise Flor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 14

El silencio en la mansión De Santi era espeso, como si las paredes mismas contuvieran la respiración. Desde la discusión del día anterior, Leonardo no había vuelto a salir de su despacho. Francesco había intentado hablar con él, pero fue en vano. El jefe del clan estaba dolido, más de lo que le gustaría admitir. La imagen de Pia gritando, dispuesta a morir con tal de proteger a Vittorio, se repetía en su cabeza una y otra vez, como una herida que no dejaba de sangrar.

Leonardo se sentía traicionado. Por Vittorio, su propio hombre. Por Pia, que ni siquiera lo miraba con respeto. Pero lo que más lo confundía era esa sensación en el pecho, ese maldito dolor que no era rabia ni orgullo herido. Era tristeza. Era amor.

Se obligó a levantarse del sillón de cuero negro, pasó una mano por su pelo rubio revuelto y miró su reflejo en el cristal. Tenía los ojos celestes inyectados en sangre, como si no hubiera dormido en días. Sabía que tenía que tomar una decisión. Una definitiva.

—¡Francesco! —gritó, con voz ronca.

El primo apareció enseguida, cruzando el umbral como una sombra silenciosa.

—¿Qué pasa?

—Traé a Vittorio. Pero esta vez... a solas. —Leonardo clavó la mirada en él, con seriedad—. Sin Pia.

Francesco dudó por un momento. Había estado presente durante el caos del día anterior. Había visto el temblor en las manos de Leonardo cuando Pia se interpuso entre él y el arma. No entendía del todo lo que estaba sintiendo su primo, pero sabía que no era odio.

—¿Estás seguro?

—Sí. Pero no lo voy a matar... todavía.

---

Vittorio entró al despacho escoltado por Francesco, aunque no hizo falta forzarlo. Caminó con la cabeza en alto, el rostro sereno, aunque por dentro sentía el corazón golpearle las costillas.

—Sentate —ordenó Leonardo, sin levantar la voz.

Vittorio obedeció. Estaba frente al jefe del clan De Santi, el mismo que había aplastado a familias enteras sin pestañear. Pero no mostró miedo.

—Sé lo que hiciste con Pia. —Leonardo habló con un tono helado, como si las palabras le costaran—. Lo que intentaste hacer.

—Ella también quiso. No la obligué a nada —respondió el joven con firmeza.

Un silencio denso llenó la habitación. Leonardo se puso de pie y rodeó el escritorio con pasos lentos. Se detuvo frente a Vittorio y se inclinó hacia él, con una sonrisa amarga.

—Sos joven, Vittorio. Demasiado joven para entender ciertas cosas. Pero te lo voy a explicar igual... —dijo, acercándose aún más—. Yo podría matarte ahora mismo. Nadie me lo impediría. Ni siquiera Pia.

—Sí lo haría —replicó Vittorio con firmeza.

Leonardo lo miró con una mezcla de desprecio y pena.

—Tal vez. Pero no quiero sangre esta vez. No la tuya, por lo menos.

Dio media vuelta y caminó hacia la ventana. Se apoyó en el marco con los brazos cruzados, mirando el jardín donde todo había empezado. Después de un largo silencio, habló:

—Te vas a mantener lejos de ella. No quiero verte cerca. No quiero que le hables, no quiero que la mires. Porque si lo hacés... —se giró lentamente y lo miró a los ojos—... mato a tu familia.

Vittorio palideció. Abrió la boca para responder, pero no salió ninguna palabra. El golpe no era físico, pero se sintió como una puñalada.

—Tengo todos los datos. Tu madre, tu hermana menor... viven en Nápoles, ¿no? —Leonardo sonrió, sin alegría—. No me tomes por estúpido. Esto no es un juego de adolescentes. Es mafia.

—No los toques. —La voz de Vittorio fue un susurro quebrado.

—Entonces mantenete lejos. —Leonardo se acercó de nuevo y le puso una mano en el hombro—. Sos bueno, Vittorio. Siempre lo fuiste. No me obligues a arruinarte la vida.

Vittorio asintió con la cabeza. Se levantó sin decir más y se marchó del despacho, sintiéndose como si le hubieran arrancado una parte del alma.

---

Pia se paseaba de un lado al otro de su habitación, nerviosa. Habían pasado horas desde que Vittorio desapareció de su vista. Intentó asomarse por la ventana, hablar con los guardias, incluso buscó a Elena, pero nadie sabía (o quería decirle) nada.

Cuando la puerta finalmente se abrió, no fue Vittorio quien entró, sino Leonardo. Ella dio un paso atrás instintivamente, la rabia en su pecho encendiéndose como una antorcha.

—¿Qué hiciste? —le gritó sin rodeos—. ¿Lo mataste?

Leonardo negó con la cabeza, lento.

—No. Pero ya no va a volver a acercarse a vos.

—¡Hijo de puta! —Pia le pegó en el pecho con fuerza, una y otra vez, hasta que él le sostuvo las muñecas.

—¡Basta! —gritó él—. ¡Vos no entendés nada! ¡No sabés lo que es proteger!

Ella se zafó, temblando.

—¿Proteger? ¿A quién? ¿A vos mismo? ¡Sos un enfermo, Leonardo! ¡No sos dueño de mí!

Leonardo la miró en silencio, con los ojos celestes llenos de algo más que ira. Dolor. Confusión. Amor.

—Te amo, Pia. —Las palabras salieron como un suspiro, inesperadas incluso para él.

Ella se congeló.

—¿Qué dijiste?

—Te amo. —La repitió, mirándola a los ojos—. Pero no sé cómo amarte sin destruirlo todo.

Pia lo miró con incredulidad. Por un segundo, la rabia cedió a la confusión. A la duda. A algo más.

—Yo no te amo a vos —le dijo con frialdad, aunque algo en su interior comenzaba a tambalearse—. Y aunque alguna vez lo hiciera, no podría perdonarte por lo que le hiciste a Vittorio.

Leonardo asintió, con la mandíbula apretada. Dio un paso atrás.

—Entonces odiame. Pero quedate viva.

Y se fue, cerrando la puerta tras él sin volver la vista atrás.

---

Vittorio pasó la noche solo en su cuarto, con la mirada clavada en el techo. El dolor no era físico, pero calaba profundo. Pensó en Pia, en su piel, en sus labios, en lo cerca que habían estado. Pensó en su familia, en la amenaza de Leonardo, en el miedo que le apretaba el estómago. Sabía que no podía acercarse a ella nunca más. No si quería mantener a salvo a los suyos.

Pero también sabía que no se arrepentía de haberla amado, aunque fuera solo por un instante.

---

Leonardo se sentó frente a su whisky, con la botella a medio vaciar. Francesco entró en silencio y se sentó frente a él.

—¿Lo lograste?

—Sí —respondió Leonardo, con voz ronca—. Lo tengo lejos. Y ella me odia.

—¿Eso querías?

Leonardo lo miró con los ojos húmedos.

—No. Pero es lo único que me queda.

Y por primera vez en muchos años, el jefe del clan De Santi dejó que una lágrima se deslizara por su mejilla.

1
marbella torres
por favor que protagonista tan gafa escritora por favor cuando escribas no pongas ésas protagonista tan gafa
Elinol Duerto
buena novela
La Comandante
Ella es muy hermosa, por razón, puso al viva a patinar, porque es más viejo que ella ese viejito, mándamelo para mí
La Comandante
Éstas son las cosas que hacen que fracasen las novelas las historias los libros por Dios yo estoy que le entró a esa muchachita, tiene la edad de una de mis nietas y deveras que se merece las trompas que le dan y mira que yo me voy con el abuso contra las mujerespero bro allá nada más se le ocurre provocar un varón y más sabiendo el tipo de actitud que tiene como que que quiere que le dé las gracia, pues dale las gracias porque te van a volver a buscar y ya como que no entienden la jerga por Dios escritor se te corrió el lápiz otra vez
Florcita: si no le gusta no lea. re simple besitos
total 1 replies
La Comandante
Pero niña por Dios, tú vienes de mafiosos, tu papá es un vulgar mafioso y no solamente nada, lo muerdes que esperan que te aplauda y que te sopla las velas, no hombre por Dios se te corrió el lápiz
La Comandante
Se está quejando de qué prometió protegerla que fue a buscar el cuarto para que fuera a comer porque no comiste sabe Hello no pongan a las mujeres como si fueran anormales como si tuvieran que tener 300 años para saber que 2 + 24 que hay que ir a la universidad para saber qué es 1 + 24, por Diossomos el sexo fuertes desde la era de Adán, porque fue Eva quien logró convencerlo de quisiera lo que ella quisiera entonces, porque ahora la mujer la que coge los golpes y los hombres no pongan una mujer tú por Dios
La Comandante
No han dicho qué edad tienen, pero escritores, tengan cuidado cuando se recorren el lápiz y revisen los borradores como que una muchacha que el padre la vende la meten, en caso de un mafioso que todo el mundo sabe lo que significa eso y ella está en Pando ahí como le da la ganay pretende que la vecina y que la esconda al hombro no hombre por Dios se te ocurrió el lápiz
Florcita
no le busquen la quinta pata al gato 🙄
Yolanda Villamar
los italianos no hablan así vos venís
Florcita: gracias por tu comentario
total 1 replies
Yolanda Edith Cruz Arredondo
Excelente novela, felicidades escritora, pero
Perooo... Según yo entiendo ahí con continuación de la novela, será 🤔?

Como se muchas felicides
Saludos desde mexico
Tania Yanez
muy bonita 😍
Florcita
hermoso 🥰🥰
Hilda Chacon
Excelente
Hilda Chacon
Bueno
Adriana Cabrera Toyos
Muy linda historia, el final me dejó un sabor a poco. No sé cómo que falta algo.
💞Agustina Intriago 💕🌙
hermosa historia 😍
💞Agustina Intriago 💕🌙
Excelente
Florcita
Holis 🤗 acepto todos los comentarios. Puede gustarles mis novelas o no,pero por favor hagan sus comentarios con respeto! si no es de su agrado entonces pueden pasar a otras novelas... y a los que deciden quedarse, MUCHAS GRACIAS 😘 🙂
Nancy Parraga
Ella a crecido y fortalecido y ella que ese hombre que ha cambiado tanto la ama y no hay desconfianza
💞Agustina Intriago 💕🌙
La Valeria fue a buscar gloria y salió gloriosa por qué no obtuvo lo que ella quería, espero no se convierta en una arma para ellos
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