Emergiendo de la reencarnación, se encuentra Vivianne, una mujer morena cuya atracción y elegancia esconde la cicatriz de una traición profunda. Sus ojos, cautivadores y expresivos, reflejan la resolución ardiente de desentrañar la maraña de engaños que marcó su pasado.
Ataviada con la elegancia de una dama envenenada por el desengaño, trama su venganza con la gracia de una danza macabra. Cada movimiento suyo es un paso hacia la redención, mientras su atractiva presencia esconde el huracán de emociones en su interior.
En su búsqueda de justicia, el destino le tiende una paradoja: el surgimiento de una pasión desenfrenada entre ella y el mayor enemigo de su ex prometido. La intensidad del amor florece en el terreno fértil de una lucha desenfrenada, donde la línea entre adversarios se desvanece ante la atracción irrefrenable.
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Capítulo 14
La habitación estaba envuelta en un silencio mientras me levantaba de la cama. La joya reposaba en mis manos, centelleando como un rastro de tranquilidad que transmitía.
La joya era un zafiro profundo, engastado en plata antigua, irradiando un fulgor cautivador. Su tono azul oscuro evocaba el cielo estrellado, tallado con precisión para capturar la luz en destellos internos. La plata presentaba detalles intrincados, enredaderas que se entrelazaban como hilos.
Con la joya ahora reposando como un broche en mi pecho, emanando una sensación de seguridad, dirigí mi mirada hacia el escritorio. Era el momento de sumergirme en la creación meticulosa de los planes para mi venganza.
Me acerqué a la mesa y abrí el diario donde escribiría mi plan meticulosamente.
Con la pluma en mano, mi diario se convirtió en el testigo de mis planes meticulosos. Cada palabra escrita trazaba el camino hacia mi venganza, y el primer objetivo en la mira era Luke. Decidí desmantelar la fortaleza de su familia y socavar los lazos que los unían.
Detallé estrategias para exponer las debilidades de cada miembro de su linaje, desgarrar la reputación que tanto valoraban y sembrar discordia entre ellos. Mi escritura, impulsada por la determinación y la ira reprimida, trazó un plan para debilitar las bases que sostenían la influencia de Luke.
Rememoré los días en que Luke, era mi esposo, nadaba en la opulencia de sus riquezas. Sus vastas posesiones incluían varias minas, cuyos túneles escondían tesoros en forma de esmeraldas y zafiros, que brillaban como estrellas enterradas en las profundidades de la tierra.
Además estableció una relación floreciente con el príncipe heredero, consolidando una conexión que le otorgó aún más influencia y poder. Debía impedir que esta alianza se solidificara, sabiendo que la intervención estratégica sería esencial para desbaratar sus planes y preservar mi propia agenda.
Delineé la red de aliados que rodeaban a Luke, consciente de que su influencia se extendía a través de conexiones políticas y sociales. Mi plan maestro requería cortar esos lazos, debilitando sus apoyos más significativos.
Debería asegurarme de que los aliados clave no se cruzaran con Luke de manera directa, obstaculizando así la consolidación de sus relaciones. Además de eso debía crear conexiones y recursos para obtener información privilegiada sobre las intenciones y movimientos de los aliados de Luke, para anticipar y contrarrestar sus acciones.
También debía forjar conexiones estratégicas con personas dispuestas a contribuir a la caída de Luke, asegurando también aliados leales en mi causa. Debilitar su estabilidad económica, desmantelando gradualmente su poder financiero.
Con precisión quirúrgica, elaboré una lista detallada de las personas vinculadas a Luke, explorando cada conexión conocida o rumoreada. Identifiqué aliados cercanos, socios comerciales y aquellos que podrían ejercer influencia sobre él.
En mi pesquisa minuciosa, recorde los nombres de aquellos que estaban vinculados a Luke de manera crucial en el pasado.
Vizconde Reginald Harrington era un aliado cercano, compartío confidencias y estrategias con Luke en numerosas ocasiones. Lord Archibald era un socio comercial clave, sus lazos económicos eran vitales para la prosperidad de Luke.
Duquesa Octavia Kingsley tenia una poderosa influencia política sobre Luke, sus conexiones en la corte real le proporcionaban un respaldo significativo. Baronesa Clarissa Montague era reconocida por su destreza en los círculos sociales, tenía la capacidad de influir en las opiniones y percepciones en la alta sociedad.
Después de plasmar los nombres en el diario, cada uno con sus detalles específicos, lo cerré con cuidado y lo oculté en un lugar seguro, donde solo yo conocería su escondite. Dirigí mi mirada hacia la imponente ventana de mi habitación y sentí la necesidad de descansar un poco.
Con paso decidido, me dirigí hacia el balcón. La suave luz del amanecer pintaba el cielo, marcando el inicio de un nuevo día. Respiré profundamente, dejando que la fresca brisa matutina acariciara mi rostro.
Mientras contemplaba el amanecer desde el balcón, mi mente se sumía en pensamientos estratégicos. La joya reposaba con elegancia en mi pecho. Decidida a avanzar, regresé a la habitación y me sumergí en un sueño breve pero reparador.
Al despertar, el sol ya estaba alto en el cielo.Las sirvientas, encabezadas por Agatha, me despertaron con delicadeza y me ayudaron a despojarme de las prendas que llevaba. Con movimientos precisos, desataron cada nudo y retiraron con cuidado cada capa de mi vestimenta, manteniendo un ambiente de respetuosa eficiencia.
Una vez despojada de mis ropas, las sirvientas me condujeron con gracia hacia el baño. El suave murmullo del agua en la tina resonaba en la habitación, y me sumergí en un baño relajante. Agatha y las demás continuaron su labor, lavando mi cuerpo y cabello con esmero.
El agua templada envolvía mi piel, y cada roce de las sirvientas era como una caricia cuidadosa. La atmósfera era de serenidad, aunque mi mente no podía apartarse por completo de los planes de venganza que urdía. Una vez concluido el baño, las suaves toallas me envolvieron, preparándome para la siguiente fase de mi día.
Con el cabello y la piel aún húmedos por el baño, las sirvientas me guiaron hacia la habitación, donde se desplegaba un abanico de vestimentas y joyas. Mientras Agatha seleccionaba con destreza el atuendo adecuado, las demás se ocuparon de peinar mi cabello con elegancia.
Con el atuendo impecable y el cabello elegantemente trenzado, me encaminé hacia el salón principal de la mansión. La luz del día llenaba el espacio, revelando una atmósfera serena que contrastaba con la tormenta de emociones que bullía en mi interior.
Al llegar al salón, encontré a mi familia reunida. Mi padre ocupaba su lugar con serenidad, mis hermanas charlaban animadamente, y mi madre observaba con ojos cautelosos. Decidida a mantener las apariencias, sonreí y compartí anécdotas de la jornada anterior.
Sin embargo, cada palabra dicha y cada gesto amable ocultaban la vorágine de pensamientos que se desplegaban en mi mente. Mi plan de venganza avanzaba, y aunque mi exterior mostraba calma, en mi interior se gestaba una tormenta lista para desatarse.
Mi madre, siempre atenta a las sutilezas, parecía percibir la dualidad en mis acciones, pero mantenía en silencio.
La mañana transcurrió entre conversaciones familiares y la planificación de eventos sociales para los próximos días.
Con la comida concluida, me retiré con la excusa de un leve cansancio. Mis hermanas intercambiaron miradas inquisitivas.
La tarde avanzaba lentamente, y decidí salir al jardín para disfrutar de la tranquilidad momentánea. Mientras caminaba entre las flores y arbustos cuidadosamente dispuestos, mi mente seguía maquinando los próximos pasos de mi plan de venganza.
En la quietud del jardín, encontré un rincón apartado donde pude repasar los nombres de los aliados y socios de Luke. Cada detalle era esencial para debilitar sus cimientos.
La llegada de la noche marcó el fin de mi soledad momentánea en el jardín. Regresé a la mansión, enfrentándome a la realidad.