Casada Por Mí Reino.

Casada 14

Obra : Casada por mí reino. 

Autor: Elsa Elena Isasa.

Drago León de Escitia estaba frente a Sol Lisbeth. Todo alrededor se desdibujó para ella y solo quedaron sus ojos. Vivet que de pronto apareció a su lado dijo: 

– Iré a traer la carreta mí señora.-- y salió presuroso. 

– ¿Quién es él?-- dijo Drago mirándolo con ojos de fuego.

– El…el..mí ayudante. Vivet. Tú lo sacaste de la mazmorra ..¿Acaso has traído a tus padres?--

– ¿Ayudante? ¿Solo ayudante?-- dijo dando un paso hacia ella. 

Su mano fue a su cintura. Y entonces Sol perdió sentido de la realidad. Su boca buscó la suya y se apoderó de sus labios y su cuerpo. Solo cuando la dejó respirar supo que era totalmente inapropiado. Toda esa gente de allí atrás los miraba con asombro y algunas sonrisas. 

Sol Lisbeth sentía su rostro encendido mientras saludaba con propiedad a los Reyes de Escitia y a sus cuñados.

La jovencita que había visto era la prometida de Tomas. Entre los saludos ceremoniales se habían olvidado de Vivet. Este llegó con la carreta y las vistas subieron. Y la carreta se empezó a mover hacia el castillo. Drago no soltaba su mano y su perro que no dejaba a nadie tocarla parecía apreciar la actitud de su nuevo dueño.

Drago tomó su caballo y le ayudó a montar. Con asombro vió que él montaba con ella. 

– He mejorado el camino y…

Pero ya no pudo seguir hablando, las manos de su esposo estaban impúdicamente en sus pechos y su cuerpo apretado al suyo en el corcel encendía todos sus sentidos. 

– Te he extrañado Sol Lisbeth…dijo el parando el corcel en un costado del camino. 

El le besaba el cuello y la nuca hasta dejarla sin fuerzas.

– Por favor. Vámonos. Debo atender a la gente. Hoy es mí cumpleaños. 

–Lo se. Tengo tus papeles Sol Lisbeth, eres mí esposa –

– ¿Tu esposa aún?--

– Mí mujer. Solo nos quedó completar un tema y esta noche lo haremos. – dijo volviendo a besarla profundamente. Su lengua recorría su boca de manera exquisita y asfixiante.

Después del largo beso el azotó el caballo y la condujo al castillo. 

Había ya mucha gente. Mariusa y el maestro habían acomodado a las visitas en cuartos apropiados. Cuando llegaron de la mano muchos comerciantes desconocidos se acercaron a saludar a su esposa con presentes. 

Ella agradecía y presentaba a su esposo como el príncipe Drago de Escitia.

Drago permanecía a su lado como un sabueso que no dejaría su presa. 

Los soberanos de Escitia tomaron asiento en la gran mesa arreglada con maravillosa vajilla y cubiertos de plata y la bebida y la comida comenzó a ser servida. 

– Estoy encantada de conocerte Sol de Alubia. Tinha no dejaba de hablar de ti – dijo el monarca. 

– Así es. La niña nos ha contado el esfuerzo que has realizado por curar su enfermedad. – dijo Alcira – ¡que bella vajilla! - completó .

– La he adquirido de un comerciante. Lord Terence– dijo Sol. Esto ha cambiado mucho de como estaba cuando su hijo reconquisto mis tierras –

– ¿Lord Terence.? Ha estado en la festividad de Escitia y habló maravillas del puerto Girasoles.-- volvió a decir Alcira mientras miraba el rostro hosco de su hijo.-

En eso llegó una carreta con los colores del rey y Morton bajó con un ramo de flores y una cara de amor total para ofrecer a la cumpleañera. 

El pobre Morton no tenía la menor idea de quienes estaban junto a la princesa Sol Lisbeth, así que se acercó a ella portando un especial ramo de orquídeas de gran valor en esa época. 

– Queridísima princesa Sol Lisbeth. Hice traer del mismo castillo imperial estás hermosas orquídeas para usted. ¡Feliz cumpleaños !– dijo. 

– Alergia. Mí esposa es alérgica a las orquídeas – respondió Drago. – por favor lleve estas flores. 

– ¿Su esposa? --

– Así es. Mí esposa. Mí mujer. Mí soberana.¿ Qué diablos no entiende?--

– Señor Morton. Estoy agradecida. El señor Drago llegó recién con sus padres y hermanos de Escitia. Por favor. Tome asiento y disfrute del almuerzo. –

– Drago. ¡Controlate.! – dijo su madre. 

– Tengamos la fiesta en paz— dijo su padre que recién empezó a comer las exquisiteces allí servidas. 

El pobre Morton salió cabizbajo y meditabundo hacia algún lugar en la mesa donde pudiera sentarse. 

– Sinceramente no entiendo. – dijo en voz baja al hombre que estaba a su lado. – la señora Sol ayer pidió la anulación del matrimonio.--

– El príncipe Drago de Escitia parece un león controlando a su mujer. Yo tampoco he podido saludarla. –dijo el hombre a su lado. 

Drago estaba aguantando el almuerzo con toda esa gente rodeando a su mujer. Ese tipo Morton le dejo de muy. mal humor. 

Tenía una cara de perro apaleado y enamorado de lo que era suyo que Drago aguantó a duras penas no iniciar una carrera de sopapos en su carita de niño bueno. 

–¿Quién es ese Morton?--le dijo a su mujer que comía de buena gana. 

Alcira y Maluski escuchaban. 

–El emisario del Rey en esta Aldea.-- respondió Sol Lisbeth. 

– ¿Y de qué te conoce? –

– Todo el mundo me conoce Drago. Soy la soberana de este lugar. Además le he entregado el documento de anulación de nuestro matrimonio para la firma del rey. El maestro me ha aconsejado. No sabía si ya te habías casado en Escitia. Estoy buscando marido - dijo muy sería.

– ¿Anulación? ¿Casarte?.¿Buscar marido?.¡Estás loca mujer! – dijo Drago que se le pasó de golpe todo el apetito que tenía.  

– Te fuiste Drago. No sabía nada de ti. No consumamos nuestro estúpido matrimonio.¿Qué querías?--

– Ven aquí mujer – dijo Drago sacándola de la mesa–

El rey Maluski y su esposa sonrieron. 

– Muchas gracias a todos. Sigan disfrutando — dijo Drago y arrastró a Sol Lisbeth de la mano hasta la alcoba. 

Los soberanos sonreían. Tomas y Tinha también. El maestro tenía una amplia sonrisa en el rostro. La única sería era Sol.¿Este maldito mujeriego que diablos quería? 

Pues ella pronto se enteraría lo que Drago de Escitia quería.Eso lo dejamos para un nuevo capítulo.