Un rey lucha por permanecer en el trono dorado, mientras a su alrededor se libra una batalla por quien deberia ser el verdadero rey.
En la edad media se cree mucho en criaturas fantásticas y mitos de elfos, brujas e incluso dragones, pero aqui lo haremos realidad.
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Un Hombre
— ¿Qué fue eso?—Jack y sus hermanos estaban frente a mí, tapándome cualquier salida. Miré a los tres a la cara, viendo cada expresión dibujada en ellas.
—No sé de qué están hablando— intenté escaparme, pero Asher me tomó del brazo pegándome a su cuerpo. Los otros días volvieron a acercarse dejándome entre medio de los tres.
Podía sentir sus cálidos cuerpos a mi alrededor cada vez más y más cerca, hasta que estábamos pegados uno al otro, con mis ojos clavados en el pecho de Asher.
—Será mejor que suelten a la princesa si no quieren tener problemas— Fergus tenía su mano sobre el mango de su espada, gracias a su intervención los tres se distrajeron logrando escapas, me coloque rápido detrás de Fergus
Los tres no entendían por dónde pude escapar, ya que ellos me tenían bien aprisionada entre ellos. Se miraron y sonrieron detrás de Fergus podía ver cómo sus ojos brillaban mientras se miraban, creo que estaban usando sus enlaces
—Dame unos segundos, debo hablar con ellos, por favor vigila a mis hermanos— Fergus me miró como si tuviera una cabeza de más, pero no discutió conmigo, disgustado se apartó, no sin antes darles una mirada amenazadora a los hijos de Black, pero a ellos no les causó nada. Me mantuve en mi lugar.
—Sé que pueden oírme, incluso si susurro. Necesito que mantengan a mis hermanos pegados a su padre y al mío lo que dure la ceremonia— los tres jóvenes se miraron entre ellos algo extrañados por la petición. Jack iba a hablar, pero lo detuve con mi mano antes de que lo hiciera
—Sé que suena raro mi pedido, pero es necesario, ni mis hermanos ni mi padre deben alejarse del gran comedor, por lo menos hasta que la ceremonia esté finalizada. No pregunté el porqué, luego lo sabrán solo — un nudo se formó en mi garganta haciendo que deje de hablar de inmediato voltee mi rostro hacia otro lado.
Respirando, trataba de que el nudo desapareciera y las lágrimas no comenzarán a llenar mis ojos, volví a mirar hacia adelante y esta vez los tres estaban más cerca de mí, juraría que si estirará mi brazo acariciaría sus rostros
—Lo haremos, princesa, no tiene de qué preocuparse—. Maximus ahora frente a mí, acarició mi rostro con su áspera mano.
—No llore, por favor, su rostro es muy lindo para ensuciarlo con lágrimas saladas — Jack acarició mi otra mejilla limpiando una lágrima revoltosa
— Nos encargaremos de todo, usted no se preocupe— Asher acariciaba mi hombro en un impulso de tocarme.
Miré a los tres antes de quitar sus manos de mí, dando dos pasos hacia atrás, tragué saliva y asentí con la cabeza, dándole las gracias, pasé a sus lados y subí las escaleras de vuelta al castillo.
Baje a la cripta donde Lilian había puesto de nuevo el cuerpo de mi madre sobre la mesa de piedra está vez estaba completamente envuelto en vendas ceremoniales blancas puse mi mano donde estaba su pecho todo el cuerpo estaba helado Lilian había puesto su cuerpo en el hielo para que no se descompusiera.
—Aguanta un poco más, madre, pronto verás a tu esposo e hijos, lo prometo —acarició las vendas de su cabeza.
Flautas comenzaron a zonas en un cántico antiguo que solo pocos conocen; volví a subir yendo hacia la parte trasera. Me escabullí en una habitación de empleados donde una pequeña rendija me permitía ver hacia afuera, donde los hombres habían prendido una gran fogata, unos tocaban la flauta y otros afilaban sus cuchillos.
Todos se quitaron la parte de arriba de sus armaduras y ropas. Juntaron la sangre de las bestias a las que habían matado en un gran cuenco; mezcladas, formaban una sangre oscura y densa.
Mi padre tomó el cuenco y metió sus dedos en él para dibujar tres líneas en la frente de mi hermano de lado a lado, luego una línea que iba desde el inicio de su pelo hasta la punta de su nariz y otras tres líneas desde la nariz hasta la pera pasando por encima de sus labios.
Algunos hacían ruidos con su boca como pequeños gritos, siguió haciendo dibujos de círculos que se volvían pequeños en el centro en el pecho de mi hermano y líneas que viajaban a cada brazo y espalda. Cada hombre en ese lugar se había hecho las líneas en su cuerpo y rostro.
Cuando todos estuvieron pintados, rieron y se abrazaron unos a otros, siguieron bebiendo y riendo mientras le quitaban las pieles a los animales, dejando la carne que cocinaría en la gran fogata que habían hecho la tarde. Se estaba oscureciendo.
Cuando la carne por fin estaba cocida, los hombres se abrazaron entre ellos, felicitándose unos a otros. Habían traído cubos con agua, tomaron los jarros que había dentro y comenzaron a limpiar sus cuerpos limpiando la sangre animal para volver a vestirse.
Corrí de nuevo dentro del castillo hacia las escaleras de la entrada. Si me quedaba ahí, los hombres me encontrarían y la ceremonia hubiera fallado. El que una mujer interrumpa una ceremonia de sangre podría ser considerada impura y mi hermano no podría tomar el trono.
Oía cómo comían y bebían lo que habían casado; las flautas sonaban al igual que las guitarras. Lilian se me había acercado tocando mi hombro para llamar mi atención.
— Ya es hora, Roan me enlazo avisándome que la ceremonia terminó. Reniro ya bebió la sangre, es un hombre, ahora ya puedes entrar.—Respiré profundo y caminé hacia la puerta, la que se abrió para mí. Todos los hombres me miraron caminar directo hacia la mesa de mi padre. Hice la reverencia hacia ellos cuando me levanté, vi directo a los ojos de mi padre.
—Solicito una audiencia privada con su majestad—. El silencio en la habitación fue notoria, la sonrisa en su rostro se borró y me indicó que lo siguiera a un cuarto a un lado del gran comedor mi corazón latía tan fuerte y rápido.