Tras sacrificarlo todo para preservar la vida de su hija, se ve obligada a ocultar su supervivencia para enfrentarse a una de las mayores batallas de su existencia: la lucha contra un ejército de no muertos que ansían la muerte de su propia hija.
Decidida a obtener la victoria, Genevieve se embarca en una peligrosa misión para recuperar la corona de su abuelo, el último rey de los tritones, arrebatada por el hombre que la mantuvo prisionera y la sometió durante años. En su odisea, se cruza nuevamente con el padre de su hijo por nacer, cuya muerte lo dejó desolado.
¿Logrará Genevieve reclamar la corona perdida y garantizar la seguridad de su familia frente a las fuerzas de la oscuridad?
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CAPÍTULO 13
Somnus, emocionado por ver cara a cara a su primera esposa después de haberla exiliado, se sorprendió aun más ante la actitud agresiva de esta. Entendiendo la ira que atravesaba la mujer, aun soportando la carga de la culpa, por más que fueran dolorosas las apuñaladas en su brazo, dejaría que esta se desahogara.
—¡No me llames así!—dijo deteniendo el cuchillo aún enterrado en el hombro de Somnus—trabajé tanto por tí, que no me importó seguir trabajando aún en nuestro primer aniversario mientras tenías tu luna de miel...¡Yo te amé, Somnus! Estaba dispuesta a todo, inclusive dejarte libre...
—¡Lo sien...!—no pudo disculparse al sentir que Anisha clavaba más fuere el cuchillo.
—Un "Lo siento" no será suficiente para que pagues todo lo malo que me has hechó—espetó con ira—¿Sabes cuánto sufrí por Erin? ¿Alguna vez te preguntaste que fue de mí? Por tu culpa... por culpa pasé mucho tiempo secuestrada y esclavizada...
Recordando con dolor aquella época oscura, siguió clavando con fuerza el cuchillo, sin percatarse que su sangre estaba empezando a mezclarse con la del rey y producto de aquello, una energía oscura emanaba de sus manos heridas directo al cuerpo de Somnus.
Recordando con dolor aquella época oscura, siguió clavando con fuerza el cuchillo, sin percatarse que su sangre estaba empezando a mezclarse con la del rey y producto de aquello, una energía oscura emanaba de sus manos heridas directo al cuerpo de Somnus.
—¡Qué fácil es para un hombre desechar a una mujer por la falsa cara de una arpía!—espetó con asco—solo los dioses saben cuánto te quiero muerto... pero hay castigos peores que la muerte y lo que me hiciste lo pagarás en vida.
Somnus, quien sintió como su cuerpo se paralizaba producto de la sangre negra de Anisha, comenzó a gritar, apenas su cuerpo comenzó a incinerarse, a la par que tatuajes malditos surgían en toda su piel. La antigua reina, cuya vida como Angélica ya había dado por finalizada, observó con los ojos de su nueva identidad como Anisha, el momento en que sus sentimientos negativos y todo el dolor que Somnus le produjo, se apoderaban de su ahora maldito cuerpo.
—Cada noche, revivirás en pesadillas todo lo que pasé—declaró Anisha observando el cuerpo de Somnus quemarse—no tendrás un solo momento de descanso y aquellas malditas marcas mostrarán el verdadero monstruo que eres, quitándote así el que quizá sea el deber más grande que tiene un hombre: la posibilidad de tener hijos.
Rememorando cada cosa mal que pasó, sintió una dicha en su corazón al observar como su antiguo amor empezaba a sentir en carne propia todo lo que este le hizo pasar, nada más que por el amor ciego que este sentía por la perra de Erin.
Después de pronunciar su maldición y de que las llamas dejaran en paz el ahora carbonizado cuerpo de Somnus, aun sabiendo que no podía matarlo debido a que era pieza clave para Genevieve, intentó acercarse a él pero la mano de una mujer la detuvo.
—¡Alto!—ordenó Genevieve.
—¿Reina?—preguntó sorprendida Anisha.
Sabiendo la identidad de la mujer en frente de ella, la futura primera ministra de la princesa caída y próxima reina, se arrodilló un poco asustada, pensando que algo malo pasaría después de lo que le hizo a Somnus, bajó su cabeza en espera de su castigo.
—¿Ya sabes quién soy, no?—preguntó molesta.
—La princesa caída Genevieve, única heredera del trono del último rey tritón—respondió sintiendo un temor horrible por parte de la mujer—amante del rey Somnus.
—Sabiendo mi identidad, entonces iré directo al grano—dijo mirandola con un poco de desprecio—solo porque vi en primera fila la maldad de la antigua reina Erin, permitiré que sigas como mi próxima ministra y no procederé en tu contra por lo que hiciste hoy. No obstante, te prohíbo acercarte a Somnus...
Molesta a más no poder, intentando controlarse, se agachó y tomando con fuerza la barbilla de Anisha, levantó su mirada para observarla directo a los ojos. Aquello hizo que la mujer temblara aún más.
—Yo me encargaré de que se te recompense por todo el sufrimiento que has pasado—espetó casi apretando sus dientes—pero vuelves a intentar matar a Somnus y yo misma te mostraré un infierno peor del que viviste.
Mirándola por última vez, Anisha se fue del lugar del santo trono dejando atrás al hombre que tanto daño le hizo, pero con el miedo hacia Genevieve grabado en lo más profundo de su corazón. Si bien no se arrepentía de lo que hizo y moriría por ello de ser necesario, la princesa caída emanaba un terror mucho mayor del que sintió en su cautiverio.