Ema Santoro, fue dejada en la puerta de un orfanato, creció tendiendo pocos recuerdos de su infancia, cuando tiene que salir de ese lugar, va en busca de ese pasado, en esa búsqueda se encuentra con el hombre que cambiará su vida, el gran Vitaly Ivanova,
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Cap.13
Bella y Jimena estaban deslumbrantes, eran jóvenes ambiciosas, les gustaba la buena vida, por eso desde la muerte de sus padres decidieron seguir al lado de Raisa, ella las consentía mucho,
La noche transcurría muy bien, los invitados seguían llegando, el ambiente era muy alegre, buena música, y claro que tenía que ser todo un acontecimiento, no todos los días cumplía uno de los hombres más importantes de Rusia, Vladimir no solo era reconocido en su país, sino también en otros países.
_ lleva estás copas de champán,
_ hay mucha gente allá afuera,
_ lo estás haciendo bien, solo sonríe
Emma tomó la bandeja de copas y caminó hacia el salón, la mansión era tan grande que contaba con un salón para fiestas.
Cuando Emma iba a llevar las copas, iban bajando las escaleras Jimena y Bella, se veían hermosos cada una con sus elegantes y sexis vestidos.
_ mira nada más si aquí está la sirvientita
_ te luce muy bien ese uniforme
_ ja ja ja vamos Bella, no vamos a perder nuestro tiempo con esta empleaducha
La chica se sintió incómoda, pero siguió camino al salón, todo transcurría normal para Emma, a pesar de que era una muchacha del servicio, se veía hermosa, y algunos que otros la observaban, pero claro ninguno le decía nada por ser una sirvienta, la deseaban para un rato en la cama, nada más.
Emma, iba y venía, no paraba ningún momento, pero cuando iba de regreso con una bandeja de bocadillos, un hombre rubio de ojos grises, labios carnosos, tenía un cuerpo muy bien trabajado, la chica no se percató que el hombre venía saliendo, iba tan de prisa que chocó con el hombre, toda la bandeja de bocadillos calló encima de la ropa de el guapo rubio.
_ señor, disculpe, no fue mi intención. Emma con la mirada al suelo hablaba, no se atrevía a mirar a aquel hombre, temía lo peor
_ no te preocupes, son accidentes que pasan. Emma al escuchar esa voz todo su cuerpo tembló, su piel se erizó, pero a su vez se sintió tranquila por qué aquel hombre no la ofendió ni la trató mal, así que levantó su mirada, se encontró con los ojos más hermosos que ella haya visto.
_ déjeme buscar algo para limpiar eso, y si no es problema puedo pedir que me consigan algo de ropa para usted, se que esa que carga puesta es muy cara, pero le conseguiría algo para que no esté así en la fiesta
_ no, tranquila yo arreglo esto en un momento, pero gracias por tu atención.
_ no cómo cree, déjeme ayudarlo, el hombre se dejó llevar por la chica, y le permitió que lo ayudara a limpiar su ropa aunque nada podía hacer, pero el gesto de ella ayudarlo le causó ternura
_ está bien
_ venga lo llevaré a una pequeña biblioteca me espera mientras busco con que limpiarlo.
El hombre accedió, se quedó en la biblioteca esperando a Emma, ella rápidamente fue a la cocina en busca de algo para limpiar al chico,
Cuando Emma volvió el hombre seguía en la biblioteca esperándola,
_ señor, me disculpa solo pude traer está camisa que me prestó uno de los hombres de seguridad de esta casa.
_ no en serio no tienes por qué hacerlo, ya en poco momento me voy a mi casa.
_ ahora me siento peor, siento que fue por mi culpa,
_ no tranquila no es así, solo que estoy algo agotado. Emma y el guapo rubio, iban saliendo cuando escucharon voces en el pasillo, el hombre la sujetó de la mano, le hizo señas para que no saliera, el hombre abrió un poco la puerta con mucho cuidado, quería escuchar que decían las otras personas, reconocía muy bien esas voces, Emma y el hombre escuchaban claramente lo que decían.
_ te di un par de horas para que besaras a la tonta esa, ya perdiste
_ no ves que anda ocupada, además ya me aburrí de esa tonta apuesta, si quiero la conquisto la hago mía y la voto como lo que es una pobretona
_ Esa huérfana, te tiene idiota, se te nota que te gusta, pero bueno igual te gané así que hermanito suerte en tu conquista con Emma, esa sirvienta que no sirve para nada.
Emma quien escuchaba atentamente lo que decía Iván y Jimena, se llevó sus manos a la boca y comenzó a llorar, el hombre que escuchó todo y vio a la chica llorando, se dio de cuenta que se referían a ella, su sangre hervía, no podía creer que ese par hicieran ese tipo de cosas a una pobre chica.
_ no llores, no vale la pena
_ es que desde que llegaron solo se la han pasado humillandome, me hacen la vida imposible y yo no les he hecho nada, casi hacen que me corran del trabajo,
_ porque no le has dicho a la señora de la casa
_ no podría, ellos son sus sobrinos, además sabe algo yo no quiero perder mi trabajo, me costó mucho conseguirlo.
_ no te preocupes, que ese par se van a arrepentir de lo que te han hecho
_ señor, no, como cree, no les haga nada, la señora, no lo va a permitir, además que importa lo que pasó
_ si importa y hablaré con mi madre
_ su madre dice?
_ si, mi madre es la señora de esta casa.
Emma, al escuchar eso abrió los ojos como platos, no podía creer que estaba frente al hijo de sus jefes, por todo lo sucedido no se percató de ese detalle, pero al verlo bien se dio cuenta de que estaba frente a Vitaly Ivanova.
Cada vez que limpiaba el despacho de su jefe Valdimir, veía en el escritorio la foto de Vitaly junto a su madre.
_ señor, disculpe por todo lo que le he ovacionado. Emma se puso roja como tomate
_ no te preocupes, y tranquila, está vez no diré nada, pero si te hacen otra cosa no dudes en decirle a mi madre, ella es buena y es justa y aunque ellos sean sus sobrinos, no les toleraría algo así.
_ señor, gracias por querer ayudarme.
Vitaly la vio de arriba abajo, le parecía muy linda la chica, algo tímida, pero se dio de cuenta que es una chica dulce e inocente.
_ voy a subir a mi recámara, llévame allá una botella de vino y una copa por favor.
_ si señor ya subo,
_ no me digas señor soy Vitaly
_ no podría llamarlo por su nombre, señor
_ si podrás, Emma, así es que te llamas, por lo que escuché
_ si señor así es mi nombre, para servirle, suba yo le llevo de inmediato su vino.
Si algo tenía Emma es que era muy respetuosa, servicial, algo tímida, pero estaba dispuesta a ayudar a quien necesitara de su ayuda.
Vitaly subió a su habitación y Emma fue rápidamente, a la cocina en busca del pedido de Vitaly.
No quería quedarle mal, fue a la cocina y le hizo el pedido a Larisa
_ señora el señor, Vitaly pidió una copa y vino, me puede decir que tipo de vino es
_ conociste al joven Vitaly
_ si, y que vergüenza, al que le dejé caer la bandeja de bocadillos
_ en serio? Bueno no te preocupes él es un buen chico aunque. Iba a decir algo pero se quedó callada
_ aunque qué?
_ no nada, ve no tardes en llevar lo que te pidió el joven.
Emma agarró la copa y el vino, subió rápidamente las escaleras, en dirección a la habitación, ya sabía cuál era, había conocido muy bien cada rincón de la casa, era su trabajo y tenía que saber todo para no quedar mal.