Emelie, una joven de 17 años regresa de visitar a su familia durante las vacaciones para descubrir que su novio y su mejor amiga la han traicionado y jugado con ella. Pero las vueltas del destino le demostrarán que siempre hay que dejar algo atrás, para que algo mejor llegue a nuestras vidas, en su caso, podría ser Sebastian, el joven profesor que se ha mudado recientemente a la ciudad.
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¿Victoria?
Las lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro. Había intentado ser fuerte y fingir que no me afectaba nada de lo sucedido pero, la realidad era otra, me dolía la traición de quienes consideraba mis amigos. Por quienes hubiera puesto las manos en el fuego, de ser necesario. A quienes defendí siempre, a capa y espada ante cualquiera que criticara sus fallas. Porque pensé que ellos harían lo mismo por mí, si la situación fuera diferente. También me dolía el hecho de que, incluso habiendo hablado al respecto con Marcus y decirle que el día que no sintiera lo mismo por mí, me lo dijera. Que yo lo entendería y podríamos seguir siendo amigos, prefirió engañarme y comenzar otra relación a mis espaldas.
Los días fueron pasando y fui acostumbrándome a la ausencia de mis antiguos amigos. En clase, el resto del grupo me ignoraba y no aceptaba realizar actividades grupales conmigo por órdenes de Roxane, quien sentía como si hubiera logrado la Victoria en alguna especie de competencia contra mi.
Solo Marie era inmune a sus influencias y realizábamos algún que otro trabajo juntas, pero no quería que el grupo la presionara y tampoco molestarla tanto, por lo que prefería hacer la mayor parte, sola.
En la clase de literatura, la señora Walt nos informó que deberíamos realizar un trabajo grupal, el cual abarcaría el 30% de la nota del semestre y el mismo debería, posteriormente, ser defendido ante la clase.
- Disculpe profesora, ¿podríamos realizarlo de forma individual, si prometemos ser responsables a la hora de estudiar el tema y defenderlo?- Pregunté.
- Lo siento Emelie, pero también necesitan trabajar con otras personas, ya que resulta esencial que aprendan a trabajar en grupo. En tu caso, tus trabajos son excelentes, pero no tengo ninguno que haya sido realizado, trabajando en conjunto con alguien más-. Respondió ella.
- Entiendo, muchas gracias.-
- Si quieres, podemos realizarlo juntas- Dijo Marie. -Estoy segura de que nos resultará sencillo aprobarlo- Susurró esbozando una sonrisa.
En un momento de la mañana, fui al tocador del colegio, necesitaba refrescarme, lo cierto era, que estos días habían resultado bastante agotadores para mí. Y sentir el agua fresca en mi rostro, me levantaba un poco el ánimo.
Había terminado de secar mi rostro cuando entraron Roxane, Emelie y un par de chicas más al sanitario. Por lo que guardé la toalla en mi bolso y me dispuse a salir de allí.
- ¿Por qué no aceptas tu derrota? - Dijo Roxane con voz cargada de soberbia- Ya es hora de que asimiles mi victoria. Yo gané.- Continuó.
- Sabes Roxane, yo que tú, no andaría presumiendo tan pequeño y vergonzoso trofeo- Le contesté. Después de todo, quien se queda con los infieles, es la persona que pierde. Solo es cuestión de tiempo que tú o él engañe al otro.-
- Eres una estúpida- Me respondió, furiosa e intentó cachetearme, pero sujeté su mano con fuerza, evitando que llegara a mi rostro.
- Ve con tu novio y deja de querer molestarme Roxane. Porque yo no me dejaré pisotear por una niña caprichosa como tú, querida "amiga".- Solté su brazo y me alejé de ellas, pero no sin antes escuchar como Roxane hacia un berrinche como si fuera una chiquilla.
