Para los que les gusta leer novelas de mucho erotismo, s*xo liberal.
Todo empieza cuando en un día con lluvia un rayo le quita la vida a la madre de Paola, desde ese día comienza su miedo a la lluvia.
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MAL HUMOR
Daniel ya estaba en su oficina trabajando con Rosa, ella estaba un poco cansada, dejaba lo que estaba haciendo y movía su cabeza de un lado a otro y emitía sonidos de g*m*dos, eso hizo que Daniel le dieran ganas, lo que tenía en su entrepierna estaba despertando, el quería quitarse esa idea e intento concentrarse en su trabajo, pero Rosa no colaboraba y g*mío mirando un documento, se levantó y se acercó a Daniel para que le explicara, ella se inclinó un poco y el vio sus p*chos y comenzó a exc*tarse, la miró a los ojos y ella también se quedó mirándolo, porque no entendía porque la miraba.
Daniel se pasó las manos por su cabello y suspiró, tenía mucha vergüenza con su secretaria, cerró los ojos y y pensó que no podía tener s*xo con cualquier mujer que se atravesara enfrente, por mucho que Paola le haya dado la confianza, él miró a su secretaria y dijo.
DANIEL: Lo siento, es que soy muy activo sex*almente, para la mayoría de los hombres el s*x● es una prioridad, y... estoy lejos de mi mujer.
ROSA: Lo entiendo jefe, cada uno tiene sus necesidades y prioridades, no se preocupe.
DANIEL: Rosa, espero que esto no arruine nuestra relación laboral, yo... lo siento, no quiero que lo tomes como una falta de respeto.
ROSA: No se preocupe, somos adultos y se que los hombres no pueden ocultar eso como nosotras las mujeres.
Daniel se sintió tranquilo por las palabras de su secretaria y comenzó a trabajar, Rosa sabía que lo que había sucedido fue un error de ambos, el por estar con ganas, y ella por mirar hacia donde no debía, por eso fue mejor para los dos y para sus respectivas relaciones de jefe y empleada aclarar las cosas, y lo mejor fue dejarlo simplemente como algo que nunca pasó.
DANIEL: Gracias por entender, por eso es que quiero acabar con todo esto lo más pronto posible, para volver junto a mi mujer y no estar pasando por esto.
La secretaria escuchó las disculpas, Daniel adelantó bastante trabajo con Rosa y después la mando en un taxi para su casa.
El quedó en su oficina pensando en lo sucedido, se propuso controlar sus ganas, no podía volver a pasar esa vergüenza con nadie más.
Mientras el iba en su auto a descansar un poco, Paola ya estaba en la clínica donde estaba haciendo sus practicas, ella se sentia feliz por su logro, Paola ya tenía una semana en la clínica, había un enfermero que la quería pretender, pero ella no se había dado cuenta, el mostraba su interés pero ella no lo notaba, y aunque sus intenciones no eran definitivas, el caballero tenía un interés muy fuerte en ella. Enríquez es un compañero de turno de Paola, quien se ha desempeñado como uno de los enfermeros re más talentosos de la Clínica.
Desde la llegada de Paola a la Clínica el joven de 25 años ha colocado su atención en ella, por lo que, a utilizado a un paciente asignado a ella como una excusa para poder coincidir con ella en más de una oportunidad en los últimos días.
Paola fue hacer su recorrido para ver como estaban los pacientes, si les faltaba medicina, si se encontraban bien, mientras ella caminaba a un paso apresurado para realizar su ronda, llegó a una de las habitaciones y se encontró con Enríque tomando la presión de uno de los pacientes.
Enrique levantando su cabeza para dirigir su mirada hacia la dirección en la que miraba el paciente, el preguntó al paciente.
ENRÍQUE: ¿ha sentido dolor, mareos?
— Sí, periódicamente siento fuerte dolor de cabeza, pero sí me siento mucho mejor, gracias.
ENRIQUE: Poco a poco comenzarás a sentirse bien no se desespere, se pondrá bien muy pronto.
— ¿Cuánto tiempo estaré aquí?
Paola miraba y escuchaba lo que pasaba en la habitación de la Clínica, no podía creer que su compañero estuviera haciendo el trabajo que se suponía que era de ella, Paola pensó que se quería seguir ganando los mérito y quería dejarla quedar mal a ella, pero ella no iba a permitir que nadie ensucie su trabajo.
PAOLA: ¿Qué estás haciendo aquí?
ENRIQUE: Estaba al tanto de que había que hacer con este paciente el día de hoy, he querido ahorrarte algo de trabajo.
PAOLA: Creeme que si necesitara ayuda, la pediría. Te agradezco que salgas de la habitación en este instante.
Esto dejó sin palabras a los presentes en la habitación, y al mismo Enrique, ya que había quedado en ridículo frente a su paciente.
El salió de la habitación sin mirar atrás, se dio cuenta que sus intenciones de tener algún vínculo o relacionarse con Paola cada vez eran más difíciles.
Paola ni siquiera se molestó en observar al joven enfermero, quien abandonó la habitación de forma inmediata.
Uno de los pacientes la hizo analizar las intenciones de Enrique, uno de le dijo que él enfermero sé veía enamorado, que por eso quizás era la ayuda que el le brindaba, ella entendió y analizó todo desde el primer día que ella llegó, y cayó en cuenta que posiblemente era eso, pero no quería su ayuda porque se prestaba para malos entendidos sobre su trabajo, y a él le favorecía.
Paola se iba a ocupar de crear una barrera a su alrededor, lo último que quería era que los caballeros de aquella clínica se hicieran ilusiones con ella, más cuando ella tenía gestos cordiales, no quería que confundiera eso.
Ella aveces estaba de mal humor, pero siempre trataba de mantenerse serena, no podia dejar que su mal humor interfiriera en su trabajo, en lo que ella siempre habia querido, para los vómitos por su embarazo comía chicle, era lo que le controlaba las ganas de vómitar.