Un viejo enemigo altera la paz y tranquilidad que Bonnie construyó cuando se mudó, ella y su madre están más unidad luego de saber que su hija estuvo apunto de morir. Los amigos de Bonnie, están en constantes discusiones para saber si la buscan o no. Theo y Jia se encuentran con Bonnie e intentan sabotearla. Samantha (Samuel) esta decidida a buscar de nuevo a Bonnie y ganar de su confianza, no quiere volver a perderla.
NovelToon tiene autorización de Corinne Palmer. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Te amo.
No quería saber a donde me está por llevar si continuaba con esta maldita tensión entre Samantha y yo, pero ninguna de las dos quiere sacar la bandera blanca.
Entre más siento sus labios más ganas tengo de besar, de que me debore como quiera.
Cuando ese segundo en que ella me vuelve a apretar contra la mesada, fue ese micro centímetro que la llevo a perder la poca cordura que le quedaba y juntar mi boca contra la suya, en un beso salvaje y apasionado.
Sus manos bajan, acariciando mi cuerpo por completo, haciéndome jadear mis manos se quedan en su cintura apretando la de a poco, cuando más baja más la apretó.
—Bo~bonnie. — gímido mi nombre.
Sin separar nuestros labios, me sujeta de las piernas y me vuelve a subir a la mesada, haciendo mis talones se apoyen en su trasero. No hay forma que podamos separarnos, su manera de atrapar mis labios y como introduce su lengua dentro de mi boca, me hace cosquillas en el cuerpo, en especial en mi zona baja. Ella sube mis brazos a sus hombros para que la sujete, enredando mis dedos en su cabello escuchando como su respiración se agita tanto que parece una melodia.
Ahora entiendo a mi ex vecina, la pasión desenfrenada es tan jodidamente excitante que es muy difícil detenerse. Viajando a cada rincón de mi cuerpo sus manos buscan más tacto que tocar mi piel por encima de la ropa.
La yema de sus dedos, tocan mi piel haciendo que mi piel se erice, y la puerta de la cocina se abre dejando a la vista, a Jay mirando nos sorprendidos.
—¡Oh! Lo siento mucho. — se volvió a marchar.
Ella se alejó de golpe mirando a Jay y luego a mi.
Apoyo mis manos sobre el borde de la mesa, incomoda mirando sus pies, alejándose pero saliendo de la cocina. Atravesando la puerta, dejándome sola. No permitiría que volviera a pasar, me bajo y camino a toda prisa detrás de ella, buscando una respuesta. Si Jay no hubiera aparecido, capas que ahora estaríamos en una escena que ninguna de las dos quisiera olvidar.
Subiendo las escaleras, caminando aun más rápido al punto de correr, detrás de ella, hasta pasarla y detenerme en frente, abriendo mis brazos para evitar que siga caminando.
—¿Puedo saber que mierda te pasa? — alterada, me corro mi cabello hacia atrás.
—¿Qué me pasa con qué? —
—¿Por qué te fuiste? — interrogue.
—Porque quiero… ahora déjame… — interrumpí, abofeteándola.
—¿Solo eso? ¿Así como así, te vas? — retrocedo. —Me traes a tu casa, me instalas en una habitación, luego en la cocina me llevas al punto de no solo besarme y ahora me dices que solo quieres irte… —
Ella no dice, nada y solo se soba la mejilla.
—Debí quedarme con Lan Fen. — paso por su lado.
No pensé que eso la haría enojar. En un reflejo Samantha sujeta mi brazo, poniéndome contra la pared, sujetándome del cuelo con su mano, mis brazo por instinto se pegan a la pared. Al principio me asuste, estoy sola en su gran casa, pero no pienso doblegarme ante su deseo de temerle.
—Ahora atrévete a repetir lo que acaba de decir. — sobre mis labios hablo.
—Debí... quedarme con… —
No me dejo termina y que prefirió besarme, presionándome contra la pared queriendo empujándola, por la falta de aire. Sujetando mi rostro contra el suyo, solo la sigo, no puedo echarme hacia atrás, estuve a punto de golpearla de nuevo. No sé en qué momento fue, que ella me soltó para sujetar mi pierna y levantarme, para abrazarla con mis piernas alrededor de su cadera, paso mis manos por atrás de su cabeza, sujetándome sin detener el beso.
Caminando, lento apretando mis muslos llevándome a su habitación, enredo mis dedos en sus cabellos sujetándolos un poco, escuchándola soltar jadeos que chocan contra mi boca.
Sus manos grandes, se pasan a mi trasero apretándolo por encima del pantalón. Sosteniéndome con una mano, abre la puerta, y la cierra detrás de sí. Camina hacia tras y se sienta sobre la cama, acomodo mis piernas sobre esta y ella se tira hacia atrás, quedando encima. Nos separamos por falta de aire, mis manos empiezan a desabrocharle la camisa y con las yemas de los dedos, acaricio su piel caliente apoyo toda la mano en su pecho, sintiendo su corazón agitado.
Me aparto, desabrochando el botón de mi pantalón y quitarme la remera, sus manos en mi cintura apretándome cuando, mordiendo su labios, escuchando sus jadeos, todo en ella comenzó a gustarme cuando la bese por segunda vez.
Me quedo unos segundos mirándola, pero ella solo puede ver las cicatrices que me quedaron de aquel secuestro que Julia y Jia me dejaron. En un solo movimiento, me tira sobre la cama, acariciando cada una de las cicatrices y de golpe la escucho sollozar. Levanto su cabeza para que me mire, y sonrío haciendo que me bese nuevamente.
—Lo siento… — se lamentó, juntando ambas frentes.
—Shhhh — cierro los ojos. — no hay que pedir perdón. —
—Por mi culpa, te hicieron eso. — dejo un tierno beso en su frente.
—Sam, no arruines el momento. — imploro, abriendo de nuevo los ojos.
Su mano cálida acaricia cada centímetro de mi piel, subiendo a uno de mis senos, y por debajo de mi ropa lo sujeta, volviéndome a besar, jugando con mi lengua.
No quiero estropear este maravilloso momento, pero siento la gran necesidad de volver a tocarme, como en mi baño o en el auto. Samantha desabrocha mi bracear, deshaciéndose de él, tirándolo al suelo dejando al descubierto todo… o lo poco que tengo. No dudo en introducir uno de mis senos a su boca, lamiendo, succionando y mordiendo mi pezón.
Mi brazo por debajo de su cuerpo, mis dedos enredados en sus cabellos, apretando de a poco. Su brazo debajo de mi cabeza, con su manos agarra la mia dejándome sin posibilidades de hacer algo. Con su otra mano, la pasa por mi vientre, hasta llegar al cierre de mi pantalón y bajarlo, y con su dedo índice, formar círculos.
Introduciendo mi mano poco a poco, por dentro y con sus dedos abrirse paso, para tocarme rozar con las yemas de sus dedos, jugar con mi sexo. Doblando mi espalda, por olas de sensaciones que provoca en mi cuerpo, en segundos deje de estar quieta, mi cadera comenzó a moverse de arriba abajo, siguiendo el ritmo de su mano.
Comencé a gemir pidiendo más, implorando que no se detuviera. Sus labios, devoran mis labios con tal pasión como en la cocina, me suelta para quitarme el pantalón quedando en la parte de abajo de mi ropa interior. Deje que mi piernas estuvieran abiertas sintiéndome libre y bonita.
Me saco lo último de ropa interior, para verla a ella, parada enfrente de mi completamente desnuda, su cuerpo marcado me hace sentir aún más exitosa. Cuando se acercó sujetando mis talones, para luego agarra mis piernas se arrodilla, apartando mi ropa interior a un lado y con su dedo pulgar frotarme, lento y a la vez rápido.
—Quiero tus manos en tu cabeza. — su voz sonó gruesa y temible.
Trague en seco y agitada, levanto la cabeza mirando la desde donde estoy y solo puedo ver sus ojos, con una mirada pícara y desafiante. En segundos deje de sentir sus dedos, para sentir su caliente y sirva lengua, pasar de arriba abajo de mi sexo.
Sus actos son como descargas eléctricas en mi cuerpo, su lengua se mueve de manera exótica y suave, cuando introduce dos de sus dedos moviendolos con tal rapidez que comencé a gemir, gritando su nombre.
—Sam, es~pera.... — ella continua, sus movimientos.
— Quiero hacer.... Qui~ero hacer pipí. —
Creo que al decir eso, fue más como un aviso para ella, porque aumentó la velocidad de su mano y su lengua, al punto de que mi cuerpo se muevo como si estuviera convulsionando.
—¿Ya ter~minamos? — pregunte agitada, intento recuperar el aliento.
—Esto recién comienza. — susurro en mi odio, cuando se acostó encima de mi.
Su pierna entre medio de las mías, haciendo fricción en mi sexo y la mi entre las de ellas haciendo lo mismo, sintiendo como cada segundo que se mueve, mi pierna se moja cada vez más rápido. Sus besos, saben tanto a mi que es adictivo, sus actos se siente como si me estuviera en vistiendo, pero es tan raro que me gusta.
En unos cuantos segundos, mis manos se juntan con las de ellas apretando las contra la cama, de su boca salen gemidos que son ahogado en mi boca, mi zona sensible, había acabado como 3 veces siendo mi primera vez con una mujer y creo que será la única.
Ambas acabamos a las vez, terminando rendidas y muy cansada en la cama, empezó a dejar suaves besos en los cuello, para luego acostarse a mi lado, pasar su brazo por debajo de mi cabeza y abrazarme, escondiendo su rostro en la curva de mi cuello.
—Te amo... — la del la cabeza para mirarla. — Bonnie. —