Una alegre y bondadosa estudiante de enfermería vive con su abuela enferma luego de quedar huérfana. Esta joven siempre ayuda a todos sin importar su aspecto o su profesión, cosa que su abuela siempre le ha reprochado, ya que se la pasa salvando a cualquiera así sea un delincuente.
Esta alma pura es engañada por su prometido, el detective William Moore y vendida a una red de tráfico de personas porque es virgen.
Alexandra Mitchell vivirá un verdadero infierno y aprenderá a las malas que nada es lo que parece, allí será quebrada de maneras inimaginables y deseará jamás haber confiado en quien no debía.
Un jefe de la bratva busca a su salvadora y después de no encontrar a aquella joven que lo salvó, se devuelve a rusia, donde deberá buscar y rescatar a su pequeña hermana, quien es secuestrada para ser prostituida.
La vida de estos personajes se cruzará, está joven a pesar de su dolor trata de salvar a quien puede ¿pero quién la salvará a ella? ¿Y si lo hacen ¿volverá a ser la misma?
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Despertar de Alex
La luz se colaba por la ventana, resplandeciendo la cara de aquel dulce ángel al lado de Mikhail ella estrujó sus ojos y e hizo sonido de recién levantada estirándose, por la cabeza de esa joven paseo casi toda la madrugada la vida que había tenido, su abuela vino a su cabeza el amor que se tenían y lo mucho que se divertían juntas, también llegó a su cabeza el desgraciado de su exnovio William, ese desgraciado que la vendió y abandonó en ese lugar.
La joven tuvo que morderse la lengua para no gritar al recordar cada di de su infierno, al recordar cuántas personas sufrían aquello, la joven parecía haber despertado de la hipnosis en donde estaba sumergida, a esa mujer también le llegó cada asquerosa cosa que le hizo aquel sujeto, cada palabra hiriente, cada fuetazo y como olvidar como le quitó su humanidad.
Alexandra se vio en donde estaba y recordó cada día desde que estaba allí, ella estaba con Mika, el hombre a quien salvó con el que muchas veces soñó teniendo pensamientos indecorosos, el hombre que trataba de llevar a su cabeza cada vez que aquel hombre le llevaba su alegría.
Alex sabía que era un mafioso, pero también sabía que no por ser delincuente tenía que ser una bestia a las malas aprendió que nada es lo que parece, aquel intachable policía digno de admiración no era más que un depravado y vil traficante de mujeres y quizá también de niñas, Alexandra siempre le había gustado ayudar y lo seguiría haciendo ella quería recuperar su personalidad, ellos no iban a ganar, debía encontrar a su abuela, hacer pagar a William y luego rescatar a cuánto niño y joven pudiera, ella hablaría con Mika, debía pedirle que le ayudara a meter en la cárcel a todos y cada uno de esos asquerosos, esa era la única manera según su mentalidad aún noble de hacerlos pagar, pero está joven estaba a punto de abrir sus ojos y de cruzar la línea, aquella joven está a punto de cambiar todo ser, pronto ocurriría algo que haría darle la fuerza para recuperar su valentía.
Mika solo quería curarla y luego amarla, matar a cada asquerosa persona que la dañó y hacerla vivir el resto de su vida como la reina que era así jamás le dijera sobre como acabaría con los que la dañaron él estaba dispuesto a ceder su imperio y quedarse con lo legal con tal de darle un ambiente sano a su pequeña Alex, a él no le importaba engañarla toda la vida para que no siguiera viendo el lado feo de este mundo, pero pronto sería la propia Alex que le rogaría que le enseñará lo más de la humanidad y que la ayudara a hacer pagar a cada desgraciado que la dañó.
La dulce Alex en total silencio se duchó y luego de colocarse un lindo rosa floreado y suelto, colocarse una diadema en su cabello y unas hermosas zapatillas planas, bajo con cuidado al comedor, ella quería reunirse con sus especialistas y hablar con ellos para que la ayudaren a volver a ser una joven dulce y hacerla olvidar que esa maldad existía en el planeta solo que no contó con que escucharía aquella conversación.
En la sala de estar de aquella mansión cinco hombres hablaban de la horrible vida de Alex, Dimitri le decía a Sandro que había que ayudar a la joven eliminando todo rastro de maldad de esa mansión, él le decía que se encargará de sacar las armas y de habla con los guardias para que no se dejasen ver las armas con ella.
Él le explicaba también a Darren que hablara con el psicólogo para que la preparara para pronto decirle que su abuela había fallecido para que no supiera que el desgraciado de su ex mató a su abuela al decirle las atrocidades que le harían a ella en aquel lugar.
Él también le decía a Antuan que él debía sacar junto con Viktor al desgraciado de Dorian de aquel sótano y llevarlo a otro lugar donde pudieran matarlo, de una vez y por todas, ya que lo que querían sé el que era llegar a las víctimas lo habían conseguido.
Alex no podía con aquello que escuchaba, ¿su abuela muerta? Su única razón para volver a ser una chica feliz estaba muerta, lo único en que pensó toda la madrugada ya no era una opción y aquel desgraciado que la daño aún respiraba.
Alex, cegada de odio y asqueada, caminó hacia el sitio donde le habían señalado no bajar, ya que estaba lleno de cosas sucias y sin importancia, ella caminó con cuidado y abrió aquella puerta, la joven al abrir encontró a dos hombres cuidando que ese monstruo no escapara.
Los hombres al verla se asustaron por el hecho de que ellos sabían la historia de esa joven que por palabras de su jefe era tan dueña de esa casa como él.
# Señorita Alexandra… Qué hace usted aquí, este lugar está muy sucio con cajas y basura# hablo uno de los guardias parándose frente a ella para que no viera detrás de él.
Alex sonrió de una manera muy tranquila y tratando de maullar, dijo.
# Mikhail me dejó venir, este es mi regalo, después de todo lo que me pasó lo merezco, ya sé que allí está el que fue mi verdugo y dijo que ustedes me ayudarían a divertirme# ellos se miraron entre sí y luego el otro hombre habló.
# está bien, le avisaré al jefe que ya recibimos sus órdenes # la joven sonrió de nuevo y dijo.
# Está en la habitación aún, anoche quedó más agotado que yo y por eso no me acompaño, dijo que es algo que yo necesito, # la mujer hablo segura, yo ellos no vieron a la muda y tímida de siempre, esta mujer era otra.
# De acuerdo señorita… díganos que en qué la ayudamos# la joven sonrió y camino por el lugar y mientras le dijo.
# Quiero que me muestren con qué le puedo enseñar a ese hombre a respetar # dijo con su misma sonrisa dulce
# Sabe disparar, señorita # ella asintió y dijo.
# hace mucho unos amigos que cure me enseñaron a disparar, es irónico, aquella vez les dije que eso no me sería útil# habló dejando escuchar una pequeña risa.
# ya le traigo lo que me necesite si quiere que lo hagamos solo ordénelo.# el hombre camino más hacia la habitación buscando algo mientras Alex observo la habitación de color gris oscuro, había una pequeña cama y en esta está amarrado aquella bestia que la quebró, su cara estaba con algunos moretones de días, tenía algunas cicatrices en su cuerpo y el miedo que había en sus ojos era el mismo que ella miraba en el espejo cada mañana.
La habitación tenía una mesa cerca y allí había muchas barras de metal, también había un hierro para marcar animales, había un soplete, tenazas y no sé cuántas herramientas, más este desgraciado había tenido parte de su merecido, pero ahora ella sabía que la cárcel no era suficiente castigo para nadie, ella lo hubiese considerado por su abuela, ya que ella no estaría de acuerdo con lo que ahora estaba a punto de hacer, solo que su abuela estaba muerta y ya ella no tenía a quien poner orgullosa estaba sola y dañada.