Es un libro sobre un romance entre dos jovenes universitarios, Nyx Frost y Jasper Brooks. Nyx es fría y distante, mientras que Jasper es cariñoso y comprensivo. La historia se centra en cómo Jasper se involucra en el oscuro mundo de Nyx, afectando su relación con sus seres queridos y explorando temas de manipulación y relaciones tóxicas.
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Capitulo 13: La Sombra de la Duda
—¿Por qué lo hiciste? —rompí el silencio, mi voz temblando con la mezcla de ira y confusión—. ¿Por qué dejaste el cuerpo de Emily justo enfrente de mi casa?
Nyx no pareció inmutarse ante mi tono. En lugar de molestarse, esbozó una pequeña sonrisa, como si mi pregunta la hubiera divertido.
—¿De verdad crees que fue una mala idea? —replicó con una calma inquietante—. Los policías ahora están desconcertados. Están tan centrados en ti que no pueden ver más allá de lo obvio. Piensan que dejar el cuerpo frente a tu casa sería estúpido, y precisamente por eso, nunca creerán que tú lo hiciste.
Mis manos se apretaron en puños sobre mis rodillas mientras trataba de procesar sus palabras. Su lógica retorcida tenía sentido, pero eso no hacía que me sintiera mejor.
—Pero me pusiste en la mira aún más —espeté, mi voz cargada de frustración—. Estaba tratando de mantener un perfil bajo, y ahora soy el principal sospechoso de todo. Este plan no está funcionando; los policías ahora piensan más que nunca que yo tuve algo que ver con esto.
Nyx se levantó y caminó hacia mí, deteniéndose justo delante. Inclinó la cabeza ligeramente, con su mirada intensa.
—¿De verdad crees que dejar el cuerpo frente a tu casa fue una casualidad? —dijo, su voz baja y llena de convicción—. Fue un movimiento calculado. La policía ahora está atrapada en una paradoja. Piensan que es demasiado obvio, demasiado estúpido, como para que tú fueras el responsable. Al final, los despistará.
Me incliné hacia adelante, mi ira luchando por abrirse paso, pero sabiendo que Nyx tenía razón en algún nivel. Su frialdad y capacidad para manipular la situación era desconcertante, pero también extrañamente fascinante.
—Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? —pregunté, finalmente aceptando su estrategia.
Nyx esbozó una sonrisa antes de sentarse a mi lado, su mano tocando la mía brevemente, como un gesto de complicidad.
—El siguiente paso es simple: mantenernos un paso adelante. La policía está cada vez más cerca, pero si jugamos bien nuestras cartas, no tendrán nada más que una serie de preguntas sin respuestas.
La frialdad en sus ojos me recordó por qué estaba tan atraído hacia ella, a pesar de las circunstancias. Nyx no solo era inteligente, sino también implacable, y en ese momento, supe que seguiría su plan hasta el final, sin importar el costo.
Nos miramos en silencio por unos instantes, la tensión de la noche anterior aún presente en el aire. No necesitábamos más palabras; ambos sabíamos lo que debíamos hacer. La partida estaba en juego, y solo había una regla: ganar a toda costa.
Salí de la cabaña de Nyx con una mezcla de determinación y resignación, sabiendo que cualquier paso en falso podría costarme todo. Pero también con una renovada sensación de propósito. Estaba en juego, y no había vuelta atrás.
El día siguiente había comenzado como cualquier otro, pero la sombra de lo que había sucedido aquella la noche anterior seguía pesando sobre mí. Tratar de concentrarme en las clases era un esfuerzo inútil; mi mente regresaba una y otra vez a los eventos en la cabaña de Nyx. Sentía una mezcla de satisfacción y algo parecido a la culpa, aunque esta última era más débil, casi imperceptible, enterrada bajo capas de racionalización.
Caminaba por uno de los pasillos de la universidad cuando vi a Zack acercándose. Intenté desviar la mirada, pero era demasiado tarde; ya me había visto. Su expresión era una mezcla de preocupación y cautela, algo que no me sorprendió.
—Jasper, ¿tienes un minuto? —preguntó, su voz sonando casi tímida.
Lo miré, tratando de mantener mi expresión neutral. Zack y yo habíamos hablado recientemente, pero estaba claro que lo sucedido había dejado muchas cosas sin resolver.
—Claro, ¿qué pasa? —respondí, aunque ya podía adivinar de qué quería hablar.
—Me enteré de lo de Emily... —empezó, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Es una locura lo que ha pasado. ¿Cómo estás? ¿Estás bien?
Sentí un leve impulso de reírme, pero me contuve. ¿Que si estaba bien? Era una pregunta que no tenía una respuesta simple.
—Estoy bien —contesté, manteniendo mi tono calmado—. No veo por qué no lo estaría.
Zack me miró con incredulidad, claramente sorprendido por mi respuesta.
—Bueno, es que... después de lo que pasó con Luke y ahora esto, pensé que tal vez estarías... no sé, preocupado. Es mucha presión, y sé que la policía ha estado preguntando por ti.
—¿Preocupado? —repetí, dándole una mirada que hizo que Zack retrocediera ligeramente—. No soy el responsable de lo que pasó. Si la policía está haciendo preguntas, es porque no tienen nada mejor que hacer. No puedes dejar que te afecte, Zack.
Él asintió lentamente, aunque sus ojos mostraban que no estaba del todo convencido.
—Supongo que tienes razón... pero si necesitas hablar o lo que sea, estoy aquí, ¿vale? No tienes que lidiar con esto solo.
Lo observé por un momento, y casi sentí una punzada de lástima por él. Zack no tenía idea de lo que realmente estaba sucediendo, y era mejor que nunca lo supiera.
—Aprecio el gesto, Zack, pero estoy bien. No te preocupes por mí. —Le di una sonrisa que esperaba fuera tranquilizadora, aunque estaba seguro de que no lo era—. Ahora, si me disculpas, tengo que ir a clase.
Zack asintió una vez más, pero antes de que pudiera irse, pareció dudar.
—Oye, Jasper... Si quieres, podrías pasar por mi casa esta noche. No tienes que estar solo con todo esto. Podemos ver una película, desconectarnos un rato. Pero si tienes otra cosa que hacer, lo entenderé.
Por un momento, consideré la oferta. Una parte de mí casi deseaba aceptar, sumergirme en una normalidad que sabía que ya no me pertenecía. Pero la otra parte, la parte que estaba al mando, sabía que tenía cosas más importantes que hacer. Sin embargo, la idea de una noche alejada de todo el caos me atraía más de lo que esperaba.
—¿Sabes qué, Zack? —dije finalmente, dejando escapar un suspiro—. Me vendría bien desconectarme un rato. Iré a tu casa esta noche.
Zack pareció aliviado, asintiendo con una pequeña sonrisa.
—Genial, nos vemos entonces.
Mientras lo observaba alejarse, sentí una extraña mezcla de alivio y aprensión. Una parte de mí quería sumergirse en la normalidad por una noche, olvidarme de todo lo que había sucedido. Pero sabía que la oscuridad siempre estaba acechando, esperando el momento para volver a tomar el control.
Más tarde, después de la conversación con Zack, me dirigí a mi siguiente clase, intentando mantener la compostura mientras lidiaba con el torbellino de pensamientos en mi cabeza. No había pasado mucho tiempo desde que me había sentado cuando el profesor, el Dr. Matthews, un hombre que siempre había sido amable conmigo, me hizo un gesto para que me acercara a su escritorio.
—Jasper, ¿podrías venir un momento? —dijo con voz tranquila, aunque había una seriedad inusual en su tono.
Me levanté lentamente y caminé hacia su escritorio, sintiendo la mirada curiosa de algunos compañeros sobre mí. No era típico que me llamaran así, sobre todo no en medio de una clase.
—¿Sí, profesor? —pregunté cuando estuve frente a él, tratando de sonar indiferente.
El Dr. Matthews me observó por un momento, como si estuviera evaluando cómo abordar el tema.
—Jasper, he estado revisando tus calificaciones últimamente, y he notado un descenso preocupante. —Hizo una pausa, esperando alguna reacción de mi parte, pero yo mantuve mi expresión impasible—. Solías ser uno de los estudiantes más destacados de la clase, pero últimamente parece que algo te está distrayendo. Quiero saber si hay algo que pueda hacer para ayudarte.
Me crucé de brazos, evitando su mirada por un segundo antes de volver a mirarlo.
—He tenido algunas cosas en mi mente, profesor. Nada de lo que deba preocuparse.
Él frunció el ceño ligeramente, claramente no satisfecho con mi respuesta.
—Jasper, eres un buen estudiante. Has demostrado ser capaz de mucho más de lo que estás mostrando ahora. Si hay algo que te esté afectando, no dudes en hablar conmigo o con alguien más en la universidad. Todos queremos verte tener éxito.
Asentí lentamente, aunque no podía evitar sentirme irritado. No necesitaba que me dijeran lo que ya sabía, ni necesitaba que alguien me vigilara de cerca. Sabía que mis notas estaban bajando, pero no era algo que me importara en este momento. Había cosas más importantes en juego.
—Lo sé, profesor. Le agradezco su preocupación, pero estoy seguro de que puedo manejarlo. Solo es un período difícil, nada más.
El Dr. Matthews me observó en silencio por unos segundos más antes de finalmente asentir.
—De acuerdo, Jasper. Solo recuerda que estoy aquí si necesitas hablar. No dejes que las cosas se acumulen hasta el punto de que se vuelvan incontrolables.
—Lo tendré en cuenta, profesor. —Mi tono fue lo más neutral posible, tratando de poner fin a la conversación.
El profesor suspiró, evidentemente sabiendo que no había más que pudiera hacer en este momento.
—Muy bien, puedes volver a tu asiento. Solo no olvides lo que te he dicho.
Regresé a mi asiento, sintiendo una mezcla de frustración y resignación. Sabía que mis calificaciones se estaban resintiendo, pero era un precio pequeño a pagar por lo que estaba viviendo. El mundo académico ya no era mi prioridad, no cuando tenía cosas mucho más importantes y peligrosas que atender.
Mientras me sentaba, dejé que mis pensamientos volvieran a la conversación que tendría con Nyx más tarde. Ya sabía que había perdido la concentración en muchas áreas de mi vida, pero eso no significaba que no estaba preparado para lo que se avecinaba.
Al terminar la clase, me dirigí hacia la salida, sintiendo el peso de la conversación con el Dr. Matthews aún presente en mi mente. La idea de tener que enfrentar otra noche en la cabaña de Nyx se me hacía cada vez más opresiva, pero no había vuelta atrás. La decisión de involucrarme en este oscuro juego ya estaba tomada.
Decidí ir a la cafetería de la universidad para tomar un café antes de mi próxima clase. Mientras esperaba, intentaba organizar mis pensamientos. El café en mis manos era un intento débil de mantenerme despierto y alerta, pero mi mente no podía escapar de la conversación que tendría más tarde con Nyx.
"Necesitamos vernos esta noche para discutir los próximos pasos."
Miré el mensaje con un suspiro. La última cosa que quería era enfrentarme a otra noche en la cabaña después de todo el estrés del día. Decidí responder con honestidad, aunque sabía que eso podría desentonar con los planes de Nyx.
"Lo siento, Nyx, pero ya tengo planes esta noche. No podré reunirme contigo."
Esperé unos minutos, pero no recibí respuesta de inmediato. Mientras tanto, terminé mi café y me preparé para salir, pensando en cómo iba a manejar la noche con Zack. La idea de desconectarme de todo lo que estaba ocurriendo me parecía una necesidad urgente.
Cuando finalmente me dirigí hacia la salida, mi teléfono vibró de nuevo. Era otro mensaje de Nyx.
"No te preocupes, podemos reprogramar. Mantente en contacto."
Respiré aliviado. Al menos eso me daba un respiro antes de tener que enfrentar el próximo desafío. Con un ligero sentido de alivio, me dirigí a la casa de Zack, sabiendo que la noche prometía ser una breve pausa en el caos que estaba envolviendo mi vida.
Más tarde cuando llegué a la casa de Zack, me recibió con una sonrisa que, a pesar de la situación, parecía genuina. La casa estaba bastante ordenada, con una atmósfera cálida y acogedora que contrastaba con el frío de mi propia vida en esos momentos. Zack me invitó a pasar al salón, donde tenía preparada una película para ver.
—¿Qué te apetece ver? —preguntó Zack, buscando entre sus DVDs—. Tengo una buena selección de comedias y dramas.
Me dejé caer en el sofá, sintiéndome un poco fuera de lugar pero agradecido por el cambio de ambiente.
—Cualquier cosa está bien —dije, intentando sonar despreocupado.
Zack seleccionó una película que ambos conocíamos bien, algo que solíamos ver juntos en el pasado. Mientras se preparaba para ponerla, comenzamos una conversación trivial sobre la universidad, los profesores y las últimas noticias. La conversación fluyó con naturalidad, y por un momento, me sentí aliviado de estar lejos del tumulto que había estado atravesando.
—¿Has visto las últimas noticias? —preguntó Zack mientras se acomodaba en el sofá junto a mí—. Hay un montón de cosas locas ocurriendo por la ciudad.
—No, no he estado al tanto —respondí—. La verdad es que he estado bastante ocupado con mis propios problemas.
Zack asintió, su expresión se volvió un poco más seria.
—Sí, lo entiendo. Con todo lo que ha pasado, es difícil mantener el ritmo de lo que sucede fuera de nuestra burbuja.
Nos reímos un poco, la conversación continuando en un tono ligero mientras la película comenzaba a reproducirse. A medida que nos sumergíamos en la trama, el sonido de un timbre en la puerta interrumpió nuestra relajación.
—Voy a ver quién es —dijo Zack, levantándose del sofá.
Salió hacia la puerta, y yo me quedé en el salón, sintiéndome un poco curioso sobre quién podría estar llamando a esta hora. El timbre sonó de nuevo, seguido por unos golpes suaves. Cuando Zack abrió la puerta, me di cuenta de que no era cualquier visitante.
Un policía de uniforme estaba de pie en el umbral, con una expresión seria en su rostro. Me miró con una mezcla de curiosidad y profesionalismo.
—¿Zack Anderson? —preguntó el policía, asegurándose de que estaba hablando con la persona correcta—. Estamos aquí para hacerte unas preguntas respecto a tu amigo Jasper Brooks y su aparente involucración con el caso de Luke Keller, así como con el caso de Emily Matthews.
Zack parecía sorprendido pero no demasiado alarmado. Se volvió hacia mí con una mirada rápida de disculpa antes de dirigirse nuevamente al oficial.
—Sí, soy yo. ¿En qué puedo ayudarle, oficial?
El policía dio un paso al frente, entrando en el vestíbulo de la casa mientras miraba alrededor con atención.
—Necesitamos saber si has visto algo inusual o si tienes alguna información que pueda ayudarnos a resolver los casos. ¿Podemos pasar a hablar en privado?
Zack asintió lentamente, claramente tratando de procesar la situación. Miró en mi dirección antes de regresar la vista al oficial.
—Claro, pasen. Vamos a la sala.
Mientras Zack guiaba al oficial hacia el salón, me quedé en el vestíbulo, sintiendo una mezcla de inquietud y tensión. Sabía que esta situación no podía ser buena y que la visita de la policía podría complicar las cosas aún más.
La conversación entre Zack y el oficial se prolongó, y mientras intentaba escuchar desde el vestíbulo, los fragmentos de conversación que llegaban a mis oídos no hacían más que intensificar mi nerviosismo. La policía estaba buscando respuestas sobre los casos de Luke Keller y Emily Matthews, y el hecho de que también indagaran en el caso de Emily aumentaba mi preocupación.
No podía evitar preguntarme cuánto tiempo tardarían en relacionar las piezas del rompecabezas y si, en algún momento, Zack o yo tendríamos que responder por algo que no teníamos control.
Mientras Zack guiaba al oficial hacia el salón, me quedé en el vestíbulo, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de mí. No pasaron muchos segundos antes de que el oficial regresara hacia mí, su mirada más intensa.
—¿Jasper Brooks? —preguntó el oficial con una autoridad inconfundible.
Mi corazón comenzó a latir más rápido, y me esforcé por mantener una fachada tranquila mientras respondía.
—Sí, soy yo. ¿Qué es lo que quieren ahora?
El oficial sacó su cuaderno y bolígrafo, preparándose para tomar notas.
—Estamos investigando los casos de Luke keller y Emily Matthews. Tu nombre ha surgido en la investigación, y necesito hacerte algunas preguntas para aclarar ciertos puntos.
Me sentí como si me hubieran arrojado a una trampa. No podía evitar mi frustración mientras trataba de controlar mi tono.
—¿Otra vez? —dije, mi voz cargada de desdén—. Ya me han interrogado varias veces sobre estos casos. No entiendo por qué siguen insistiendo. No han encontrado nada en mi contra.
El oficial se mantuvo firme, sin dejarse llevar por mi actitud.
—Las investigaciones pueden dar giros inesperados, Jasper. Nuestro trabajo es asegurarnos de que todos los aspectos se investiguen a fondo. Tu nombre sigue saliendo a la luz, y eso es algo que debemos abordar.
Me crucé de brazos, mi paciencia al límite.
—Si no han encontrado nada hasta ahora, ¿por qué seguir molestando? Es como si estuvieran tratando de encontrarme culpable sin pruebas.
El oficial me observó con una mezcla de comprensión y profesionalismo, aunque su tono seguía siendo firme.
—Estamos haciendo nuestro trabajo, Jasper. Solo necesitamos que seas honesto con nosotros. ¿Dónde estabas en las últimas 48 horas?
Me forzé a relatar mis actividades de manera detallada, manteniéndome en la línea de la verdad pero con una clara sensación de agotamiento por la repetida interrogación.
—He estado en la universidad y en casa. El martes, estuve en clase y en la biblioteca, y el miércoles de igual manera.
El oficial anotó mis respuestas mientras me lanzaba una mirada de comprensión, aunque no me ofreció ningún tipo de simpatía.
—Vamos a verificar tu coartada Mientras tanto, te pido que mantengas la calma y estés disponible por si necesitamos más información.
Asentí, mi frustración no completamente desaparecida pero dispuesta a lidiar con la situación de la mejor manera posible.
—Está bien. Solo espero que esta sea la última vez que me involucran en esto sin motivo claro.
El oficial se despidió, y Zack se acercó con una expresión de preocupación. Traté de relajarme mientras él volvía a la sala.
—¿Todo bien? —preguntó Zack, intentando descifrar mi estado.
—Sí, solo están haciendo su trabajo. Parece que no pueden dejarme en paz —respondí con una mezcla de cansancio y desdén—. Vamos a intentar disfrutar de la noche.
Nos dirigimos al salón, pero la atmósfera había cambiado. El estrés de la investigación seguía presente, y la sensación de que cualquier error podría tener graves consecuencias me pesaba sobre los hombros.
Cuando el oficial se fue, Zack intentó mantener el ánimo, pero yo no podía seguir con la farsa de que todo estaba bien. Me volví hacia él con una expresión de cansancio.
—Zack, lo mejor será que me vaya. No creo que pueda disfrutar de la noche, especialmente después de lo que acaba de pasar.
Zack me miró con sorpresa y preocupación.
—¿Estás seguro? Pensé que podrías necesitar un descanso.
—Lo sé, pero en este momento, necesito irme. No estoy en el mejor estado de ánimo para socializar —dije, forzando una sonrisa —Gracias por la invitación, pero mejor me voy a casa.
Zack asintió, aunque claramente estaba preocupado. Me dirigí hacia la puerta y le di una última mirada antes de salir.
La noche estaba fresca y silenciosa mientras caminaba hacia la cabaña de Nyx. La caminata me permitió ordenar mis pensamientos y calmarme antes de enfrentarme a Nyx.
Al llegar a la casa de Nyx, toqué el timbre. Ella abrió la puerta con una sonrisa que rápidamente se desvaneció al ver mi expresión.
—Jasper, ¿qué sucede? —preguntó, invitándome a pasar.
—Necesito hablar contigo —dije, mi voz tensa—. Los oficiales vinieron a la casa de Zack y me interrogaron nuevamente. Siguen enfocados en mí por el caso de Luke Keller y el de Emily Matthews.
Nyx frunció el ceño, su rostro se tornó serio mientras escuchaba atentamente.
—¿Qué te preguntaron? —dijo finalmente.
Le conté todo sobre la visita de los oficiales y las preguntas que me hicieron. Nyx escuchó en silencio, asimilando cada detalle.
—Parece que están intensificando la presión —dijo Nyx con un tono calculador—. Necesitamos asegurarnos de no cometer más errores. Si la policía sigue investigando, debemos mantenernos un paso adelante.
Asentí, sintiendo el peso de sus palabras.
—Sí, entiendo. No sé cuánto más puedo soportar esta presión sin cometer un error. ¿Qué hacemos ahora?
Nyx pensó un momento antes de responder.
—Vamos a reorganizar nuestro enfoque. Asegurémonos de que cada detalle esté cubierto. Mantén la calma; si te sientes presionado, podrías cometer errores. Necesitamos que todo parezca lo más normal posible para desviar la atención de la policía.
Su determinación y frialdad eran reconfortantes en medio del caos. Sabía que, con Nyx a mi lado, tenía una mejor oportunidad de manejar la situación.
—Gracias, Nyx —dije, sintiendo un leve alivio—. Estoy listo para cualquier instrucción adicional que tengas.
Nyx asintió y se acercó a mí, colocando una mano en mi brazo con un gesto de apoyo.
—Lo haremos bien. Confía en el plan y en nosotros. Saldremos de esto juntos.
Sentí una mezcla de gratitud y determinación mientras la miraba. Con Nyx a mi lado, estaba decidido a enfrentar el desafío con la mayor cautela posible.