Águila Harpía
Rakia es una joven que desde el día de su nacimiento es despreciada por su madrastra y su media hermana, y a su padre poco le importa lo que le ocurra, por lo que la joven debe de luchar cada día para sobrevivir, pero todo cambia un día en el que un antiguo poder despierta en su interior, lo que provoca que toda su vida cambie por completo, entrelazando su destino con el de otras tres personas para derrotar un mal ancestral que se acerca.
En un camino lleno de cambios, Rakia deberá de enfrentar muchos obstáculos para lograr su objetivo, pero no lo hará sola, ya que a su lado estará alguien quien sin conocerla, la esperado toda su vida y que la protegerá aun cuando no sea necesario.
Esta es la segunda historia de la tetralogía Los 4 Guerreros de los Elementos, la primera lleva por nombre “El Guerrero de la Tierra”
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Capítulo 14
NIGEL
Me encuentro trabajando en mi oficina, cuando por mi ventana entra una paloma traslúcida, y sé de inmediato que se trata de un mensaje de mi hermana, cuando éramos más jóvenes, y nos aburríamos de nuestros deberes, ideamos una manera de comunicarnos, siendo ese método, el crear una marioneta de aire que pudiera dar el mensaje deseado, yo invocaba un gorrión de aire y mi hermana una paloma.
La verdad me sorprende un poco que mi hermana me haya mandado un mensaje, puesto que hasta donde sé, ella salió a hacer un recorrido desde muy temprano y no volverá hasta la noche, y aún falta un poco para el atardecer.
Dejo que la paloma se pose en mi mano y esta se desvanece, dejando que la voz de mi hermana esparcirse por la habitación.
-Hermano, nos atacaron, estoy bien, pero mi salvadora no, teníamos razón, la odiosa de Auretta nunca fue la gran Águila, era su hermana, ella está muy mal, prepara todo para que sea atendida, voy en camino – eso dice el mensaje de mi hermana, por su voz puedo notar que está muy alterada por lo que sin dudarlo dejo todo a un lado y salgo de mi oficina a hacer lo que mi hermana me ha pedido.
- Nesim, ve a buscar al médico real di le que es urgente, que lo estaré esperando en una de las habitaciones de mi palacio, en breve te haré llegar de qué habitación se trata, también manda un mensaje al templo del Aire, diles que es urgente, la gran Águila ha despertado – le digo a mi secretario, quien me ve con sorpresa ante lo que le acabo de decir – haz lo que te digo – le grito, sacándolo de su sorpresa y sale de allí inmediatamente a hacer lo que le he ordenado.
Yo, por mi parte, voy en busca de mi nana, puesto que es en la única que confío para que cuide de la señorita Rakia.
- Betzabeth, prepara una habitación, en mi palacio, también reúne a tres o cuatro sirvientas que tengan conocimientos médicos y llévalas contigo, una vez tengas todo preparado mándame un mensaje – le ordeno a mi nana, y si bien por fuera parezco calmado, mi nana me conoce más que nadie y sabe que algo pasa, por lo que su mirada se dulcifica, y puedo ver la preocupación en sus ojos, preocupación que yo no me puedo dar el lujo de reflejar en los míos.
- ¿Qué está pasando? – me pregunta mi nana preocupada.
- Teníamos razón sobre los Rivotra – le digo sencillamente y salgo de allí para ir al encuentro de mi hermana y de mi verdadera prometida.
Llego a la entrada del palacio y veo el carruaje de mi hermana llegar, y rápidamente voy a su encuentro. De este sale mi hermana, quien tiene su ropa manchada de tierra y sangre, seguramente producto de la batalla que tuvo que librar.
Al verla así, tengo ganas de ir a su lado y abrazarla, consolarla, pero sé que no puedo, no con tantos ojos viéndonos.
- Me alegra saber que te encuentras bien – le digo con voz neutral y pasó de largo a su lado y me dirijo al carruaje para sacar a la señorita Rakia de allí.
Al pasar a lado de mi hermana, puedo oír un gracias de su parte y por una milésima de segundo ambos nos sonreímos, para comunicarnos aquello que no podemos, yo lo feliz que me hace verla a salvo y ella para indicarme que está bien.
Si perder tiempo puedo ver como mi hermana se va mientras le ordena a una de las sirvientas que vaya en busca del secretario de mi madre, puesto que debe de reunirse con los monarcas para contarles lo sucedido, y a pesar de que somos sus hijos, no podemos verlos al menos que pidamos una audiencia y está allá ha sido aprobada por ellos.
Con miedo entro al carruaje, puesto que no sé conque me encontraré, y bueno es mucho peor de lo que imagine, esa familia es monstruosa, y seres como ellos no deberían de existir, es lo primero que pienso al ver a la señorita Rakia, es una joven hermosa, de eso no hay duda, su parecido con la anterior duquesa es increíble, es muy triste ver como su belleza se ve opacada por los golpes y los maltratos que ha recibido.
Como dicen las historias, de su espalda salen dos hermosas alas, pero una vez la belleza de estas se ven opacada por los golpes de su espalda, se ve claramente que ella fue azotada de una manera brutal, y puedo ver que las heridas aún están sangrando, lo que significa que estas fueron infligidas no hace mucho.
- Ya estás a salvo, yo te protegeré – le digo mientras beso su frente, y al hacerlo puedo notar que tiene fiebre, lo que significa que sus heridas están infectadas, por lo que vuelvo a besar su frente, solo que esta vez uso magia sanadora, lo que baja un poco su fiebre, y con sumo cuidado la saco en mis brazos.
Al salir del carruaje me espera una de las subordinadas de mi nana, quien me indica que la habitación ya ha sido preparada, por lo que la mando a avisarle a mi secretario y al médico y me dirijo allí rápidamente.
NARRADOR
Aura llega de inmediato a la oficina de su madre, donde está ya la espera, puesto que tan solo con decir las palabras, “la gran Águila me salvó”, fue más que suficiente como para que la reina dejara sus deberes de lado y aceptara ver a su hija.
- Saludos, su majestad – le dice Aura a la reina mientras hace una reverencia perfecta.
- Cuéntame lo ocurrido – le dice la reina, a lo que Aura narra todo lo que ocurrió, sin omitir un solo detalle.
- Mandé a varios guardias a arrestar a todos los habitantes de la mansión Rivotra, alguien de esa mansión dañó a la gran Águila y no podía permitir que escapara – le termina de contar Aura a la reina, quien solo asiente ante la explicación.
- Bien hecho, no esperaba menos, ve en estos momentos hacia la mansión Rivotra y supervisa el arresto de los involucrados, una vez todos estén resguardados, comienza con los interrogatorios, debemos saber qué paso exactamente que sucedió, el rey se reunirá contigo en los calabozos para ayudarte con los interrogatorios, tienes mi autorizarían para usar el método que creas necesario para obtener lo que necesitamos – le dice la reina a su hija y sale de allí en busca de su hijo, quien seguramente ya debe de estar con la verdadera gran Águila.
Aura por su parte se queda unos instantes más en la oficina de su madre, pensando en la frialdad de la mujer ante lo que le había contado, literalmente le había dicho que si no fuera por Rakia, ella pudiera estar muerta o algo peor, pero a la reina poco le importo, hace un par de años a Aura, aquello la hubiera herido, pero ahora poco le importaba la frialdad de su madre, así que sin perder más tiempo sale rumbo a la mansión Rivotra, tiene mucho trabajo que hacer.