Renací Para Salvar Al Villano

— quita esa expresión de tu rostro... Elenor...— reclamó Alessandro, estando unos pasó delante de mí— no estás disfrutando nada... Y si no lo hace, no tendría sentido estar aquí.

Sin comentarle nada. Le seguía sus pasos. Quería hablar con él, pero las palabras eran cortadas con lo que tenía en mente y con un sentimiento que odio; la frustración y el miedo.

«creo que debo hacer como si no hubiera oído nada y seguir con mi deseo de salvarlo. Estando desmotivada solo lograré aumenta el riesgo a no hacer nada por él»

Suspiré fuertemente y le tomé la mano para guiarlo. Él sorprendido de mi actitud, me pregunta.

— ¿Ahora que idea loca se te ocurrió?

— nada en particular... Pero, tienes razón. No éstoy disfrutando nada estando pensativa. Ven... Vayamos a buscar un lugar más alegre.

— alegre... Odio esa palabra...— dijo él, un poco amargado. Pero se dejaba llevar.

— ¿Eso quieres decir que me odias?— pregunté con media sonrisa.

— lo único que me gusta es la locura... Y tú lo estás completamente.

Me eche a reír un poco. La verdad, nunca podía reconocer las ocurrencias que hago o digo, sin embargo, siento que es un halago que él me diga que le encanta mi locura.

Al caminar un poco más. Nos detenemos al oír un poco de música alrededor de una plaza. El violín con su delicada y suave melodía causaba que algunas personas bailaran en dicho lugar.

«bailar... Es algo que no le gustaría él. No quiero incomodarlo más de lo que está»

Él jaló mi mano y me llevo acercándonos más al centro de la plaza. Yo entre un poco de pánico por una razón.

— ¡Oye, oye... ¿Que haces?!

— quiero bailar contigo. ¿Hay algún problema?— preguntó tan seriamente que hace relucir más su acento.

— si hay uno... No se bailar...— intentado despegarme de él, agarra mas mi cintura.

— no es un problema. Yo tampoco sé.

— ¿Que?... Pero-...

— así aprendemos los dos... ¿No es así como se conocen más las parejas?... Aprenden a superar las cosas juntos y crean un vínculo más fuerte... O eso es lo que puedo entender.

Asombrada de lo que escuchaba. Lo miré con ojos reluciente.

«¡Jamás diría algo como eso!»

Esta vez, trague mi miedo escénico y subí todo el valor a mi corazón para bailar junto a él. Al estar en el medio de dicha plaza, los presentes no dejaba de vernos. O, realmente veían a Alessandro, cuya belleza opacaba a los otros hombres, sin mencionar que su vestimenta era tan sencilla como la de un campesino llamaba más la atención todavía.

— no puedes bailar con la capa en la mano. Dámela.

Sin decirme alguna explicación. Tomó mi abrigo y se la llevó a un caballero que estaba observando el espectáculo. Algo le habría dicho, ya que aceptó rápidamente... Un poco pálido e inmóvil por lo que veían mis ojos. Al regresar le pregunté.

— ¿Que le dijistes?... ¿Y si se la lleva?

— no lo hará. Lo congelé.

— ¡Alessandro!— le susurré fuerte.

— no me regañes... Lo dejaré libre una vez que terminemos aquí... Ahora...— afincando su mano en mi cintura. Toma la otra y luego me guía con su voz— tendras que seguirme iré lento para que veas mis pasos...— suavemente me empujó para comenzar los pasos con delicadeza.

El baile era lento pero con un singular movimiento de pies que era algo difícil de llevar. Un par de veces pise a Alessandro, lo cual podía ver en su rostro molesto, aún así no me reclamó. Pero él no parecía un novato en pleno baile, al contrario, sus refinados pasos lo daba mejor que cualquiera de aquí. Lo miré con cara de haber descubierto su engaño.

— no que no sabías...

— por favor, Elenor... Solo tú puedes creer que un monarca no sabría bailar un vals tan simple. Sé bailar desde que tenía 5 años... Fue lo primero que me obligaron a aprender.

— ¿Obligaron?

— Elenor... Jamás deseé ser emperador. Al ser el sucesor mayor de la corona debía tomar el puesto sin importar mi decisión. Lo primeros recuerdos de mi infancia solo fueron aislados en una habitación llena de libros y reglas que solo era para formar a un hombre sin emoción...— mientras que me contaba un poco de él, sin darme cuenta bailaba al mismo compás suyo—... Las personas que conocí mientras que vivía en el palacio imperial fueron completamente vacías para mí. Mi padre, mi madre... Los sirvientes... Solo pude contar mi hermano y Felipe

— ¿Felipe?... ¿Te refieres al mayordomo del castillo?— al hacer esa pregunta, me da una vuelta completa.

— no. Él murió cuando tenía doce. El que está en el castillo es solo su apariencia. Lo creer a él con hielo a base de mis recuerdos...

— creo... Que lo puedo entender. Has pasado la mayor parte de tu vida tan solo que te acostumbraste a ella.

«si ese es el caso, puedo entenderlo perfectamente. En mi vida pasada solo vivía mi monótona vida, sola pues no tenía con quien contar, mis padres tenían otras prioridades que no eran yo y por ellos decidí alejarme y ser independiente, creyendo que tendría una vida llena de emociones, solo me sumergía cada vez más en la soledad. Lo único que me mantenía viva eran esas historias que leía cada vez que podía... Hasta que me topé con la historia de Alessandro y hemos aquí»

— vivir alejado de todo no fue tan malo como esperaba...— aclaró él— Pude hacer lo que quería. Disfrutar un poco de mi mismo y lejos de la corona, de los deberes... Y sobre todo alejarme de ella. Jamás quise a mi esposa, la emperatriz Anabella solo le importaba la ambición del poder. Aún sabiendo eso, decidí irme, simplemente no podía soportarla.

— Alessandro... ¿No piensas volver al trono?... Sé que odias ese poder pero...

— no quiero volver...— declaró él, seriamente. Luego, afinca mi cabeza contra su pecho— quiero quedarme contigo así... Bailar para toda la eternidad sin pensar en nada más.

Narrador.

Tras un ligero pensamiento del emperador. En su corazón solo deseaba ser egoísta y no darse cuenta de lo que en realidad quería. Un mundo completamente desierto con ella a su lado. Pero para Alessandro, comprender que la quería era mortal o simplemente una emoción que no debería de existir.

Para Elenor el amor era como este baile; un baile suave entregado a una dulce melodía, y no pierde su ritmo aunque esté en silencio. Pasos y giros no ensayados, agitan sensaciones en los corazones de ambos en un secreto compartido entre sus manos sujetadas.

El amor le da la vuelta al miedo de Elenor. Sé guiaban mutuamente, fluyendo sus movimientos cuál hojas de los árboles descendían y bailaban en el viento en pleno sitio. Dejándose llevar por la canción que susurraban con dulzura en los oídos de los dos.

Tanta era la calma, el consuelo y el querer que Elenor sentía por él, que sus labios soltaron palabras que su mente no podría decir pero su corazón sí.

— Alessandro... Te amo.

El tiempo se detuvo, pero no, solo era los sentidos de Elenor que se detuvieron al recordar lo que había expresado. Tratando de remediar lo dicho, Alessandro separa lentamente procesado lo escuchado.

— ale-...

— no — negó él con absoluta precisión— lo que dices no es cierto. ¡No puedes amarme!

Estupefacta, Elenor miro sorprendida. Volvió el hombre cuyo papel es ser el villano de esta historia; negar cualquier hecho de que puede ser amado o amar simplemente.

Su exclamación fue tanto, que ella no tenía palabras de como expresar este suceso. Sin embargo, él sí y con todo el argumento posible de su marchito corazón que volvió a su estado original como al principio o hasta peor. Era como si hubiera olvidado lo que dijo antes de bailar, que aprenderían juntos, como pareja. Pero él rompe cualquier ilusión sobre Elenor de esa realidad pasada.

— porque yo nunca te amaré...— expresó él. Sin dolor alguno.

En ese momento, Elenor sintió que algo en ella era diferente. Un dolor agudo como sofocante. Tal vez ella sabía que eso pasaría, que nunca la amaría aún haciendo todo lo que hizo. Las palabras se le quedaban como nudos en la garganta, nuevamente volvió a sentir que era su culpa. Esa palabra no debió salir de su bocan aún. Aún estando vigente la maldición en su corazón cualquier afecto de amor lo terminará volviendo peor que antes o incluso llegar a un punto mortal.

El reflejo de un corazón lastimado sale por una de las comisura de sus ojos, deslizándose en la mejilla de Elenor.

Tal demostración de dolor, Alessandro solo se fija con seriedad y toma una decisión. Con sus labios rosado y finos, expresa su única y última voluntad hacia Elenor.

— eres libre.

— ¿Que?— susurró con un nuevo asombro.

— lo repetiré... Ya que será lo último que te diga. Elenor, ya no tienes porqué volver al castillo. No quiero verte más... Nuestro destino juntos se termina aquí.

— no... Alessandro no... ¡Te prometo que dejaré de ser ruidosa!... ¡Que no te molestaré más con mis bromas!... ¡Pero déjame quedarme a tu lado!— pidió ella, con gran desesperación.

Sin alguna emoción, Alessandro retrocedió más, Elenor intento tomarlo pero algo pasó.

Sus zapatos estaba congelados al suelo. Reaccionó tan rápido como pudo, sin embargo, era algo difícil despegar el calzado. Al subir su mirada, vio la sombra de él irse, mezclándose en la multitud. Elenor pudo sacar sus pies y sin importar estar descalza en el suelo, corrió tras de él. Aún así, no logró alcanzarlo y lo perdió de vista por completo.

Deteniéndose lentamente. Miró únicamente adelante, como si el mundo se estuviera acabando, y sí, su mundo se de derrumbaba completamente.

« nuevamente cometí el error. Nuevamente lo perdí por mi imprudencia. Jamás aprendo la lección. Y está vez, me duele más que antes. Me aferré a él con la única esperanza de ser su salvación. Y ahora que me ha dejado libre mi propósito fue destruido como mi corazón. Pedí desde un principio ser libre al comprender la situación que me encontraba... Pero ahora la tengo a un costo muy elevado; pues aposté mi corazón, alma y me he quedado sin nada al dárselo todo a él...»

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Chicas mía, como en modo de regalo, le daré varios capítulos hoy, eso sí, necesito ver su gran apoyo, con solo darle me gusta o comentar es más que suficiente. Así que... Las espero al final del maratón. 🥀