Mi Segunda Oportunidad

Solo los viernes son el día que Rafael espera con ansias, han pasado ya tres meses desde que les dieron la peor de las noticias y un mes que cada fin de semana sale a beber una copa con Laura quien ahora se ha vuelto su amiga cercana y confidente, a ella es a la que le cuenta en realidad como se siente, con ella no tiene que mentir sobre la situación de su esposa y lo cansado que está, a ella le ha contado que ha estado a punto de no llegar a casa y abandonar todo, pero que no lo ha podido hacer por qué su consciencia lo impide.

-No tienes por sentirte mal, es normal que ya no soportes todo esto, no es fácil cargar con una persona enferma que al final va a morir

Ella no se cansa de decirle que su esposa va a morir, eso está causando el efecto que ella desea en él

-Tal vez por eso es que necesito alejarme de ella, no quiero verla morir, eso me hace sentir mal, me duele llegar a casa y no encontrar a la chica alegre y sonriente de la que me enamoré

Para Laura escuchar esas palabras de los labios de ese hombre le duele en el orgullo, tiene que hacer algo rápido si quiere ganar la partida

-Es lo mejor que puedes hacer, dejarla ir desde ahora, debes empezar a vivir de nuevo, con su enfermedad también te está enfermando entiende eso

-Eso también me ha dicho mi mamá, pero me está costando mucho hacerlo, tampoco quiero parecer tan insensible, de verdad la amo, pero no sé cómo lidiar con todo esto. Mariana me ha sugerido ir al psicólogo con ella, creo que lo voy a hacer.

-Un psicólogo es para los locos o los moribundos y tú no eres ninguno de los dos tú estás sano

Ella no iba a permitir que por ningún motivo entendiera la situación de su esposa.

El par de amigos salieron del bar, como siempre él la llevó a casa, pero en está ocasión no sería igual, al despedirse, ella lo besó, él trató de no responder pero no se pudo contener ¿Hace cuánto no lo besaban con esa pasión?, Ella como toda una mujer experimentada comenzó a pasar sus dedos sobre su muslo llegando a rozar su entrepierna hasta que consiguió la reacción que deseaba, él gimió, no puede resistirse y ahonda el besó, después de unos minutos ambos se separan la excitación y deseo es evidente en sus ojos, por más que lo quisiera negar esa mujer lo atraía, es extrovertida, con un rostro bien maquillado, un cuerpo con las curvas exactas, nada comparado a su esposa quien antes de la enfermedad tenía un cuerpo normal, nada exuberante como la mujer frente a él, lo único que Mariana tiene es una dulce sonrisa, unos ojos soñadores, en sí su rostro es muy hermoso y más con el carisma que cautiva a cualquiera pero que con el cáncer que padece ya no existen, y con la enfermedad es solo un saco de huesos

-Vamos a dentro

Ella lo invitó con un susurro rozando sus orejas, él sintió el escalofrío recorrer su cuerpo, no puede negarse a tan escultural mujer.

Él sin decir nada sacó las llaves del auto y bajo, ella abrió la puerta de su casa y sin dar tiempo a nada lo volvió a besar, después de unos minutos la ropa les estorbó, cuando llegaron a la habitación ya estaban casi desnudos, solo llevaban su ropa interior, ropa que en segundos desapareció, él literalmente devoró el cuerpo de su compañera a besos y ella correspondió dejándole ver el placer que le causaba, esa noche ambos se entregaron a la lujuria y la pasión, en esa habitación solo se escucharon gemidos de placer, a partir de esa noche nada volvería a ser igual