Arumi Larasati, de 24 años, una mujer hermosa nacida en una familia sencilla, se ve obligada a casarse con Dion Erlangga, de 26 años, un joven empresario muy exitoso.
Se casan por un acuerdo de sus abuelos; ni Arumi ni Dion pueden rechazarlo.
La actitud fría e indiferente de Dion no representa un problema para Arumi; ella sigue atendiendo a su esposo con todo su corazón, aunque él la ignore con indiferencia.
Hasta que un día Arumi descubre la verdad: esa frialdad de Dion solo es hacia ella, no hacia sus amigos.
Ahora Arumi comprende que su esposo aún no puede aceptar su matrimonio. En lugar de seguir soportando más dolor, Arumi decide rendirse en su matrimonio.
¿Y podrá Dion aceptar eso…?
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Capítulo 14
"Tía, ¿de verdad vamos a la oficina de mamá?", preguntó una niña de siete años a Ambar.
Ambar miró a la niña bonita con una sonrisa gentil.
"Sí, cariño. ¿Quieren parar a comprar un refrigerio primero o ir directo a la oficina de mamá?", preguntó Ambar al par de gemelos.
"¡Asiiiikkk...!", gritaron los dos niños muy adorables.
"¿Axel quiere un refrigerio?", preguntó la niña bonita, mirando a su hermano gemelo que estaba leyendo un libro.
"Dime hermano, Xa", dijo Fillo con su voz fría, mirando a su hermana gemela.
Alexa solo puso los ojos en blanco y miró por la ventana. "¿Hermano qué? Nacimos con solo tres minutos de diferencia", dijo la niña, haciendo que Ambar se riera al ver la discusión de los dos niños.
"Aun así, yo nací antes que tú", refunfuñó Axel, sin aceptarlo.
"Está bien, tía, vamos directo a la oficina de mamá", amenazó el niño bonito con un rostro serio, Ambar solo sacudió la cabeza al ver el comportamiento de Axel, ¿será que así es la personalidad del padre de los gemelos, que pasó a Axel, que es frío y no quiere ser contrariado, mientras que Alexa es una niña alegre y feliz, como la madre.
"Está bien, hermano, vamos a tomar un refrigerio primero, ¿sí? No vaya a ser que no haya refrigerio en la oficina de mamá, ¿y qué comemos?", Alexa finalmente cedió a su hermano gemelo, porque si no comía nada, era mejor ceder, pensó Alexa.
"Eso es", se enorgulleció Axel, finalmente su hermana gemela también lo llamó hermano.
Mientras tanto, Alexa ya estaba refunfuñando por dentro, porque estaba irritada con su hermano gemelo.
"No puedes maldecir por dentro", reprendió Axel.
"No lo estoy haciendo, mira, estoy sonriendo", dijo Alexa mostrando su dulce sonrisa.
"Buena niña inteligente", respondió Axel, dando palmaditas en la parte superior de la cabeza de Alexa.
"Ih... No necesitas estar tocando mi cabeza", dijo Alexa irritada, apartándose de su hermano.
Jajaja...
Ambar se rió a carcajadas al ver el comportamiento de los dos niños.
Desde la llegada de los dos niños, la vida de Ambar ha cambiado, antes fría e indiferente, ahora se ríe con frecuencia y feliz con el comportamiento de los gemelos, aunque los dos niños no son de su sangre, pero ella ama mucho a los gemelos como a sus propios hijos.
"Ya basta, ya hemos llegado al supermercado, ¿vieron?, entonces ¿quieren comprar un refrigerio o no?", interrumpió Ambar.
"Sí queremos, tía, claro que sí", Alexa estaba animada para abrir la puerta del coche inmediatamente, aunque el coche aún no se había detenido por completo, afortunadamente Axel sujetó a la niña.
"No seas descuidada, Xa, espera a que el coche se detenga primero antes de abrir la puerta, te vas a caer de cara y tu nariz se va a aplastar", regañó Axel a su hermana gemela.
"Jejeje... Lo siento, hermano", Alexa sonrió sin gracia y volvió a sentarse tranquilamente en su asiento, mientras que Axel solo podía refunfuñar irritado con el comportamiento descuidado de su hermana gemela.
"Hermano, no te enfades, ¿sí?, sino tu belleza puede desaparecer por la mitad", imploró Alexa abrazando el brazo de Axel con cariño.
"No existe eso", dijo Axel irritado.
"Existe, aquí está la prueba, antes eras totalmente guapo, por estar enfadado, mírate en el espejo, el rostro se puso rojo, como alguien aguantando las heces", se rió Alexa.
"Tú...", Axel irritado miró a su hermana gemela.
Alexa, en lugar de tener miedo, comenzó a reír a carcajadas, sujetando el dolor de estómago por reír mucho.
Ambar solo podía sacudir la cabeza y sonreír con el comportamiento travieso de Alexa.
"Sigan felices así, niños, sean niños inteligentes y hagan que su mamá se sienta orgullosa", murmuró Ambar mirando cariñosamente a los dos niños gemelos que estaban discutiendo animadamente.
"Tía, quiero helado, ¿puedo?", pidió la niña bonita.
"Sí puedes, cariño. Solo no comas mucho", respondió Ambar suavemente y acarició la parte superior de la cabeza de Alexa con cariño.
"Axel ¿qué quieres comprar, cariño?", preguntó Ambar, porque Axel estaba solo callado sin interesarse en buscar un refrigerio.
"Deja que Alexa compre sola, tía, a ella le gusta gastar cogiendo cualquier cosa, al final no come y se estropea, mamá ya se cansa de ganar dinero, Alexa solo sabe desperdiciar", se quejó el niño.
"Ihh... No tiene nada que ver, hermano, yo cojo un montón a propósito, una parte es para el hermano", se defendió Alexa, sin aceptarlo.
"Hmm... ¿Estás segura?", provocó Axel.
"Mm...", asintió la niña sin preocuparse.
"Me da igual", dijo Axel yéndose dejando a la niña.
Mientras tanto, una linda mujer de 32 años, pero aún pareciendo una mujer de 25 años, aunque ya tiene un par de hijos gemelos, pero no ha disminuido su belleza, la mujer estaba trabajando seriamente.
Arumi Larasati, una joven madre de dos hijos y también una mujer de carrera exitosa en el país x, cuando Arumi se fue de su país, descubrió que estaba embarazada de dos semanas, afortunadamente no llegó a abortar por estar mucho tiempo sentada en el avión, ahora los niños ya tienen 7 años, lo que hace que Arumi se anime a vivir sus días.
Ya no le importa su estatus de seguir siendo esposa legítima de Dion Erlangga, porque Dion no quiere de ninguna manera firmar los papeles del divorcio hasta ahora.
Para Arumi eso no importa en nada, porque ella no tiene intención de casarse de nuevo, para ella la felicidad de sus dos hijos es lo más importante, y también su carrera.
"Mamá...", llamaron los dos hijos gemelos que corrieron hacia dentro de la sala de Arumi.
La sonrisa de Arumi apareció al ver la llegada de sus dos tesoros.
"Haii... Queridos, ya llegaron", dijo Arumi sonriendo feliz al ver a sus dos pequeños ángeles.
"Ya, trajimos comida para mamá, seguro que mamá aún no ha comido, porque tiene mucho trabajo", dijo la charlatana Alexa.
"Wahhh... Los hijos de mamá son muy comprensivos", dijo Arumi levantándose de su silla, entonces se acercó a sus dos hijos.
"Mamá, la tía dijo, vamos a volver al país de origen de mamá, ¿sí?", preguntó Axel.
"Sí, cariño. Solo por algunos meses, porque mamá tiene trabajo allá", respondió Arumi honestamente, ella no quería volver a su país, tenía miedo de encontrar un pasado que ya había tirado.
"Wahhh... Finalmente podemos ver nuestro país de origen, hermano. Después podemos contárselo a nuestros amigos aquí", dijo Alexa animada.
"Tú, siempre chismorreando", reprendió Axel.
"Ihh... Yo no soy chismosa, ¿sí?, yo solo quiero contar la belleza de nuestro país a nuestros amigos, durante todo este tiempo solo vimos la belleza de la televisión, y ahora vamos a verla con nuestros propios ojos", refunfuñó la niña bonita.
Arumi se rió al ver la discusión de sus dos hijos gemelos.
"¿Es solo la belleza natural lo que ven? ¿No quieren ver nada más?", preguntó Ambar.
"No, solo eso", respondieron los dos hijos gemelos, sabían a dónde iba la pregunta de la tía.
Aun queriendo mucho encontrar a su papá, los gemelos no van a forzar a mamá a atender sus peticiones, saben que mamá debe tener mucha dificultad en hacerlo, en lugar de ver a mamá triste, es mejor renunciar al deseo de encontrar a papá, después de todo... Papá tampoco sabe que ellos existen en este mundo.
"Huuufff... Mamá va a presentarles a su papá", dijo Arumi con el corazón apesadumbrado, aunque ella no quiera encontrar a Dion, pero Dion tiene que saber que tiene hijos de ella.
"No hace falta, mamá, si eso va a poner a mamá triste, es mejor no encontrar a papá de ninguna manera, basta con que solo tengamos a mamá, no necesitamos a papá", interrumpió Axel.
"Es verdad lo que dice el hermano, mamá, no necesitamos a papá, solo necesitamos a mamá", continuó Alexa.
Realmente el corazón de Arumi se sintió destrozado, sus hijos pequeños tenían que ceder por ella.
Continúa....
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