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La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Reencarnación
Popularitas:1.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Luisa Manotasflorez

La historia de esta mujer es un viaje de autodescubrimiento y valentía en un mundo donde el estatus de género dicta el valor de una persona. Nacida en el seno de una familia noble en Roma, ella desafía las expectativas de su género desde una edad temprana. Despreciando la idea de ser tratada como una simple "vaca para preñar", busca igualdad y reconocimiento por su mente y habilidades, en lugar de simplemente por su género.

Sin embargo, la vida no es fácil para ella ni para su familia. Cuando una guerra obliga a su familia a huir de Roma, se encuentran enfrentando la discriminación y el escrutinio de aquellos que los rodean. La gente no puede entender por qué esta mujer es educada como un hombre y posee habilidades de curación que parecen provenir de los dioses de la salud y la curación de la antigua mitología griega. Sus dones se convierten en una bendición y una maldición, ya que la gente la ve con sospecha y temor, cuestionando si es una bruja o está involucrada en prácticas oscuras.

A pesar de todos los obstáculos, ella no se rinde. Se casa con un senador para protegerse y encontrar un lugar seguro en un mundo peligroso e incierto. Juntos, viajan por varias ciudades, escapando de la furia de un emperador vengativo que busca venganza por la muerte de su padre a manos de traidores. En su viaje, enfrentan desafíos constantes y peligros inesperados, pero su determinación y amor mutuo los mantienen fuertes.

Esta es una historia de resistencia, amor y perseverancia en tiempos de adversidad. Es un recordatorio de que, incluso en un mundo donde el género y el estatus social dictan las reglas, el coraje y la pasión pueden trascender todas las barreras. La protagonista demuestra que el verdadero poder reside en el corazón y la mente, no en el género o el estatus social, y que el amor y la esperanza pueden guiar incluso en los momentos más oscuros de la historia.

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capitulo 13

La Unión de Dos Mundos

El día de la boda entre el príncipe Adriano y Aurelia amaneció claro y fresco, un presagio prometedor según los augurios romanos. Los preparativos para la ceremonia habían sido meticulosos, combinando tradiciones ancestrales romanas con los deseos personales de los novios.

Antes de la ceremonia, Aurelia visitó la antigua casa de su familia, un lugar que ahora mostraba las marcas del tiempo con sus paredes desgastadas y los recuerdos de un linaje otrora noble y poderoso. Bajó a la cripta familiar donde descansaban los restos de sus antepasados. En la penumbra suave, colocó cuidadosamente las cenizas de su padre en su nicho, ofreciéndole un cordero de terracota y un cuenco de leche como ofrendas. Murmurando palabras de respeto y despedida, Aurelia encontró un momento de paz, sintiendo la presencia de su familia apoyándola en su nuevo comienzo.

Luego de rendir homenaje a sus antepasados, Aurelia se preparó para la ceremonia. Vestía un sencillo pero elegante vestido blanco, que simbolizaba tanto su pureza como su nueva vida. El vestido estaba adornado con delicadas filigranas de plata, reflejando su estatus aristocrático. La caminata desde la casa de sus padres hasta la residencia del príncipe simbolizaba su transición de su antigua vida a su nueva existencia como parte de la familia real.

Al llegar, se cambió a su traje de novia definitivo. Su vestido, de seda blanca con mangas largas, fluía graciosamente hasta el suelo. Una corona de oro y gemas reposaba sobre su cabello, meticulosamente recogido en un peinado intrincado que dejaba algunos rizos suavemente cayendo sobre sus hombros. Su maquillaje era sutil, con los ojos delicadamente destacados y los labios en un tono suave de rosa, destacando su belleza natural y su dignidad.

Adriano, por su parte, lucía una vestimenta que mezclaba la tradición militar con la opulencia nupcial. Su traje, inspirado en las armaduras de los altos mandos romanos, estaba hecho de una tela rica en texturas, con detalles en oro que simbolizaban su valor y liderazgo. Era, en esencia, un uniforme ceremonial que reflejaba su papel tanto de príncipe como de comandante.

La ceremonia se llevó a cabo en el grandioso atrio del palacio, bajo la mirada de estatuas de dioses y ancestros. La presencia de miembros de la nobleza, altos oficiales y dignatarios extranjeros añadía una atmósfera de solemnidad y magnificencia. Cuando Aurelia y Adriano se encontraron frente al sacerdote, el aire se cargó de una tensión expectante.

El ritual incluyó el tradicional corte de las palmas de sus manos, un antiguo rito romano que simbolizaba la unión de dos almas y la compartición de futuros desafíos y victorias. Mientras sus sangres se mezclaban, un vínculo inquebrantable se sellaba entre ellos. Los votos que intercambiaron fueron profundos y personales. Adriano prometió honor, protección y un corazón abierto, mientras que Aurelia, con voz firme y llena de emoción, juró lealtad, apoyo y un amor respetuoso.

Cuando Adriano levantó el velo de Aurelia y la besó, no fue solo un beso de pasión, sino uno de compromiso y respeto mutuo, sellando su unión ante los ojos de todos los presentes. Los aplausos retumbaron en el atrio mientras los recién casados se volvían hacia la multitud, sus manos aún unidas, listos para enfrentar juntos los desafíos del futuro.

La celebración que siguió fue un festín de alegría y exuberancia, con música, bailes y un banquete que duró hasta las primeras horas de la noche. La unión de Aurelia y Adriano no era solo la de dos personas, sino la de dos historias distintas, cada una con su peso y promesas, ahora entrelazadas en el vasto

tapiz del destino del imperio.

Antes

Durante la ceremonia, cuando llegó el momento de los votos, Adriano y Aurelia se miraron profundamente a los ojos, sintiendo el peso de las palabras que estaban a punto de pronunciar.

Adriano, con voz firme pero con un dejo de emoción, comenzó: "Aurelia, desde el momento en que te vi por primera vez, supe que estabas destinada a ser mi compañera en esta vida y en la próxima. Prometo amarte con todo mi ser, honrarte con mi lealtad y protegerte con mi vida. Juro ser tu apoyo inquebrantable en los momentos difíciles y tu compañero en los momentos felices. Prometo caminar junto a ti en la luz y en la oscuridad, en la salud y en la enfermedad, por toda la eternidad".

Aurelia, con una mezcla de gratitud y determinación, respondió: "Adriano, desde el momento en que nuestros caminos se cruzaron, supe que estabas destinado a ser mi guía y mi confidente. Prometo amarte con todo mi corazón, respetarte con cada fibra de mi ser y cuidarte con mi ternura. Juro ser tu aliada en cada batalla, tu refugio en cada tormenta y tu roca en cada tempestad. Prometo apoyarte en tus sueños y compartir contigo mis esperanzas, por toda la eternidad".

Cuando llegó el turno del Papa para pronunciar las palabras finales de la ceremonia, su voz resonó en el atrio con autoridad y solemnidad. "Que los lazos que han sido forjados aquí hoy sean tan fuertes como el acero y tan duraderos como el mármol. Que el amor que se ha manifestado en estos votos sea eterno y que la felicidad que han encontrado juntos sea indestructible. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, declaro que Adriano y Aurelia son marido y mujer, unidos en santo matrimonio ante Dios y ante los hombres".

El momento de la consumación llegó, y Aurelia se preparaba meticulosamente, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Se aplicaba aceites perfumados en la piel, cepillaba su cabello con delicadeza y se despojaba de todo, quedando solo con un camisón que dejaba al descubierto su figura esbelta.

Mientras se preparaba, su mente divagaba entre pensamientos sobre su nuevo esposo. ¿Quién era realmente Adriano? Era inteligente y tenía un físico impresionante, lo que podría atraer a cualquier mujer. Pero para Aurelia, había algo más. Se preguntaba sobre su familia, sobre su pasado, sobre las verdaderas intenciones detrás de su matrimonio.

De repente, un suave golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. Era su esposo, radiante con su bata larga que caía hasta el suelo. Su pantalón de camisón revelaba un abdomen bien formado y Aurelia no pudo evitar sentirse atraída por él.

Adriano rompió el silencio con una confesión inesperada: "Soy virgen", dijo con sinceridad, dejando a Aurelia completamente atónita. ¿Cómo podía ser posible? ¿Qué había detrás de las palabras que se habían dicho sobre él? ¿Eran ciertas las acusaciones que había escuchado?

Aurelia quedó en shock por un momento, pero luego recuperó la compostura y respondió con calma: "No importa lo que haya sido dicho de ti. Lo que importa es lo que somos el uno para el otro ahora. Estamos juntos en esto, Adriano, y juntos descubriremos el verdadero significado de nuestro matrimonio".

Aurelia y Adriano se encontraron en una atmósfera cargada de expectación y deseo. Ambos estaban ansiosos por conocerse más profundamente, y la noche prometía ser reveladora.

Sentados en el salón del palacio, rodeados por la tenue luz de las velas, comenzaron a compartir sus pensamientos más íntimos. Adriano confesó que su interés por Aurelia había crecido desde el momento en que la conoció, y que estaba decidido a conquistar su corazón. Por su parte, Aurelia expresó su sorpresa por la sinceridad del príncipe, pero también su interés en explorar lo que podría surgir entre ellos.

La conversación fluyó con naturalidad mientras intercambiaban anécdotas sobre sus vidas pasadas y compartían sus sueños para el futuro. Adriano habló sobre las responsabilidades que implicaba ser un príncipe heredero y cómo a veces se sentía abrumado por las expectativas de su posición. Aurelia, a su vez, reveló detalles sobre su infancia y los desafíos que enfrentó como hija de un general que luchaba en el bando contrario al emperador.

Con el transcurso de las horas, la complicidad entre ellos creció, y pronto se encontraron riendo y bromeando como viejos amigos. Adriano elogió la valentía y la determinación de Aurelia, mientras que ella admiraba la inteligencia y el coraje del príncipe. Juntos, exploraron temas que iban desde la política hasta la filosofía, encontrando puntos en común y respetando sus diferencias.

A medida que la noche avanzaba, la tensión entre ellos se volvió palpable. Se miraron con una mezcla de curiosidad y deseo, cada uno preguntándose qué pasaría a continuación. Finalmente, decidieron que era hora de dejar de lado las palabras y dejar que sus corazones hablaran por sí mismos.

Con manos temblorosas pero decididas, se acercaron el uno al otro, listos para dar el siguiente paso en su relación. Y en ese momento, en medio de la calma de la noche, se entregaron el uno al otro, comenzando un viaje que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.

el príncipe le quito el camisón y Aurelia quedo de pie...quedo admirando el cuerpo de ella era hermoso si como el hubiera imaginado sus senos era firma su piel blanquecida parecida a porcelana. seno rosado y estaba cautivado el con su esposa y entonces el se acerco y la beso y la puso con cuidado en la cama y el se quito su camisón y ellos estaban desnudos y entonces el empezó a succionar sus senos , ella gimió de placer el metió su duro pene en su abertura ella hizo grito ahogado y el no podía creer el deseo que sentía cuando la estaba penetrando fue varias veces que ella gomia y ella estaba moviéndose a su compás que lo volvía loco también esta mujer era su pecado entonces el se acostó por que llego al climax pero ella se puso encima de el le dijo que lo dejara a ella a su cargo y la dejo y se movió como nunca como una leona y los dos gritaron sus nombre y estaban exhaustos y durmieron un poco y el abrazo a ella el quedando oliendo el olor de su cabello negro azabache

 Adriano salió de su alcoba con una sonrisa de satisfacción en los labios, pero su expresión se volvió seria cuando vio a sus amigos y a su hermano reunidos afuera. Ellos lo miraron con complicidad y empezaron a hacer comentarios sarcásticos sobre su noche de bodas.

"¿Así que, hermano, has cumplido con tus deberes maritales?", bromeó uno de sus amigos con una risa maliciosa.

Adriano respondió con un gesto indiferente, aunque su rostro se tornó ligeramente rojo por la incomodidad. "¿Qué puedo decir? Soy un hombre de palabra", dijo con sarcasmo.

Su hermano, con una sonrisa burlona, agregó: "Bueno, parece que tienes la marca de honor de un verdadero príncipe".

Las risas resonaron en el pasillo mientras continuaban con sus bromas. Adriano decidió no entrar en detalles sobre lo que realmente había sucedido esa noche, pero en su interior se sentía satisfecho por haber demostrado que era un hombre digno de respeto.

Dejando atrás las risas de sus amigos, Adriano se encaminó hacia sus responsabilidades como príncipe heredero, dejando a su esposa dormida y satisfecha en su alcoba. Aunque sabía que habría más desafíos por delante, también sabía que había tomado la decisión correcta al unir su destino al de Aurelia.

Después de las risas y comentarios sarcásticos de sus amigos, Adriano se encontró a solas con su hermano, quien aún mantenía una sonrisa burlona en el rostro.

"¿Qué tal fue la noche de bodas, hermano?", preguntó su hermano con un tono de complicidad.

Adriano rodó los ojos, sabiendo que su hermano disfrutaba haciendo bromas sobre su vida personal. "¿Qué puedo decir? Fue un evento muy... real", respondió, manteniendo su compostura.

Su hermano rió entre dientes. "Oh, vamos, no seas tan reservado. Estoy seguro de que fue una experiencia inolvidable".

Adriano suspiró, sabiendo que no iba a poder escapar de la insistencia de su hermano. "Bueno, supongo que podrías decir que fue... revelador", dijo con una sonrisa socarrona.

Su hermano levantó las cejas con interés. "¿Revelador? ¿Eso significa que ha sido una sorpresa agradable?"

Adriano asintió, decidido a mantener cierto nivel de privacidad sobre su vida íntima. "Digamos que no fue tan mal como temía", respondió con cautela.

Su hermano le dio una palmada en el hombro con una sonrisa. "Bueno, me alegro de escucharlo. Supongo que ahora puedes enfrentar cualquier desafío que se presente en el matrimonio".

Adriano sonrió, agradecido de tener a su hermano a su lado, incluso en los momentos más incómodos. "Sí, supongo que así es como se construye un imperio, ¿no?", respondió con una risa, sintiéndose más confiado en su papel como futuro emperador.

Adriano entró en la habitación y encontró a su esposa recostada en la cama, buscándolo con la mirada. Con una sonrisa suave, se acercó a ella y susurró: "Sunt omnia aeterna" ("Todo es eterno"). Sus palabras parecieron despertar algo dentro de ella, y Aurelia se movió hacia la dirección de su voz, con una sonrisa tímida en los labios.

Se sentaron juntos en el borde de la cama, compartiendo sus pensamientos y sueños en la tranquila intimidad de la habitación. Hablaron de sus esperanzas para el futuro, de las responsabilidades que enfrentarían como esposos y de las promesas que se habían hecho el uno al otro.

Pero mientras conversaban, el deseo comenzó a arder entre ellos una vez más, como una llama que nunca se extinguía por completo. Adriano tomó su rostro entre sus manos y la besó con una ferocidad apasionada, entregándose al momento presente y al amor que compartían.

El tiempo pareció detenerse mientras se perdían el uno en el otro, sus corazones latiendo al unísono en el silencio de la noche. En ese momento, en los brazos el uno del otro, se dieron cuenta de que habían encontrado en el otro algo más que una simple unión política, habían encontrado el amor verdadero y eterno.

después el la alzo y la tenia en el aire penetrándola y pego en la pared y ella jadeaba de placer y el le gustaba y ella gritaba su nombre decía - Oh si Adriano así-  le gustaba como habla todo de ella y después ella se puso roja y el después la puso boca bajo y ella le estaba dando su trasero y lo hizo  y el le halo el cabello y le metió dedo en su boca y después le halo la cabeza mas atrás para besarla  y ella acepto y ella estaba con sus rizos pegados en su frente y solo sonaba su cuerpo entremetiéndose el uno con el otro y encajándose tan bien  y el se acostó en la cama agotado y ella también ella durmió boca arriba y ella después se doblo que quedo en cabeza con cabeza y el la admiraba mucho

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Lisa Estigarribia
me encanta esta novela la verdad
Luisa Manotasflorez: Gracias por tu comentario 😊 me alegra mucho leer esto
total 1 replies
Lisa Estigarribia
queeeee? Adriano? noooo/Sob/
Lisa Estigarribia
una novela esplendida..y el heredero?
Luisa Manotasflorez: muy pronto esperen
total 1 replies
Lisa Estigarribia
una obra exquisita esta novela. tenes un gran talento, exitos
Lisa Estigarribia
ah y los bbs ya urge unos herederos.!!
Lisa Estigarribia
me encanta esta novela es romántica e historica entretejida en envidias traiciones e inteligencia...una trama atrapante e interesante. Gracias autora tu escritos son fluidos y muy bien elaborados....
Lisa Estigarribia
me gusts...es apasionante....esta historia me atrapa...
Lisa Estigarribia
es una historia apasionante!! Animo💐
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